14 de septiembre de 2012
Antes comíamos lo que estaba disponible según la
estación del año. Por lo tanto, nuestra dieta era menos variada. Hoy en día
podemos consumir cualquier fruta o verdura en cualquier época del año alrededor
del mundo.
Esto se debe a dos factores. El primero serían los avances
tecnológicos en el manejo y la conservación de estos productos de la tierra en
cámaras especiales de atmósfera controlada (CA= controlled atmosphere) donde los empresarios juegan como malabaristas con diversas combinaciones de temperatura, presión y
gases como el oxígeno, monóxido y dióxido de carbono y nitrógeno (Fig. 1, Video 1).
Debemos recordar que estos productos de la Madre Tierra son organismos vivos
que respiran oxígeno (O2) y producen dióxido de carbono (CO2).
Video 1. Sistema de atmósfera controlada (CA).
Y adicionalmente a otras cosas, entre ellas la
aplicación de químicos aprobados por sanidad bajo la idea de que si “es baja la
dosis no nos daña.” Por supuesto que hasta que alguien no caiga muerto por allí
o varias personas sufran intoxicaciones por frutas o verduras almacenadas, los
servicios sanitarios no se van a separar de los intereses económicos predominantes
para resolver el caso. Sabemos muy bien que son, sanidad y economía
oligárquica, un sólido matrimonio que pastorea la masa de modernos esclavos. Ya
nos pueden zampar lo que quieran para tenernos enfermos e idiotizados. Y lo
hacen los muy cabrones.
El objetivo de este megacomercio es controlar el
proceso de maduración de los frutos o prevenir la descomposición de las
verduras. Así, un comerciante puede guardar estos productos en grandes
almacenes de CA durante la temporada de la cosecha para luego sacarlos más
tarde a la venta cuando ya calcule que se han escaseado y de esta manera subir
el precio e incrementar sus ganancias económicas. Son estos tiburones del
comercio, los agentes intermediarios, los que hacen más dinero que quien los
cultiva. Por supuesto que si puedes controlar las dos cosas mejor. Total
monopolio de todo en unas pocas manos. Y por este camino vamos.
El segundo factor consiste en el desarrollo de
potentes máquinas de diesel para mover grandes armatostes flotantes, buques
comerciales repletos de containers (Fig. 2), por los mares y océanos del globo
de norte a sur y de este a oeste o viceversa, como parte del fenómeno de la
globalización de la oligarquía mundial.
Figura 2. Buque con cientos de containers. Fuente: Maritime Connector.
De esta manera, un ama de casa quisquillosa
que quiera comer judías verdes en pleno invierno en Londres (Inglaterra) las
puede comprar en cualquier supermercado importadas, por lo general en vuelo
directo, desde Kenia o Etiopía, por mencionar unos ejemplos, donde hay muchos
hambrientos.
Decimos quisquillosa porque si ella ve una motita de polvillo de
suelo o un golpecillo marrón en las judías las rechazará porque ya tiene el
cerebro lavado por los medios de comunicación y las revistas donde a cada rato
ve grandes portadas de frutas y verduras perfectas (Fig. 3), muchas de las cuales
a veces son ciertamente de plástico!
Y si la ama de casa o cualquier consumidor
quisquilloso las rechaza se establece una cadena de dominó en donde los que
verdaderamente salen jodidos son los pobres de los países “en vías de desarrollo”
de donde proceden los productos agrícolas.
Algunos trabajadores son perjudicados porque se quedan sin el
empleo esclavizador de recoger las frutas y verduras (Video 2) en los campos de
las empresas de producción y otros, la mayoría, porque les han robado su
sangre, ya que los recursos suelo, agua y aire pertenecen a todos y no sólo a
unos pocos pícaros exportadores y explotadores. Estos últimos si son de gran
poder económico nunca pierden. ¿Por qué no pierden? La respuesta es simple. En
estos negocios de exportación de frutas y verduras a lo grande hay cualquier
cantidad de narcolavadores o sus propietarios se las han arreglado por medio de
una larga cadena de empresas fantasmas para succionar abundante capital negro
de la mafia.
Video 2. Judías de Kenia (Africa).
De cómo nos joden
la tripa con fruta y verdura gaseada: 1-metilciclopropeno
A pesar de que no
estamos hablando de la historia de la conservación de frutas y verduras por
largos períodos de tiempo, es interesante mencionar que estas cosas no son
nuevas. Ya los antiguos egipcios habían descubierto que los frutos y verduras
están vivos y que respiran. Los conservaban en criptas y tumbas, y por este
motivo los colocaban en las tumbas selladas para que las frutas y los vegetales
consumieran el oxígeno y de esta manera ayudar a que el cuerpo del muerto se
conservara.
