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domingo, 8 de diciembre de 2013

LAS PELOTAS DE BRASIL: NO QUESO BIOSFERICO, NO PELOTAS

Por Gundhramns Hammer 
8 de diciembre de 2013


Si el hombre no le pone sostenibilidad a sus pelotas, sus pelotas no serán sostenibles. Aunque pueda que sus pelotas nunca serán sostenibles porque no las puede sostener en su juego de pelotas insostenibles.

Source: ecojesuit


El queso biosférico, la Tierra, está siendo consumido por las ratas humanas. Y a medida que otras naciones de ratas humanas se tiran a la piscina del famoso "desarrollo económico", eufemismo que significa joder a la Naturaleza, más pronto se acabará la fiesta. 

Son varias las naciones que han apostado por no quedarse sin comer queso biosférico. Son las naciones denominadas "economías emergentes" como la India, Brasil, China, Rusia, entre otras. Los nuevos en la cuadra de devoradores del queso biosférico.

Brasil, por ejemplo, se está perfilando como una gran nación que sin duda jugará un papel muy importante en el mundo multipolar del cercano futuro, si es que queda queso biosférico.

Sin embargo, esta nación, los Estados Unidos Brasileiros, tiene muchos, muchos retos y problemas que resolver: la pobreza, la deforestación, la contaminación, la corrupción.... todos esas espinas que de una u otra manera son el resultado de haber tomado el modelo de los países que se lanzaron al vagón de la máquina industrial primero y que ahora están contaminadas hasta las agallas y su contaminación ha dado la vuelta al mundo (ej., DDT).

En cuanto a la deforestación, existe la posibilidad de que acaben con la foresta amazónica, la tajada que les corresponde a los brasileños. Van por ese camino (Video 1).


                 Video 1. La deforestación de la Amazonía (Amazon deforestation).



Con respecto a la pobreza (Video 2), pobres no hay duda que siempre tendrán en Brasil, los hay incluso en cualquier país de los 27 que componen la Unión Europea (Video 3), donde hay 84 millones de personas en la pobreza y en una región donde se supone existe un sólido sistema de protección social. Pero la crisis económica actual está desbaratando su burbuja. 


       Video 2. Danzando con el diablo (Dançando com o diabo. Dancing with the devil).


                                    Video 3. Pobreza en Europa.


¿Y qué hay de la contaminación? A medida que avanza y la población aumenta, indudablemente se agudizarán los problemas de contaminación en Brasil (Video 4). 



                        Video 4. Contaminación y residuos en Rio de Janeiro, Brasil.



En los años 60 y 70 se solía hablar del problema de la sobrepoblación humana. Hoy es un tema poco mencionado. Sin embargo, el problema sigue allí. 

Considerando que los humanos son muy pisones (cojín cogiones, copulones) y que a la larga acabaran devorandose todo el queso biosférico (la Tierra), sin alivio de colonización en otros planetas habitables, pues si los hay estarían muy lejos y se necesitarían miles de generaciones de humanos en el espacio para llegar hasta ellos, incluso la colonización de Marte sería para aquel que pueda pagarse el viaje, "no estaría mal implementar un programa de capado (castrado) a escala mundial de los varones, con previo congelado de su semilla en nitrogeno líquido para que no se enfaden por haberles arrancado sus pelotas". 

Al menos es lo que se oye por allí en los pasillos durante el lapso de recreo en los simposios de ecología humana de los científicos preocupados por su pellejo, patrocinados por la élite global que está cagada de miedo porque tiene miedo de quedarse sin pan ni queso biosférico.

Si el hombre no le pone sostenibilidad a sus pelotas, sus pelotas no serán sostenibles. Y la Naturaleza le aplastará sus pelotas.

En fín, montones o no montones, donde haya humanos, siempre habrá mierda. El hombre es un mono desnudo parlante muy cagón y sucio (Video 5). Es un mierda, tal como su nombre humano lo indica, derivado del proto-indoeuropeo dghem que quiere decir mierda, humus, tierra, estiércol.


                                          Video 5. Mierda vertida en el mar.


La contaminación no sólo es un problema que se puede resolver con nuevas tecnologías, entre las cuales ya existen muy buenas por cierto. 

Pero también implica un cambio en la manera de pensar, actuar y consumir de los ciudadanos y esto no es fácil de cambiar de la noche a la mañana con la gente. 

Los humanos son duros de mollera. Mientras no les toquen las pelotas, y todo lo que tenga que ver directa o indirectamente con sus pelotas, o con un cambio en el juego de las pelotas, todo marchará bien, en apariencia al menos.

La contaminación medio ambiental es un problema global. Incluso las naciones europeas que se las dan de limpias producen mucha mierda tóxica, las que más, la cual frequentemente va a parar a Africa (Video 6), en un juego raro de pelotas en contrabando.


                         Video 6. Residuos tóxicos, una herencia mortal.




Pero vayamos a las pelotas. Y Brasil sí tiene pelotas. Aparte de que su población de pelotas es muy numerosa, pues según el Index Mundi, el perfil de la población masculina de Brasil rondaba en 27.219.651 en el 2012, hay otras pelotas.

