Por Salvatore Scimino
10 de marzo de 2013
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| Fuente: nutricion.pro |
Chávez habló mucho y mucha gente le escuchó. Sabía decirle al pueblo lo que quería oír. Es el arte de los políticos.
Los políticos saben cómo engatusar a la masa de borregos. Para eso los ponen al frente de los gobiernos "elegidos por el pueblo".
Pero resulta que en cualquier país con deudas externas contraídas con los bancos de la élite global no puede haber gobiernos emanados del pueblo. Y el país bolivariano de Venezuela ha contraído una deuda extranjera que ha llegado a los 120.000 millones de USD durante el año 2012.
Pero resulta que en cualquier país con deudas externas contraídas con los bancos de la élite global no puede haber gobiernos emanados del pueblo. Y el país bolivariano de Venezuela ha contraído una deuda extranjera que ha llegado a los 120.000 millones de USD durante el año 2012.
Por lo tanto no puede ser libre en todas sus decisiones. Con una deuda de esa magnitud hay injerencia extranjera bajo mano (Fig. 1). No cabe la menor duda.
Así se juega en el monopolio geopolítico del gobierno mundial en la sombra. Es decir, quien controla el dinero, controla cualquier nación, por mucha verborrea que derramen los políticos. Es parte del juego de la oligarquía diabólica que rige el mundo entero.
Venezuela por lo tanto no puede permanecer intocable en asuntos internos ni tampoco puede ser considerada una nación libre ni soberana. Las cuestiones de "soberanía" son sólo apariencias para tener a los borregos humanos letrados o no un poco contentos sin que se rebelen y amotinen y no maten a diestra y siniestra.
Al ganado humano, el mejor negocio del mundo, hay que mantenerlo con ilusiones, en vilo, nervioso y con mucho miedo y de repente con una guerra aquí y allá para pescar de vez en cuando a los revoltosos para eliminarlos o sustituirlos por dobles, sintéticos, robotoides orgánicos o ponerlos después de intenso lavado de cerebro en un buen puesto político al frente del hato ganadero humano como pantalla o tapadera para volver a apaciguar a la masa de tontos nuevamente.
Al ganado humano, el mejor negocio del mundo, hay que mantenerlo con ilusiones, en vilo, nervioso y con mucho miedo y de repente con una guerra aquí y allá para pescar de vez en cuando a los revoltosos para eliminarlos o sustituirlos por dobles, sintéticos, robotoides orgánicos o ponerlos después de intenso lavado de cerebro en un buen puesto político al frente del hato ganadero humano como pantalla o tapadera para volver a apaciguar a la masa de tontos nuevamente.
Hace mucho tiempo que las naciones latinoamericanas cayeron en manos de la oligarquía de Inglaterra S.A. Estas como todas las demás son en realidad corporaciones.
¿Y qué hay de Inglaterra? Es vasalla del Vaticano. El 3 de octubre de 1213 por medio de un tratado (Tratado de 1213), el rey Juan I Sin Tierra (n. 1166, †1216) ratificó la entrega de sus reinos al Papa Inocente III, (n. ha. 1161, †1216), el Vicario de Cristo en la Tierra, quien reclamaba el derecho de propiedad de todo y todos aquellos sobre la Tierra.
Dos meses más tarde, en julio de 1213, el rey Juan I fue absuelto de la excomunicación que colgaba alrededor de su cuello y aceptó al Arzobispo de Canterbury Steven Langton como representante del Vaticano.
De esta manera Inglaterra pasó a ser posesión de la Iglesia Católica. Con lo cual la reina Isabel II en la actualidad, estando el tratado aún vigente, desempeña un cargo algo así como un custodio o mayordomo de la colonia inglesa, con sus ventajas por supuesto.
Entonces, podriamos concluir que los señores del Vaticano, incluyendo a los jesuitas, son los verdaderos dueños de todo, incluyendo las antiguas colonias americanas del Imperio español.
No, no es así, afirman algunos investigadores. Según ellos, la Tierra ha caído bajo el poder de unos seres reptilianos, demonios o djinns (Video 1) como querramos llamarles. Cada continente comandado por un jefe y una legión de unos 200.000 demonios.
Video 1. Entidades satánicas controlan el mundo.
Parece mentira o ciencia ficción. Pero hagamos una cosa. Respiremos profundamente. ¿Has podido ver el aire que ha entrado en tus pulmones? No, verdad. Pues bien, estos bichos interdimensionales que nos parasitan son invisibles a nuestros ojos.
Cada uno de nosotros los humanos tenemos uno demonio zampado dentro de nuestro cuerpo, sofocando o apagando la Chispa Divina. Con ellos tenemos que batallar diariamente. Nos revolcamos y debatimos entre el bien y el mal a cada momento y generalmente nos inclinamos hacia la maldad (Video 2), de lo contrario la Tierra sería un auténtico paraíso.
ADVERTENCIA: PUEDE HERIR PERSONAS SENSIBLES
Video 2. La crueldad de la guerra entre hermanos.
Parece que la batalla ya la tienen ganada, pues la gente sólo cree en aquello que puede percibir con sus cinco sentidos. Una manera reducida de ver el Multiverso, de todo lo que existe aquí y más allá en otras dimensiones.
Además, existe una preponderancia de lo malo sobre lo bueno. La naturaleza del hombre es una combinación de ángel y demonio, generalmente con predominio de este último y cuando esto sucede los humanos son más diablos que los diablos (Video 3). Y con mucha frecuencia esconden sus crueldades y diabluras bajo el manto de "arte y cultura" (Video 4).
