Servicios ecológicos del Gorrión Común (Passer domesticus). Fuente: Instituto de Biología e Ingeniería de Ecosistemas. |
Por Dr. Max von Ort
12 de junio de 2014
Hay varias maneras de tomarle el pulso ecológico a las ciudades. A continuación expondremos algunas de ellas y de una forma sencilla para el mejor entendimiento de cualquier persona interesada en el tema.
En primer lugar, podemos utilizar el estado de salud de los animales y plantas dentro del área urbana, pues ellos son los primeros que reciben y sufren el impacto de nuestras actividades económicas y sociales.
Por estar al frente del avance industrial de los humanos, las plantas y animales de las áreas urbanas son conocidos en ecología como “organismos bioindicadores” (Markert et al., 2003; Bellinger & Sigee, 2010).
La biodiversidad adaptada a sobrevivir y colonizar las áreas urbanas refleja la condición de la salud del medio ambiente en una ciudad.
Como su nombre lo indica, estos organismos sirven de indicadores y monitores de la calidad medioambiental de un lugar, especialmente las ciudades, las cuales funcionan como auténticos focos de contaminación (Video 1).
Video 1. The most polluted cities in the world (La ciudades más contaminadas del mundo).
Los humanos son productores de desechos y basura. Y a medida
que la humanidad ha avanzado tecnológicamente, el carácter de la basura y los desechos ha
cambiado drásticamente. Ningún animal en el Reino Animal presenta esta
característica. A medida que la industria ha crecido en complejidad en los
últimos dos siglos (Fig. 1), la mezcla y
variedad de los desechos y basura se han vuelto más complejos para su manejo (Rodenbeck
et al., 2005).
Figura 1. Composición de las 229 miilones de toneladas de desperdicios sólidos municipales en los Estado Unido (antes del reciclado). Fuente: Rodenbeck et al. (2005). |
Por lo tanto, necesitamos bioindicadores en nuestras
ciudades y su entorno como centinelas para que nos avisen indirectamente sobre los
contaminantes en el medio ambiente.
La presencia de flora y fauna silvestres en las ciudades es imprescindible y debe ser favorecida. Estos organismos deben ser cuidados y respetados.
Nos proveen de servicios ecológicos gratuitamente.
Por ejemplo, en algunos países (e.g., Alemania), cada cierto tiempo se capturan algunos ejemplares de palomas silvestres (Columba livia) en algunos cascos urbanos sólo para quitarles un par de plumas, las cuales son sometidas a análisis químicos rigurosos en el laboratorio para averiguar su contenido de metales pesados emanados de la industria y de los vehículos (obs. pers.)
Dependiendo del resultado del análisis, se elaboran legislaciones de protección medioambiental en general.
Otra manera de tomar el pulso ecológico urbano es por medio de un personal especializado y bien equipado con aparatos sofisticados electrónicos para monitorear el grado de contaminación del aire, el agua y el suelo.
De hecho es uno de los métodos más empleados alrededor del mundo. Su costo es alto.
También podemos hacer un estudio sobre la salud de los habitantes de una ciudad. Este tipo de trabajo es laborioso, caro y de larga duración.
Su interpretación no es sencilla y los resultados deben ser analizados no sólo desde el punto de vista médico y biológico sino también desde la perspectiva estadística.
Los resultados de estos estudios pueden ser incluso controversiales y a menudo son ignorados si existen fuertes intereses económicos, en cuyo caso se anteponen frecuentemente éstos al bien público.
Al respecto tenemos el caso de las plantas nucleares y los cementerios de residuos radioactivos (Video 2).
La presencia de flora y fauna silvestres en las ciudades es imprescindible y debe ser favorecida. Estos organismos deben ser cuidados y respetados.
Nos proveen de servicios ecológicos gratuitamente.
Por ejemplo, en algunos países (e.g., Alemania), cada cierto tiempo se capturan algunos ejemplares de palomas silvestres (Columba livia) en algunos cascos urbanos sólo para quitarles un par de plumas, las cuales son sometidas a análisis químicos rigurosos en el laboratorio para averiguar su contenido de metales pesados emanados de la industria y de los vehículos (obs. pers.)