Son más de 27 millones de pares de pelotas (cojones, huevos, testículos) que andan por allí colgando, "asfixiados" por la apretada ropa o al aire libre de vez en cuando en las favelas persiguiendo una pelota en el juego de las pelotas futbolísticas o en la jungla expuestos a los insectos o las mordidas de lagartos y serpientes. 

Es decir, hay más de 54 millones de cojones brasileiros. Sin contar alguno que otro que por alguna mutación pueda tener tres pelotas en su colgajo genital. Y esos son muchos cojones, sólo en Brasil.

¿Erase dos pelotas genitales pegadas a una pelota cerebral o érase una pelota cerebral pegada a dos pelotas genitales? 

De la manera cómo funciona el hombre (Homo insapiens) más bien parecen dos pelotas genitales arrastrando a otra pelota llena de sesos. 

Al menos, eso parece visto desde lejos, después de que las hormonas han puesto en marcha el motor de las pelotas.

Brasil también tiene otras pelotas. Tiene una ciudad llamada Pelotas (Fig. 1), en el Estado de Rio Grande do Sul, donde el cultivo de melocotón es un reglón económico. En Pelotas fabrican mucha mermelada de durazno, para el desayuno de las pelotas que pueden comprar estos lujos en los supermercados insostenibles.


Figura 1. Ciudad Pelotas de Brasil. Fuente: Wikipedia.


Pelotas es una ciudad de apariencia tranquila (Video 7) pero debajo de la mesa las pelotas juegan con pelotas en aguas intranquilas. 


                          Video 7. Pelotas, Rio Grande do Sul, Brasil.



Pelotas tiene una población de 327.778 habitantes (Wikipedia, 2013). Está localizada en la costa sudeste, en las márgenes del Canal San Gonzalo que une las lagunas de Mirim y los Patos, las de mayor extensión en Brasil.

En el pasado, esta ciudad jugó un papel muy importante en la exportación de carne seca de vacuno (charquis) a las plantaciones de caña de azúcar para alimentar a los esclavos.

A 250 km se encuentra la capital del Estado do Sul, llamada Porto Alegre. Pelotas es famosa por la Fenadoce, la feria de los famosos dulces de origen portugués. 

Unas 30 dulcerías exponen sus deliciosos productos a turistas nacionales e internacionales. Acaban de celebrar la del año 2013, del 29 de mayo al 16 de junio.

No todo es dulces en Pelotas. En 2006 fueron atrapados los capos de la mafia de contrabando, junto con su abogada defensora. Estos bandidos contaban con la complicidad de policías brasileños. Dos de estos cómplices policiales fueron ejecutados por el famoso sicario Ricardo Guimaraens, conocido como “El matador”, culpable de decenas de homicidios en Brasil. 

Desde su centro de operaciones en un lujoso hotel de Montevideo (Uruguay), la banda de mafiosos se dedicaba al contrabando de mercancías provenientes de China, las cuales pasaban por Miami (USA) y Uruguay para luego distribuirlas en las ciudades principales de Brasil. Los mafiosos movían unos 50 millones de USD por mes.

Pelotas es un sitio estratégico para contrabandear, su cercanía a Uruguay le convierte en un objetivo perfecto para el crimen organizado por ser además una ciudad tranquila.

Estos grupos criminales introducen en Brasil una amplia variedad de artículos, tales como aparatos eléctricos, ropa cara, insumos de agricultura (herbicidas, insecticidas, etc.), droga, armas, repuestos de automóviles y motocicletas y otros artículos de alta demanda por consumidores brasileños.

De Brasil hacia Uruguay, los mafiosos sacan diamantes, oro brasileño y de otros países sudamericanos, piedras preciosas, y por supuesto, cuando se está celebrando la Fenadoce, los famosos dulces, más otros encargos. 

Ya todos sabemos que donde hay demanda, la mafia la huele a larga distancia y se acelera a aprovecharla a lo máximo. 

En fin, las Pelotas de Brasil han contribuido su grano de arena para que Uruguay se haya convertido en uno de los mayores exportadores de oro del mundo, a pesar de que no tiene ninguna mina de este metal precioso.

Hay dos tipos de pelotas que endulzan la vida de los Brasileños del sur, las pelotas y las Pelotas. Brasil tiene pelotas y Pelotas. 

Y si Brasil no tiene las pelotas donde debe tener las pelotas para ponerle sostenibilidad a sus pelotas y buscar otro modelo de vivir que no sea el capitalismo ecocida y cualquier tipo de -ismo que tenga que ver con el devastacionismo de la Naturaleza, se va a que dar sin sus pelotas y sin sus Pelotas.


Referencias

Dolfsma W., Duysters G. & Costa I. (Eds.) (2009). Multinationals and Emerging Economies. The Quest for Innovation and Sustainability. Edward Elgar Publishing Limited, Glos, UK. 187 p.

Santos Chiechelski P. C. (1994). Análise da indústria de conservas vegetaís de Pelotas/RS. Dissertação de Mestre, Universidade Federal do Rio Grande do Sul, Brasil. 135 p.

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