Lo nuevo de esta
tecnología de CA es el empleo de ciertos químicos antropogénicos aplicados en
la etapa de post-cosecha de la fruta y verdura para su larga conservación. Una
de estas sustancias es el 1-metilciclopropeno (Fig. 4), aplicada en la
etapa denominada “tratamiento de pre-almacenaje”.
Figura 4. 1-Metilciclopropeno. Fuente: Chem Sink.
El 1-metilciclopropeno
(1-MCP) es un gas a temperatura ambiental y presión estándar. Su solubilidad en
agua es de 137mg/L a una temperatura de 20 ºC. Es además soluble en grasas y
algunos solventes orgánicos. La autoinflamabilidad está entre 188-191 ºC y el
nivel más bajo de inflamabilidad se sitúa alrededor de 1.25-1.60%. El 1-MCP es
comercializado como un complejo de inclusión con alpha-cyclodextrin (FAO/WHO,
2008).
El 1-MCP se
utiliza como inhibidor de etileno, es decir bloquea los receptores de
etileno de las frutas y verduras. Se emplea en la fruta, verdura y flores
almacenadas en CA, especialmente manzanas.
El etileno es una hormona vegetal
que controla y regula muchos procesos fisiológicos en las plantas, incluyendo
el proceso de maduración del fruto (Khan, 2006; Ramina et al., 2007).
Los antiguos egipcios y chinos ya utilizaban este gas para estimular la
maduración de higos y peras (Khan, 2006).
1-MCP es aplicado
a frutas, verduras y flores fumigando por un período corto de tiempo
directamente después de la cosecha para conservar su calidad y reducir pérdidas
durante subsecuentes almacenajes. En otras ocasiones, este químico se aplica
como baño en bolsas selladas o se introduce como gas en las cámaras selladas.
Está disponible como preparación comercial, incluyendo SmartFresh y EthylBloc,
dos marcas registradas (Thompson, 2010).
Se usa con las
manzanas, anteriormente mencionadas, y con peras, aguacates, bananas,
arándanos, fruto de pan, brócoli, pimentones, carambolas, anonas, chirimoyas,
pepinos, durianes, higos, kiwis, lechuga, limones y otros cítricos, lichis,
mangos, melones, papayas, melocotones, patatas, ciruelas, espinacas, fresas,
tomates, entre otros (Thompson, 2010).
En los edificios
con CA donde se almacena la fruta, el gas 1-MCP aplicado en la cámara sellada
mantendrá el producto sin proceso de maduración por largos períodos de tiempo,
lo cual interesa a los comerciantes fruteros para aumentar sus ganancias.
Por otro lado, si
desean hacer madurar la fruta climactérica almacenada en CA, por ejemplo
bananas, entonces utilizan el sistema llamado “maduración de presión”, que
implica la circulación de aire en la cámara de maduración canalizada a través
de las cajas de la fruta de tal manera que el gas etileno exógeno, el cual
inicia la maduración, penetre de manera igual en toda la fruta en el cuarto
(Fig. 5). Al mismo tiempo, al gas CO2 que puede impedir la
maduración no se le permite concentrarse alrededor de la fruta (Khan, 2006).
Figura 5. Cámara de presión para madurar bananas (Según Thompson, 2010).
Ahora bien, ¿cuál
es el riesgo del consumo de fruta gaseada con 1-MCP? De acuerdo a la evaluación
de 1-MCP de la Comisión Europea (2005), “los residuos derivados del uso de
este químico de acuerdo a la aplicación consistente con las buenas prácticas de
protección de plantas, no tienen ningún efecto dañino en la salud humana o
animal.” Esto es asumiendo, también según la CE, que el Máximo
Consumo Diario Teórico (TMDI) para un adulto humano de 60 kg es menor o igual al 1% del Consumo Diario
Aceptable (ADI), el equivalente de 0.0009 mg/kg peso corporal/diario, basado en
la Dieta Europea de la FAO/WHO de Agosto de 1994.
Sin embargo, en
estudios (cruel tortura) de toxicidad de corto plazo (una generación) con ratas de laboratorio, la repetida inhalación de 1-MCP resultó en una
disminución de los glóbulos rojos de la sangre, además de daños en el hígado,
los riñones y el bazo. En los machos, se notó un incremento de los glóbulos
blancos (FAO/WHO, 2008).