Dependiendo del resultado del análisis, se elaboran legislaciones de protección medioambiental en general.
Otra manera de tomar el pulso ecológico urbano es por medio de un personal especializado y bien equipado con aparatos sofisticados electrónicos para monitorear el grado de contaminación del aire, el agua y el suelo.
De hecho es uno de los métodos más empleados alrededor del mundo. Su costo es alto.
También podemos hacer un estudio sobre la salud de los habitantes de una ciudad. Este tipo de trabajo es laborioso, caro y de larga duración.
Su interpretación no es sencilla y los resultados deben ser analizados no sólo desde el punto de vista médico y biológico sino también desde la perspectiva estadística.
Los resultados de estos estudios pueden ser incluso controversiales y a menudo son ignorados si existen fuertes intereses económicos, en cuyo caso se anteponen frecuentemente éstos al bien público.
Al respecto tenemos el caso de las plantas nucleares y los cementerios de residuos radioactivos (Video 2).
Video 2. Grita No al cementerio de Villar de Cañas (España).
Científicamente se ha demostrado de harta manera (e.g., Silva-Mato
et al., 2014; Heinävaara et al., 2010; Bernier et al., 2008; Grunst et al., 2008) que la incidencia de
leucemia en niños menores de 5 años, por ejemplo, aumenta en la vecindad de las instalaciones nucleares (Fig. 2).
Figura 2. Riesgo de contaminación radioactiva en la vecindad de plantas nucleares. Fuente: www.beyondnuclear.org. |
Entre más cerca está el lugar de residencia a la instalación
nuclear, mayor es la incidencia de esta terrible enfermedad en niños.
Pero debido al poder económico, junto con su lobby político, detrás de las plantas nucleares, estos estudios son ignorados y al público sólo se le dice simplemente que “todo está bajo control, que no pasa nada”.
¿Os acordáis de lo que pasó en Fukushima-Daiichi en Japón en 2011 (Video 3)?
Pero debido al poder económico, junto con su lobby político, detrás de las plantas nucleares, estos estudios son ignorados y al público sólo se le dice simplemente que “todo está bajo control, que no pasa nada”.
¿Os acordáis de lo que pasó en Fukushima-Daiichi en Japón en 2011 (Video 3)?
Video 3. The Fukushima nuclear accident (El accidente nuclear de Fukushima).
El público fue engañado y todos hemos sufrido las
consecuencias de la radioactividad liberada por esta planta nuclear infernal a
escala global.
Continuemos con la cuestión de los pulsos ecológicos urbanos.
Un método sencillo de tomar el pulso ecológico es consultando a los habitantes mismos de una ciudad.
La pregunta planteada es simple: ¿Qué piensan acerca de la flora y fauna urbana que les rodea?
Su respuesta es un buen pulso psicológico medioambiental, aparte de su bagaje cultural. Es un reflejo de su salud mental, el cual aunque depende de varios factores, en última instancia entre ellos sí se encuentra el hecho de tener espacios verdes urbanos para poder establecer una conexión con la madre ancestral: la naturaleza. Hay estudios que lo avalan.
Los espacios verdes en las ciudades contribuyen a la salud y mejoran la calidad de vida de las personas, reduce el estrés, estimula la relajación y proveen una sensación de libertad y múltiple beneficios positivos, señalan Douglas (2004) y el reporte “The Urban Environment” publicado por la Royal Comission on Environmental Pollution (UK) en 2009.
Tomemos el pulso ecológico a una ciudad de esta última manera. Hemos escogido a Jaca (Huesca, España)
El pulso ecológico de Jaca
En todas las ciudades del mundo hay personas que son amantes y defensores de la naturaleza.
