Los textos de la Biblia nacieron en el
transcurso de los siglos, siendo elegidos con pinzas los evangelios que serían
parte del libro sagrado. Los hombres escribieron lo que había sido transmitido
por la tradición. Cuando Jesús subió al cielo no nos dejó una Biblia, sino una
Iglesia: los apóstoles, y otros discípulos. Todos ellos fueron testigos de la
predicación de Jesús, de sus milagros, de sus padecimientos, de su muerte y
resurrección. Guardaron lo que habían visto y oído, y lo transmitieron de manera
verbal, pero también escrita. Ambos libros, el Antiguo y el Nuevo Testamento son
una obra humana,. Una recopilación de textos.
Por C.A.M
Una parte de la historia nos relata que fue el emperador Constantino
quien encargó y financió la redacción de la Biblia, omitiéndose los evangelios
que mostraban a un Cristo más humano. Algunos historiadores niegan la
participación de Constantino en el compilado de los libros sagrados, pues muchos
fueron escritos antes de su era.
Durante más de 300 años, el Imperio Romano se
había ensañado persiguiendo a los cristianos, quienes profesaban la fe bajo
catacumbas. En el año 313 entonces Constantino dicta el Edicto de Milán donde
se pone fin a la persecución a los cristianos El emperador entonces se
convierte en sumo sacerdote, y cómo político visionario que era, con su
conversión pretendía terminar con el crecimiento exponencial de los cristianos,
decidiendo entonces unificar a Roma bajo un solo imperio. Bajo una sola
religión.
Conclusión: muchos textos fueron omitidos por
decreto eclesiástico en el compilado de la Biblia. A esos escritos los
denominaron apócrifos (del griego que quiere decir “oculto”) . Aquellos libros
no fueron aceptados por ninguna autoridad religiosa, siendo una vez más los
hombres los que deciden qué libros serían parte del libro sagrado.
Defensa animal en el antiguo
testamento
Pero la Biblia no está exenta de la defensa
animal, aún cuando nos han hecho creer que Dios quería tortura y sacrificios de
animales para complacerle, mostrándonos a un Dios perverso y vengativo. Si
leemos exactamente a los profetas se encontrarán con innumerables citas pro
animal. En Oseas 8,13 dice “Sus
sacrificios de animales y el consumo de la carne me son abominables y el Señor
no se complace en ello, sino que se acordará de su iniquidad y los castigará por
sus pecados”.
Isaías 66,3 también manifiesta
que “Quien inmola a un toro es como quien mata a un hombre; quien sacrifica
a una oveja es como si estrangula a un perro; quien presenta víctimas para
alimento es como el que ofrece sangre de cerdo; quien quema incienso es como si
ensalza a un ídolo. Estas cosas eligen en sus caminos y sus almas se complacen
en sus abominaciones.
En Proverbios 23.20 se
indica “No te juntes con los borrachos de vino, ni con quienes se
deleitan en el consumo de la carne“.
Estas no son las únicas citas referida al cuidado
de los animales y el rechazo a los sacrificios, muchos versículos más hablan de
un Dios que abomina el sacrificio de animales y que apela al cuidado de ellos,
como por ejemplo Isaías que en muchos versículos habla sobre los animales.
“El evangelio de los 12” y la estrecha
relación de Jesús con los animales
Fue San Jerónimo que el año 382 realizó la
primera traducción completa al latín de la Biblia y quien bajo la presión del
poder eclesiástico y político dejó fuera temas como la reencarnación, la ley de
siembra y cosecha y las enseñanzas de un Jesús que protegía a los animales
entablando una relación pacífica y de amor con ellos. Ese texto se denomina el
“Evangelio de los 12” texto apócrifo que no fue incluido en la biblia y
en donde se hace referencia a las vivencias de Jesuscristo con todos los
animales.
Nos parece importante conocer el otro lado la
moneda, y por más que nos señalen que “El evangelio de los 12” no forma
parte de los textos sagrados de la Biblia, el solo hecho de saber que fueron
humanos influenciados tanto política como religiosamente los que eligieron lo
que quedaba dentro y fuera del LIbro Sagrado, nos compele a mostrarles ll
hermosura del evangelio de Jesucristo que nos ha sido ocultado y que nos
muestra a un Cristo animalista.
Esperamos disfruten la lectura de un Jesús
protector y amante de los animales en la selección de textos que les
presentamos.
LOS ANIMALES
SON NUESTROS HERMANOS
7. Jesús entró en un pueblo y
vio a un gatito que no tenía dueño, y tenía hambre y Le gemía. Él lo levantó, lo
puso dentro de Su túnica, dejándolo reposar en Su pecho.
8. Y mientras pasaba por el pueblo, dio de comer
y beber al gato, que comió y bebió y Le mostró su agradecimiento. Y El Lo dio a
una de Sus discípulas, a una viuda llamada Lorenza, que cuidó de él.
9. Y algunos de entre la gente decían: “este
hombre se ocupa de todos los animales. ¿Son Sus hermanos y hermanas, para que
los ame tanto?“ Y El les dijo: “en verdad, estos son vuestros hermanos de la
gran familia de Dios; vuestros hermanos y hermanas, que tienen el mismo aliento
de vida del Eterno“.