En otra tortura
de ratas de laboratorio in vivo, si se utilizaba vapor de 1-MCP en una
concentración de 1000 ppm (partes por millón), no obtuvieron ninguna actividad
mutagénica o cancerígena (FAO/WHO, 2008).
Es obvio que
estudiando los efectos de 1-MCP en una generación de las ratas con un período
de gestación de 21 días no se puede averiguar mucho. Se necesitaría un
seguimiento de muchas generaciones para averiguar los posibles daños. Por lo
tanto, los “esfuerzos” de los servicios sanitarios para “protegernos la salud”
son absolutamente ridículos.
Y es aquí donde
nosotros los consumidores de fruta y verdura gaseada entramos en acción. Somos
nosotros los que nos hemos convertido en los conejillos de Indias a largo plazo
con el 1-MCP y otros químicos que ingerimos. Somos idiotas! Al carajo con eso
de que somos “sapiens”! La evidencia está a la vista de lo descerebrados que
somos como especie.
Pregúntale a
cualquiera que come fruta comprada en el supermercado, particularmente fuera de
estación, y te dirán que el primer síntoma que ocurre al consumir una manzana,
por ejemplo, que haya sido gaseada, ya sea con 1-MCP o que provenga de una
cámara de CA, es una sensación de
inflado. Es decir se llenan de pedos. Y en casos extremos acaban con diarrea (Video 3) y picazón en el cuerpo.
Video 3. Sonidos indiscretos.
Y eso de llenarse
de pedos no puede ser bueno a largo plazo, pues si cada vez que comemos fruta
gaseada nos hinchamos de pedos, a la larga el sistema protector formado por la
microflora de nuestro intestino se va a resentir. Y cada día más y más
investigaciones están apareciendo en revistas y tratados científicos que
señalan que si la microflora intestinal está desequilibrada o dañada, entonces
nos debilitamos y finalmente enfermamos. Una saludable microflora, incluso de la
boca, indica buena salud sistémica (Kim & Amar, 2006).
Resumiendo, que
nos jodan la salud, que reventemos soplados de pedos con fruta gaseada, no
importa. Esto se lo dejan a sanidad. Y si ésta dice que está bien, eso es todo
lo que se necesita.
La economía manda y que se mueran los tontos borregos.
Después de todo, los estudiosos de las conspiraciones nos advierten que la
oligarquía global está interesada en disminuir drásticamente la población
humana (Video 4)
.
Video 4. Reducción de la población mundial.
Referencias
Castro Machado
F.L. de, Alves R.E & Figueiredo R.W. (2008). Application of 1-methylcyclopropene, calciumchloride and calcium amino acid chelate on fresh-cut cantaloupe muskmelon. Pesq.
Agropec. Bras., 43 (5). 569-574.
Coleman J. (1997). The Conspirators´ Hierarchy: The Committee of 300. WIR, 487 p.
European Commission (2005). 1-methylcyclopropene. EC Health &
Consumer Protection Directorate-General, Unit D.3 – Chemicals, contaminants and
pesticides, SANCO/2005/1994-rev.6 (2005). 9 p.
FAO/WHO (2008). 1-Methylcyclopropene. FAO Specifications and Evaluations
for Agricultural Pesticides. Geneva, Switzerland. 26 p.
Khan N.A. (Ed.)(2006). Ethylene Action in Plants. Springer-Verlag,
Heidelberg, Germany. 2006 p.
Kim J. & Amar S. (2006). Periodontal disease and systemic conditions: a bidirectional relationship. Odontology, 94 (1): 10-21.
Porat R., Weiss B., Zapori I. & Dag A. (2009). Postharvest Longevity and Responsiveness of Guava Varieties with Distinctive Climacteric Behaviors to 1-Methylcyclopropene. HortTechnology, 19 (3): 581-585.
Ramina A., Chang C., Giovannoni J., Klee H., Perata P. & Woltering
E. (Eds.) (2007). Advances in Plant Ethylene Research. Springer, Dorbrecht, The Netherlands.
461 p.
Reid M.S. & Staby G.L. (2008). A Brief History of1-Methylcyclopropene. HortScience 43 (1): 83-85.
Thompson A.K (2010). Controlled Atmosphere Storage of Fruits and
Vegetables. 2nd Edition. CABI, Wallingford, UK. 272
p.
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