Estos son los humanos que disfrutan de los paseos en un parque lleno de árboles, para relajarse, resguardarse del calor y respirar aire fresco en verano, sacar de casa a sus hijos o mascotas, olvidar un rato el ajetreo de la vida diaria, para reflexionar sobre decisiones o problemas sofocantes o simplemente para admirar el esplendor de la naturaleza.
El canto de las aves e insectos es especial para ellos y ellas.
Así también existen personas que puedan que no sean personas que detestan todo lo que tenga que ver con la naturaleza.
El “odio” hacia la naturaleza es una manera de pensar y un sentir absolutamente erróneos, los cual delatan y encierran claramente mucho analfabetismo ecológico, problemas psicológicos graves y hasta conductas psicopáticas.
Esta gente anti-naturaleza, que bien algunos de ellos podrían ser no humanos, de acuerdo a G. Hammer (com, pers.), no se acuerdan de que todo lo que les mantiene vivos procede de la naturaleza.
El agua y los alimentos, la regulación de temperatura, la seguridad física y salud, el dormir y la excitación, el sexo y la reproducción, las necesidades sociales y el control sobre nuestras vidas son siete necesidades que son todas extraídas del medio ambiente (Anderson, 1996).
Todo lo que necesitamos para vivir depende del medio ambiente. La naturaleza es la fuente de nuestras vidas y de toda la vida en el planeta.
Por lo tanto, el odio hacia la naturaleza es lo más absurdo sobre la Tierra.
Sólo entre los humanos se da el caso que que haya gente que odie a la “madre de todas las madres” (G. Hammer, com. pers.)
Obviamente, estas personas necesitan tratamiento psicológico o psiquiátrico.
En la ciudad de Jaca (Huesca, España), por ejemplo, nos hemos topado con humanos (algunos pueda que “no sean humanos sino diablos o extraterrestres infiltrados entre la población de humanos”, según G. Hammer, com. pers.) de ambos tipos, odiadores y amantes de la naturaleza.
Los odiadores de la naturaleza en Jaca
Comencemos con lo malo para sacarlo del camino. En Jaca (Huesca, España), hay algunas personas que sienten una aversión y un absoluto repudio hacia la naturaleza.
Todo lo que tenga que ver con la naturaleza es considerado “sucio”.
Asimismo, hay gente cruel con los animales y destructora de plantas en Jaca.
Psiclógicamente, llevan mucha rabia, en realidad miedo, en su corazón y la naturaleza y sus criaturas la pagan.
Entre las personas adultas, en particular de la tercera edad, hemos encontrado algunas mujeres que sufren de un síndrome de “odio” grave hacia la naturaleza.
La simple presencia de animales tales como aves cerca de su casa les pone extremadamente histéricas, violentas, rabiosas. Gritan alocadamente, amenazan y maldicen a cualquier amante de la naturaleza que cruce su camino.
Estas personas son “normales” en su vida diaria y hasta parecen amables pero cuando ven un pájaro o un gato, por ejemplo, se “endiablan”, literalmente. Son psicópatas asolapados.
Lo peor de los casos es que hemos visto a estas mujeres de la “edad de plata” en plena tarea de pasar culturalmente su manía contra la naturaleza a sus nietos de temprana edad.
Y por supuesto, entre los hombres, hay también algunos odiadores de la naturaleza en Jaca y los que de verdad deberían ser examinados por personal competente para su debido tratamiento o para ponerlos tras las rejas.
A estas personas, especialmente a aquellas de la tercera edad, que sufren del síndrome de odio hacia la naturaleza, les recomendamos que, con tanta abundancia de literatura, se instruyan sobre el mundo de la naturaleza o bien se acerquen al Ayuntamiento de Jaca para tomar un curso sobre ecología dirigido específicamente para gente mayor que desea aprender sobre el mundo que les rodea.
Ante una crisis ecológica global, este tipo de actitudes en personas que sufren de miopía biosférica no son nada saludables para todos los demás que habitamos este bello y único planeta.
