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jueves, 15 de marzo de 2012

ESTAMOS RODEADOS DE ROSAS

Por  Salvatore Scimino
15 de marzo de 2012

Desde el espacio se ven perfectamente. Brillan de noche (Fig. 1). Son las ciudades donde vive la gente una encima de otra. Les gusta así. Se sienten seguros de los monstruos imaginarios.


                                           Figura 1. Europa en la noche. Fuente: KSMGRD


Además, como moléculas inyectadas de movimiento browniano los humanos hacinados se mueven para arriba y para abajo sin rumbo fijo, dicen ellos que es para ganarse la vida. De todas maneras, chocan más y las posibilidades de maximizar sus genes se ven aumentadas. Y de eso se trata, hacer más ADN.

Se dice que una gallina, una jirafa o un humano son solo maneras que la molécula de ADN se ha inventado para hacer más ADN.

Hay muchos libros en el mercado hablando sobre lo único1 que somos. Nos encanta que nos masturben la mente con esas historias tan aisladoras del mundo natural. Solo nos sirven para aumentar nuestra soberbia y joder más el planeta.

Como especie tenemos ciertos atributos que nos hacen extremadamente hábiles con herramientas y símbolos. Este aparato electrónico y estos puntos que cuajo en la pantalla que estás mirando son prueba de ello. ¡Y el que uso está montado para averiguar qué y cómo pensamos porque los jefes tribales siempre están cagados de miedo!!! ¿No lo sabías?

Pero no por eso somos mejores que otras especies. Nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos. Lo hacemos como las demás especies. Excepto que nos gusta complicarnos la vida.

Para que tú tengas posibilidades de agregar tus patéticos genes a la poza genética tienes que trabajar como esclavo para que te vean el pecho inflado las hembras en un reluciente coche. Pueda que una casa o varias citas en los restaurantes ayuden para ablandarla un poco.

Aunque hoy día la nueva moda entre los jóvenes es dárselo uno a otro fácilmente mientras sus progenitores la sudan para pagar sus caprichos. 

O tal vez has tenido una que te cedió el dulce varias veces y la preñaste y por eso te persigue la ley para que le pases una cuota.

Y está ese invento de la escuela. ¡Qué aburrimiento!!! Estar aprendiendo a cómo dejarte que te parasiten la cabeza con chispazos ajenos a los de tu cabeza. Las reglas son simples, memoriza mucho y regurgita mucho y eventualmente sales con un trozo de papel bajo el sobaco. Los sacerdotes del templo te han dado el visto bueno de que ya estás listo para ser el perfecto idiota.

La escuela es para que te vuelvas dócil y camines por las sendas de los demás borregos. Y que produzcas para los que se esconden detrás de un banco.

Y mientras vives e intentas fabricar ADN clonado tuyo siempre estás con miedo. Plasmado en miles de formas en tu cabeza pero es solo miedo. Para que no vengan a invadirte otras tribus y te quiten a las hembras tienes armas nucleares, misiles, aviones y tanques en territorios labrados a base carnicería humana.

Los dioses necesitan olor a sangre. Hay machos de sobra para enviar al campo de batalla por lo económico. A los jefes que deciden en tu tribu les apoyan sacerdotes especializados en cantos mágicos (leyes) que solo ellos entienden.

Sudas y sudas para darle de comer a los parásitos de tu tripa, a tu ADN en forma de vástagos, a tu receptáculo de semen que tú le llamas mujer y para los del consejo tribal. Ya viejo te jubilas achacoso a esperar la muerte.

No ha habido en ningún momento una pizca de contribución al bien biosférico común del planeta. ¡Una humilde hierba sí lo ha hecho en todo el transcurso de su vida!!!!

No en vano dijo Cristo que ningún traje del rey Salomón se le comparaba en belleza a la de los lirios del campo!!!

En fin, el ciclo reproductor de los humanos es más complicado que la física nuclear. Y por supuesto ecológicamente derrochador y destructor (Fig. 2). ¡Una mosca lo hace más fácil y el resultado es el mismo: ADN!! (Fig. 3) ¡Y sin destruir el planeta como los humanos!!! 

                         
                                      
            Figura 2. El desarrollo de la selva en América Latina. Fuente: AmericaLatina




Figura 3. ADN de moscas Drosophila fabricando ADN de moscas. Fuente: CAS



¿Te enteras? Como has visto aquí no estamos para alabar el mico desnudo. Yo ya me he visto en el espejo y he visto un monstruo. Eso es lo que somos, monstruos. Monstruos para los demás terrícolas.

Mientras vivimos somos el cáncer de la Tierra, después al morir somos pasto para las bacterias, gusanos (Fig. 4) y raíces de árboles. Bueno, al menos lo seremos de los árboles cuando los nichos de cemento de tres pisos caigan al suelo con el pasar de los siglos.

Figura 4. El fin de una odisea humana. Fuente: HubPages


En la muerte está el único momento cuando contribuimos un pelo a la Biosfera en beneficio de los auténticos dueños del planeta, las bacterias y las hierbas. La Tierra es el planeta de las bacterias y las plantas. Nosotros somos su invento abortado.

Somos mortales y me alegro que así sea. Por eso, no está mal de que te enteres que tú eres nada más que un saco andante lleno de rosas olorosas (Video 1). Todos los humanos lo somos. ¡Feliz masturbación mental!

Video 1. El vergel de rosas olorosas.


Referencias

1. Stererly K (2012). The evolved apprentice. How evolution made humans unique. MIT, 243 p.



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