10. “Y quienquiera que se preocupe por uno de los
más pequeños de ellos, y le de de comer y beber cuando pase necesidades, Me está
haciendo esto a Mí; y quien intencionadamente permite que uno de ellos sufra
necesidades y no lo protege cuando es maltratado, está permitiendo este mal como
si Me lo hiciera a Mí: pues tal como hayáis hecho en esta vida, así se hará con
vosotros en la vida venidera“. (Cap. 34).
JESÚS LIBERA A LOS
ANIMALES
1. Aconteció un día, al terminar
Jesús Su predicación, que en un lugar cerca de Tiberíades, donde hay siete
fuentes, un joven trajo conejos vivos y palomas, para que Él los comiera con Sus
discípulos.
2. Y Jesús miró al joven con amor y le dijo:
“tienes buen corazón y Dios te iluminará, pero, ¿no sabes que Dios en el
principio dio al hombre para alimento los frutos de la tierra y no por eso lo
creó inferior al mono o al buey, al caballo o a la oveja, para que matara a las
demás criaturas y consumiera su carne y su sangre?“
3. “Vosotros créis que Moisés ordenó
justificadamente que tales criaturas fuesen sacrificadas y comidas, y así hacéis
en el templo; pero ved que hay aquí –y viene– alguien más grande que Moisés,
para terminar con los sacrificios de sangre de la Ley y los festines y para
restaurar la ofrenda pura y el sacrificio incruento, como era al principio, es
decir, los granos y los frutos de la tierra“.
5. “Poned, pues en libertad a estas criaturas,
para que se alegren en Dios y no traigan culpa a los hombres“. El joven las
liberó y Jesús rompió sus jaulas y sus cuerdas.
6. Sin embargo, he aquí que temían ser cautivadas
de nuevo y no querían irse de su lado; pero El les habló y les dijo que se
fueran, y obedeciendo Sus palabras se marcharon llenas de alegría“. (Cap.
28)
¡AY DE LOS CAZADORES!
6. Mientras Jesús caminaba con algunos discípulos, se encontró con un hombre que adiestraba perros para la caza de otros animales. Y dijo al hombre: “¿Por qué haces esto?“ Y el hombre contestó: “porque vivo de ello; pues, ¿qué utilidad tienen estos animales? Estos animales son débiles, en cambio los perros son fuertes“. Y Jesús le dijo: “te falta sabiduría y amor. He aquí que cada criatura que Dios ha creado tiene su sentido y finalidad. Y ¿quién puede decir que hay de bueno en ellas y qué utilidad tienen para ti o para la humanidad?“
6. Mientras Jesús caminaba con algunos discípulos, se encontró con un hombre que adiestraba perros para la caza de otros animales. Y dijo al hombre: “¿Por qué haces esto?“ Y el hombre contestó: “porque vivo de ello; pues, ¿qué utilidad tienen estos animales? Estos animales son débiles, en cambio los perros son fuertes“. Y Jesús le dijo: “te falta sabiduría y amor. He aquí que cada criatura que Dios ha creado tiene su sentido y finalidad. Y ¿quién puede decir que hay de bueno en ellas y qué utilidad tienen para ti o para la humanidad?“
7. “Y para tu sustento: ¡contempla los campos,
cómo crecen y son fértiles, y los árboles que dan fruto y las hierbas! ¿Qué más
quieres que lo que te da el honesto trabajo de tus manos? ¡Ay de los fuertes
que hagan mal uso de su fuerza! ¡Ay del astuto que dañe a las criaturas de Dios!
¡Ay de los cazadores!, pues ellos mismos serán cazados“.
8. Y el hombre quedó muy admirado y abandonó el
adiestramiento de los perros para la caza y les enseñó a salvar la vida, mas no
a destruirla. Y aceptó las enseñanzas de Jesús y se convirtió en discípulo Suyo.
(Cap. 14)
PALABRAS DE JESÚS CONTRA EL COMER
CARNE
4. “¿No está escrito en los
profetas?: ¡cesad vuestros sacrificios de sangre y vuestros holocaustos! Dejad
de comer carne, pues no hablé de ello a vuestros padres ni se lo ordené, cuando
les saqué de Egipto. En cambio, esto les ordené:
5. Obedeced Mi voz y andad por los caminos que os
he mandado y seguiréis siendo Mi pueblo y os irá bien. Pero ellos no estaban
dispuestos y no obedecieron“.
6. “Y qué os ordena el eterno sino que
practiquéis la justicia y la misericordia y andéis humildemente con vuestro
Dios? ¿No está escrito que al principio Dios determinó los frutos de los
árboles, las semillas y las hierbas para alimento de toda carne?
7. Pero ellos han convertido la casa de orar en
una casa de ladrones y, en vez de hacer una ofrenda pura con incienso, han
manchado mis altares con sangre y comido la carne de los animales
sacrificados.
8. Pero Yo os digo: no derraméis sangre inocente
ni comáis carne. Sed rectos, amad la misericordia y haced justicia, y vuestros
días perdurarán largamente en la tierra que habitéis“. (Cap.
33):
Fuentes:
“El Evangelio de Jesús“ Editorial LA
PALABRA,
Rotttweil 1968
Rotttweil 1968
El Evangelio de la vida
perfecta,
Editorial Humata, Bad Homburg
Editorial Humata, Bad Homburg
Fuente original:
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