Los amantes de la naturaleza en Jaca
Ahora viene lo bueno. Totalmente contrapuesto a lo anterior, a los odiadores de la naturaleza, también existen muchas personas amantes y defensores de la naturaleza en Jaca (Huesca, España).
Tenemos un buen ejemplo: El caso de los defensores, mujeres en su mayoría, de la naturaleza (Video 4), especialmente de Don Chopo, el último árbol gigante de Jaca (Fig. 3), cuya tala había sido programada pero ha sido suspendida por el momento. La lucha por salvar la vida de este bello árbol aún continúa.
Continuemos con la cuestión de los pulsos ecológicos urbanos.
Un método sencillo de tomar el pulso ecológico es consultando a los habitantes mismos de una ciudad.
La pregunta planteada es simple: ¿Qué piensan acerca de la flora y fauna urbana que les rodea?
Su respuesta es un buen pulso psicológico medioambiental, aparte de su bagaje cultural. Es un reflejo de su salud mental, el cual aunque depende de varios factores, en última instancia entre ellos sí se encuentra el hecho de tener espacios verdes urbanos para poder establecer una conexión con la madre ancestral: la naturaleza. Hay estudios que lo avalan.
Los espacios verdes en las ciudades contribuyen a la salud y mejoran la calidad de vida de las personas, reduce el estrés, estimula la relajación y proveen una sensación de libertad y múltiple beneficios positivos, señalan Douglas (2004) y el reporte “The Urban Environment” publicado por la Royal Comission on Environmental Pollution (UK) en 2009.
Tomemos el pulso ecológico a una ciudad de esta última manera. Hemos escogido a Jaca (Huesca, España)
El pulso ecológico de Jaca
En todas las ciudades del mundo hay personas que son amantes y defensores de la naturaleza.
Estos son los humanos que disfrutan de los paseos en un parque lleno de árboles, para relajarse, resguardarse del calor y respirar aire fresco en verano, sacar de casa a sus hijos o mascotas, olvidar un rato el ajetreo de la vida diaria, para reflexionar sobre decisiones o problemas sofocantes o simplemente para admirar el esplendor de la naturaleza.
El canto de las aves e insectos es especial para ellos y ellas.
Así también existen personas que puedan que no sean personas que detestan todo lo que tenga que ver con la naturaleza.
El “odio” hacia la naturaleza es una manera de pensar y un sentir absolutamente erróneos, los cual delatan y encierran claramente mucho analfabetismo ecológico, problemas psicológicos graves y hasta conductas psicopáticas.
Esta gente anti-naturaleza, que bien algunos de ellos podrían ser no humanos, de acuerdo a G. Hammer (com, pers.), no se acuerdan de que todo lo que les mantiene vivos procede de la naturaleza.
El agua y los alimentos, la regulación de temperatura, la seguridad física y salud, el dormir y la excitación, el sexo y la reproducción, las necesidades sociales y el control sobre nuestras vidas son siete necesidades que son todas extraídas del medio ambiente (Anderson, 1996).
Todo lo que necesitamos para vivir depende del medio ambiente. La naturaleza es la fuente de nuestras vidas y de toda la vida en el planeta.
Por lo tanto, el odio hacia la naturaleza es lo más absurdo sobre la Tierra.
Sólo entre los humanos se da el caso que que haya gente que odie a la “madre de todas las madres” (G. Hammer, com. pers.)
Obviamente, estas personas necesitan tratamiento psicológico o psiquiátrico.
En la ciudad de Jaca (Huesca, España), por ejemplo, nos hemos topado con humanos (algunos pueda que “no sean humanos sino diablos o extraterrestres infiltrados entre la población de humanos”, según G. Hammer, com. pers.) de ambos tipos, odiadores y amantes de la naturaleza.
Los odiadores de la naturaleza en Jaca
Comencemos con lo malo para sacarlo del camino. En Jaca (Huesca, España), hay algunas personas que sienten una aversión y un absoluto repudio hacia la naturaleza.
Todo lo que tenga que ver con la naturaleza es considerado “sucio”.
