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martes, 21 de octubre de 2014

DELTA DEL NIGER: LA GUERRA DEL PETROLEO

Derrame de petróleo en el delta del Níger. (Niger delta oil spill). Source: York Vision.


Por Gundhramns Hammer
21 de octubre de 2014
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Hay millones de humanos adictos - ya sea por diversión o por cuestiones de empleo - a los coches. Son una máquina conduciendo otra máquina, pues por lo general se comportan o actúan como robots biológicos en su puta vida diaria.

Cuando llegan a una gasolinera para llenar el tanque de su armatoste metálico, el proceso es una cuestión de hacer un acto mecánico y rutinario. Lo llenan y luego se dirigen al cajero para pagar el importe. 

Y así sucesivamente. Devoran, beben, cagan fácilmente o con la ayuda de químicos rompeculos, orinan, se quejan, ríen, lloran, maldicen, pelean, se matan unos a otros, se estafan unos a otros, pisan (copulan sexualmente) o son pisados (son copulados) cuando pueden o quieren olvidar su infierno interno, compran lo que no necesitan, pasean sin rumbo, etc., y cuando llega la noche ya tarde se echan a dormir. 

Se despiertan gruñones y alborotados y llega la hora de la horca, de nuevo al trabajo montados en su máquina chupasangre. 

Llegan las vacaciones, cuando las tienen, y de nuevo echan manos a su caballo de cuatro ruedas mecánico o se montan a un avión también chupasangre.

Se jubilan y siguen chupando sangre, todavía pegados a su puta máquina chupasangre.

Y nunca se preguntarán de dónde viene la sangre que les alegra su puta vida. 

Y "qué importa", dirán. O por si acaso se la plantean, masticarán y escupirán un "logico" y típico: "Yo no puedo cambiar al mundo!"

Pero una innovadora pregunta acompañada de buena levadura y puesta en el horno correcto puede hacer una barra de pan en esta vida.

Pase lo que pase, su rutina programada de robot biológico sigue igual. 

Además, los hay quienes están super-enamorados de un puto paquete de metal. 

Los vehículos son su verdadera passión, su amor, su vida, en cierto sentido. 

Incluso los llegan a idolatrar tanto que los quieren más que a sus queridas, en el caso de algunos hombres. Entre las mujeres también hay especímenes idiotizados por estas máquinas chupasangre.

Pero, chupasangre.... ¿Por qué?

Una pregunta que la mayoría de consumidores de la sangre que mueve la vida humana en el siglo XXI nunca se harán. 

Su vida moderna depende de esta sangre, sin embargo.

Igual que la de todos los demás adictos a los vehículos tirapedos, de una manera directa o indirecta. 

Asímismo toda la pirámide económica chupacabra que los mantiene zombizados.

Su modo de vivir tiranizado por estas máquinas está conectado a la desgracia de unos cuantos potencialmente ricos pero que son mantenidos pobres para poder chuparles su sangre.

Esta es la historia, con respecto a esta adicción de chupar sangre insosteniblemente, del petróleo de Nigeria

Nigeria es un buen ejemplo de chupopterismo o chupacabrismo a cambio de nada para aquellos que se quedan jodidos, vampirizados, sin sangre en el delta del Níger (Videos 1-2). 

Español/English subtitles.
Video 1. Delta del Níger: la guerra del crudo (Niger delta: The oil war). Part 1/2. Uploader: HispanTV.


Video 2. Delta del Níger: la guerra del crudo (Niger delta: The oil war). Part 2/2. Uploader: HispanTV.




En Nigeria, a la gran mayoría de gente, el petróleo sólo les ha traído miseria, corrupción, guerra y terrible contaminación

Mientras unos sinvergüenzas se atiborran, robando y acumulando para reventar una cuenta secreta en el culo de algún paraíso fiscal, la mayoría de nigerianos no les queda más remedio que comer mierda o pasar hambre engañando su estómago con sopas salidas de un par de euros al día raspado del infierno humano.

Siendo así, no es nada extraño que estas personas vampirizadas luego se metan en las redes del narcotráfico y otros negocios infernales para poder salir adelante. 

Y así caer nuevamente en las garras de las manos que desde un principio los tenía cogidos de los cojones.

En la red de vuelta a casa, al infierno de la mano escondida que controla el planeta.

En este nido, el que cuenta mucho es porque ya está atrapado donde no debió haber entrado nunca.  

See you later alligators! 

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