ADVERTENCIA: PUEDE HERIR PERSONAS SENSIBLES
Video 3. El infierno en la Tierra bajo el mando de los humanos.
ADVERTENCIA: PUEDE HERIR PERSONAS SENSIBLES
Video 4. La crueldad disfrazada de "cultura".
De la infiltración de satanás dentro de la Santa Sede es precisamente de lo que trata el Tercer Secreto de Fátima.
¿Y qué hay de Inglaterra? Es vasalla del Vaticano. El 3 de octubre de 1213 por medio de un tratado (Tratado de 1213), el rey Juan I Sin Tierra (n. 1166, †1216) ratificó la entrega de sus reinos al Papa Inocente III, (n. ha. 1161, †1216), el Vicario de Cristo en la Tierra, quien reclamaba el derecho de propiedad de todo y todos aquellos sobre la Tierra.
Dos meses más tarde, en julio de 1213, el rey Juan I fue absuelto de la excomunicación que colgaba alrededor de su cuello y aceptó al Arzobispo de Canterbury Steven Langton como representante del Vaticano.
De esta manera Inglaterra pasó a ser posesión de la Iglesia Católica. Con lo cual la reina Isabel II en la actualidad, estando el tratado aún vigente, desempeña un cargo algo así como un custodio o mayordomo de la colonia inglesa, con sus ventajas por supuesto.
Entonces, podriamos concluir que los señores del Vaticano, incluyendo a los jesuitas, son los verdaderos dueños de todo, incluyendo las antiguas colonias americanas del Imperio español.
No, no es así, afirman algunos investigadores. Según ellos, la Tierra ha caído bajo el poder de unos seres reptilianos, demonios o djinns (Video 1) como querramos llamarles. Cada continente comandado por un jefe y una legión de unos 200.000 demonios.
Parece mentira o ciencia ficción. Pero hagamos una cosa. Respiremos profundamente. ¿Has podido ver el aire que ha entrado en tus pulmones? No, verdad. Pues bien, estos bichos interdimensionales que nos parasitan son invisibles a nuestros ojos.
Cada uno de nosotros los humanos tenemos uno demonio zampado dentro de nuestro cuerpo, sofocando o apagando la Chispa Divina. Con ellos tenemos que batallar diariamente. Nos revolcamos y debatimos entre el bien y el mal a cada momento y generalmente nos inclinamos hacia la maldad (Video 2), de lo contrario la Tierra sería un auténtico paraíso.
ADVERTENCIA: PUEDE HERIR PERSONAS SENSIBLES
Parece que la batalla ya la tienen ganada, pues la gente sólo cree en aquello que puede percibir con sus cinco sentidos. Una manera reducida de ver el Multiverso, de todo lo que existe aquí y más allá en otras dimensiones.
Además, existe una preponderancia de lo malo sobre lo bueno. La naturaleza del hombre es una combinación de ángel y demonio, generalmente con predominio de este último y cuando esto sucede los humanos son más diablos que los diablos (Video 3). Y con mucha frecuencia esconden sus crueldades y diabluras bajo el manto de "arte y cultura" (Video 4).
ADVERTENCIA: PUEDE HERIR PERSONAS SENSIBLES
ADVERTENCIA: PUEDE HERIR PERSONAS SENSIBLES
De la infiltración de satanás dentro de la Santa Sede es precisamente de lo que trata el Tercer Secreto de Fátima.
Por otra parte, dicen algunos expertos que Hugo Chávez Frías era un agente de los banqueros ingleses, pues en los años 80 pasó un par de años bajo entrenamiento del Instituto de Tavistock en Londres (Inglaterra).
El líder bolivariano no sólo era bueno en sus discursos, para adormecer a las masas populares de acuerdo a algunos expertos en psicología social, sino que también se distinguió en amasar una gran fortuna.
Jerry Brewer, director de la compañía de inteligencia económica Criminal Justice International Associates, con sede en Miami y Virginia del Norte, afirma que Chávez deja una fortuna personal de 2.000 millones de dólares estadounidenses.
El líder bolivariano no sólo era bueno en sus discursos, para adormecer a las masas populares de acuerdo a algunos expertos en psicología social, sino que también se distinguió en amasar una gran fortuna.
Jerry Brewer, director de la compañía de inteligencia económica Criminal Justice International Associates, con sede en Miami y Virginia del Norte, afirma que Chávez deja una fortuna personal de 2.000 millones de dólares estadounidenses.
Pero de todas las cosas que dijo Chávez, hay una que resalta entre las demás por su caracter exopolítico. Afirmó que "él era un hombre humano" (Video 5-6) porque hay muchos humanos de figura humana que no son humanos.
Es decir que los seres reptilianos (Video 7) ya están entre los humanos y controlan el planeta.
Fue el único político que tuvo huevos de hablar en público sobre los reptilianos. Esta es la nuez de Chávez.
Referencias
Bartlett R. (2000). England Under the Norman and Angevin Kings, 1075-1225. Clarendon Press, Oxford, New York, NY, USA. 772 p.
Coleman J. (2005). The Tavistock Institute of Human Relations: Shaping the Moral, Spiritual, Cultural, Political, and Economical Decline of the United States of America. Joseph Holding Corporation, Inc., Irvine, CA, USA. 286 p.
O´Malley J. W. (2010). A History of the Popes. From Peter to the Present. A Sheed & Ward Book, Rowan & Littlefield Publishers, Inc., Plymouth, UK. 349 p.
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