Asimismo, hay gente cruel con los animales y destructora de plantas en Jaca.
Psiclógicamente, llevan mucha rabia, en realidad miedo, en su corazón y la naturaleza y sus criaturas la pagan.
Entre las personas adultas, en particular de la tercera edad, hemos encontrado algunas mujeres que sufren de un síndrome de “odio” grave hacia la naturaleza.
La simple presencia de animales tales como aves cerca de su casa les pone extremadamente histéricas, violentas, rabiosas. Gritan alocadamente, amenazan y maldicen a cualquier amante de la naturaleza que cruce su camino.
Estas personas son “normales” en su vida diaria y hasta parecen amables pero cuando ven un pájaro o un gato, por ejemplo, se “endiablan”, literalmente. Son psicópatas asolapados.
Lo peor de los casos es que hemos visto a estas mujeres de la “edad de plata” en plena tarea de pasar culturalmente su manía contra la naturaleza a sus nietos de temprana edad.
Y por supuesto, entre los hombres, hay también algunos odiadores de la naturaleza en Jaca y los que de verdad deberían ser examinados por personal competente para su debido tratamiento o para ponerlos tras las rejas.
A estas personas, especialmente a aquellas de la tercera edad, que sufren del síndrome de odio hacia la naturaleza, les recomendamos que, con tanta abundancia de literatura, se instruyan sobre el mundo de la naturaleza o bien se acerquen al Ayuntamiento de Jaca para tomar un curso sobre ecología dirigido específicamente para gente mayor que desea aprender sobre el mundo que les rodea.
Ante una crisis ecológica global, este tipo de actitudes en personas que sufren de miopía biosférica no son nada saludables para todos los demás que habitamos este bello y único planeta.
Los amantes de la naturaleza en Jaca
Ahora viene lo bueno. Totalmente contrapuesto a lo anterior, a los odiadores de la naturaleza, también existen muchas personas amantes y defensores de la naturaleza en Jaca (Huesca, España).
Tenemos un buen ejemplo: El caso de los defensores, mujeres en su mayoría, de la naturaleza (Video 4), especialmente de Don Chopo, el último árbol gigante de Jaca (Fig. 3), cuya tala había sido programada pero ha sido suspendida por el momento. La lucha por salvar la vida de este bello árbol aún continúa.
Video 4. Denuncia de tala de árboles en río Gas de Jaca (Huesca, España).
Figura 3. Don Chopo (Populus nigra), el último árbol gigante en el Camino Corona de los Cuervos en Jaca (Huesca, España). Credit: Milagros S.
Trullén via Gundhramns Hammer.
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Estas valientes personas se han pronunciado en contra de la tala de Don Chopo (Fig. 3), el hermoso árbol en el Camino Corona de los Cuervos que vale más vivo que muerto, por muchas razones.
A estas nobles personas que están a favor de la naturaleza se les pueden encontrar en cualquier rincón de Jaca. ¡Bravo a ellas y ellos!!
El día lunes, 9 de mayo de 2014, por ejemplo, nos encontramos a la señora Ana, una persona amante de la naturaleza, que nos ha dado su opinión sobre el crimen ecológico de la antigua Plaza de Bescós en Jaca (Figs. 4-5):
A estas nobles personas que están a favor de la naturaleza se les pueden encontrar en cualquier rincón de Jaca. ¡Bravo a ellas y ellos!!
El día lunes, 9 de mayo de 2014, por ejemplo, nos encontramos a la señora Ana, una persona amante de la naturaleza, que nos ha dado su opinión sobre el crimen ecológico de la antigua Plaza de Bescós en Jaca (Figs. 4-5):
Figura 4. Plaza de Bescós en Jaca (Huesca, España): Antes. Fuente: Panoramio. |
Figura 5. Plaza de Bescós en Jaca (Huesca, España): Hoy. Fuente: Panoramio. |
En estas fotos (Figs. 4-5) se puede observar que la antigua Plaza de Bescós (o Biscós) era bella, con abundantes árboles y cuentan que incluso tenía un pequeño lago, pero todo esto fue arrasado para construir un "parking" subterráneo.
Parece que una fiebre o cáncer del cemento se está devorando los espacios verdes urbanos alrededor del mundo, pues es una tendencia notoria en muchas ciudades, según nos informa un primo nuestro quien es arquitecto, está contra esta invasión y vive en Canadá.
Este gran "parking" de Jaca es hoy gestionado por el Grupo MLN, i.e., la empresa Construcciones Mariano López Navarro S.A, de la cual el Secretario No Consejero, Sr. Fernando Álvarez de Toledo Marina, curiosamente está emparentado con los Duques de Alba, la Casa de Moctezuma II de México y, en el siglo XIV, con el cardenal Gutierre Álvarez de Toledo (1376-1446), obispo de Palencia, primado de Toledo y arzobispo de Sevilla.
A continuación damos el relato de la señora Ana, mientras mirábamos la nueva plaza encementada de Bescós:
Parece que una fiebre o cáncer del cemento se está devorando los espacios verdes urbanos alrededor del mundo, pues es una tendencia notoria en muchas ciudades, según nos informa un primo nuestro quien es arquitecto, está contra esta invasión y vive en Canadá.
Este gran "parking" de Jaca es hoy gestionado por el Grupo MLN, i.e., la empresa Construcciones Mariano López Navarro S.A, de la cual el Secretario No Consejero, Sr. Fernando Álvarez de Toledo Marina, curiosamente está emparentado con los Duques de Alba, la Casa de Moctezuma II de México y, en el siglo XIV, con el cardenal Gutierre Álvarez de Toledo (1376-1446), obispo de Palencia, primado de Toledo y arzobispo de Sevilla.
A continuación damos el relato de la señora Ana, mientras mirábamos la nueva plaza encementada de Bescós:
- “Fue muy triste encontrarse una mañana con todos los árboles cortados en la Plaza Bescós. Los pájaros pasaron muchos días buscando su lugar. Y todo para hacer una plaza que es peligrosa en verano e invierno. En verano hace un calor horrible que te achicharras, no es para estar allí ni para pasar. En invierno es peligroso por la capa de hielo que se forma. Aún me acuerdo…. mucho. No he perdonado esta destrucción en beneficio de unos pocos".
Y como la señora Ana hay muchas mujeres en Jaca que no están de acuerdo con la política local actual en cuanto al manejo de los recursos naturales de los cuales depende su salud psicológica y física.
Específicamente, ellas expresan que están en contra de la tala de los árboles en su entorno urbano e incluso más allá de su circulo comunal, a escala global.
En una pequeña ciudad como Jaca, estas personas deberían ser consultadas para cualquier acción gubernamental que tenga que ver con la naturaleza y que les afecte en su vida cotidiana.
Son las personas de la gran avanzada biosférica de un despertar que va más allá de su propio ego. Intuyen que la supervivencia del ser humano no ocurrirá a no ser que todos los humanos nos reconectemos espiritualmente a la Madre Naturaleza.
Resumiendo. Desde el punto de la psicología medioambiental, las espacios verdes, y por ende sus componentes bióticos y abióticos, son extremadamente importantes para la salud de todas las personas en una ciudad.
En el caso de Jaca (Huesca, España), la flora, incluyendo a Don Chopo, y la fauna del casco urbano y su entorno son valiosos y deben ser protegidos con las ordenanzas municipales adecuadas para asegurar su conservación para las generaciones futuras.
Por lo tanto, no pueden ser intervenidos por puro capricho, particularmente con miras a un anti-ecológico e inflado “desarrollo” urbanístico.
Nuestra manera caprichosa y que ciertamente raya en lo estúpido de tocar y dañar la naturaleza nos ha llevado a la presente crisis ecológica.
Local y globalmente, estamos ciegos. Ya es hora de ponernos las gafas biosféricas para el bien de todos en la Tierra.
Esperamos que tomen nota, quienes deben tomar nota sobre estos asuntos que nos atañen a todos: la salud de la naturaleza, de la cual depende la nuestra.
Agradecimientos
Agradecemos a la señora Ana por su colaboración acerca de la Plaza Bescós en Jaca.
También extendemos nuestros agradecimientos al equipo de Gundhramns Hammer por el espacio en su blog.
Referencias
Anderson E.N. (1993). Ecologies of the Heart: Emotion, Belief and the Environment. Oxford University Press, Inc., New York, NY, USA. 256 p.
Bellinger E. & Sigee D. C. (2010). Freshwater Algae: Identification and Use as Bioindicators. Wiley-Blackwell, John Wiley & Sons, Ltd., Chichester, UK. 271 p.
Bernier M.-O., Gregoire E., Jacob S., Laloi P., Laurier D., Leuraud K., Metz C., Samson E., Gautier M., Hardy S., Baysson H., Chartier M., Rannaou A., Tirmarche M., Blanchardon E., Roy L., Trompier F. & Stephano L. (2008). Les études épidémiologiques des leucémies autour des installationsnucléaires chez l´enfant et le jeune adulte: revue critique. Rapport DRPH/SRBE nº 2008-001. Direction de la Radioprotection de l´Homme, Laboratoire d´Épidémiologie des rayonnements ionisants D. Laurier, Fontenay-aux-Roses, France. 198 p.
Douglas I. (2004). Urban greenspace and mental health. UK MAS Urban Forum, May 2004: 1-14.
Frumkin H. (Ed.) (2005). Environmental Health: From Global to Local. Jossey-Bass, A Wiley Imprint, San Francisco, CA, USA. 1108 p.
Gärling T. & Gollege R. G. (Eds.) (1993). Behavior and Environment: Psychological and Geographical Approaches. Advances in Psychology 96. North-Holland, Amsterdam, The Netherlands. 483 p.
Grunst M., Baldauf D. & Reinöhl-Kompa S. (2008). Bewertung der epidemiologische Studie zu Kinderkrebs in der Umgebung von Kernkraftwerken (KiKK-Studie). Ber. Strahlenschutzkom. (SSK), Bundesministeriums für Umwelt, Naturschutz und Reaktorsicherheit, Heft 57: 1-39.
Heinävaara S., Toikkanen S., Pasanen K. Verkasalo P. K., Kurttio P. & Auvinen A. (2010). Cancerincidence in the vicinity of Finnish nuclear power plants: an emphasis on childhood leukemia. Cancer causes Contr., 21: 587-595.
Markert B. A., Breure A. M., & Zechmeister H. G. (Eds.) (2003). Bioindicators & Biomonitors: Principles, Concepts and Applications. Trace Metals and other Contaminants in the Environment 6. Elsevier Science Ltd., Oxford, UK. 997 p.
Rodenbeck S., Orloff K., Rogers H. & Falk H. (2005). Solid and Hazardous Waste. Chapter 19th. In: Pp. 519-543, Environmental Health: From Global to Local, Gärling T. & Gollege R. G. (Eds.), Jossey-Bass, A Wiley Imprint, San Francisco, CA, USA. 1108 p.
Österreich und von Toskana H. G. von (2012). Nunca aprendemos las lecciones: los gorriones son hilos que sujetan la Biosfera. Inst. Biol. Ing. Ecosist., 2012: 1-10.
Rom W. N. (2012). Environmental Policy and Public Health: Air Pollution, Global Climate Change, and Wilderness. Jossey-Bass, A Wiley Imprint, San Francisco, CA, USA. 451 p.
Royal Commission on Environmental Pollution (2009). The Urban Environment. Twenty-sixth Report. TOS (The Stationary Office), London, UK. 218 p.
Silva-Mato A., Viana D., Fernández-SanMartín M. I., Cobos J. & Viana M. (2014). Cancer risk around the nuclear powerplants of Trillo and Zorita (Spain). Occup. Environ. Med., 60: 521-527.
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