Por
Salvatore Scimino
6 de julio
de 2012
“La vida es un puente
entre un punto fugaz hacia un punto infinito.”
Henri Cagnengues
Somos viajeros del
tiempo en una nave estelar frágil. La dura roca, el humilde trébol en el prado,
el melodioso ruiseñor, el caudaloso río, la hermosa ardilla, el paciente
caracol, la majestuosa acacia, el polinizador insecto, el murciélago frugívoro
ingeniero de ecosistemas, la zorra plantadora de semillas, el delicioso fruto
de la maracuyá, la mano de la bondadosa madre, las bacterias de las raíces de
las leguminosas, cada una y todas las notas de la sinfonía de la existencia
sobre la Tierra... todas y todos somos astronautas.
Me gusta observar.
Soy un punto observando a otros puntos. A medio andar por el Camino de Puntos
he llegado a un punto donde comprendo que sin perspectiva cosmológica, nosotros
puntos seguidos virulentos, podemos convertirnos en puntos finales de puntos
seguidos en la Vida.
Ser humano... punto
seguido virulento... punto final. Punto virulento despierta y hace su objetivo
llegar a ser punto seguido de puntos seguidos para otros puntos seguidos. El
punto virulento abandona la idea de ser el centro de los puntos del Libro de
los Puntos, la Creación. Se convierte en un punto seguido con su corazón
repleto de amor, con plenitud de sentimiento de lo Infinito. Resultado:
florecerá la vida hasta que llegue el fin del Sistema Solar o del Universo.
El fin del Universo,
cuando acabe si acaba, será el punto final de todos los puntos seguidos y todos
los puntos finales encontrados en cualquier párrafo del gran Libro.
Pero mientras tanto,
mientras eso no ocurra, una vez haya logrado el salto, de punto virulento a
punto dadivoso, como buen custodio de la
joya azul y verde, la Tierra, su marcha irá bien.
Debe ser así. ¡Es la
única salida!
La Tierra vista desde la Luna. Fuente: Xataka Ciencia.
UN PUNTO VIRULENTO
VISTO DESDE LA ORBITA
Como lo he dicho en
otra ocasión: “Observado
cualquier ecovampiro (Homo “sapiens”) desde la órbita es una bestia aburrida.
Se ocupa de muchas faenas ecológicamente insostenibles sin sentido y a
esto le llama inteligencia.
Cada ecovampiro que
nada en la abundancia es un punto virulento en la Tierra. Es un punto virulento
seguido de otros puntos virulentos. La vida es un punto.
El punto pasa durante
8 horas zampado en un cubo, interactuando con otros puntos. El punto sale del
cubo. El punto se mete en otro punto móvil para llegar a otro cubo. Al llegar
allí el punto da vueltas en zigzag en su cubo, en el cual pasará la noche, solo
o acompañado de otros puntos. Por la mañana el punto sale del cubo, se encarama
al punto móvil y se va otra vez a pasar 8 horas al mismo cubo de donde apareció
anteriormente. Pasan los años y el punto pierde energía. Colapsa y lo
empaquetan y lo meten en otro cubo. Y a esto se le llama vida. La vida es un
punto.”
Vamos a ponerle el
telescopio a un punto para ver qué ocurre de cerca. De esta manera vamos a
descubrir los secretos de los puntos.
Los puntos se mueven de arriba para abajo, o viceversa; de
izquierda a derecha o viceversa. Vemos una cadena de borrones detrás de cada
uno.
Pero acerquémonos más a la vida cotidiana de un punto. Tú, él o
ella, ellos o ellas. Cualquiera.
A continuación esto es lo que veo bajo mi telescopio. Tú llegas a
casa del trabajo y te relajas un poco. Te acercas a la cocina y coges algo para
meterle combustible a tu maravilloso cuerpo, tu tripa, lo único que te
procupa. Es una visión tan reducida, tan miope.
Comes hasta reventar solo o en familia, luego te sientas en tu
sofá favorito a ver emanaciones lavacerebros del tubo (TV) o te aplastas en la
silla frente al ordenador. [Este sería el caso si has aterrizado en la
abundancia del ecovampirismo de las naciones chupópteras del planeta. Si te
tocó la jodida por haber aterrizado en manos de padres en suma pobreza, te irás
a cama sin haber probado una miga excepto sopa de piedra.]
Te hartas de ver la pantalla electrónica o de chatear y enviar
mensajes estúpidos a tus amigos al otro extremo de la línea, de hacer cuentas
para pagar la hipoteca o cuentas para robarles más a los contribuyentes o a tus
clientes... una infinidad de tareas para redondear tu día.
Por supuesto, estamos hablando de ecovampiros que viven arriba de
la línea de la pobreza. Para aquellos que pasan terrible hambre, hambre de
verdad, hambre de muerte, la odisea de buscar algo que comer para sobrevivir
implica vivir zampado hasta las narices en la mierda de los vertederos para
aguantar mecha (Fig. 1 & Video 1). Esta
habrá sido la única faena del día, si tienen la suerte de vivir cerca de un basurero,
y si han tenido la suficiente energía para levantarse ese día.
Figura 1. Niño escarbando en la basura. Fuente: Izismile.
Video 1. Niños del vertedero en Cambodia.
Si no, no hay más remedio que quedarse tirado en la calle (Video 2) sobre un
cartón o trapos y seguir durmiendo, conservando las pocas fuerzas que quedan, por si acaso con una lata o un vaso de papel al lado y con o sin un cartoncito con el cual pides una limosna (Fig. 2), la cual a veces nunca llega, pues la
vida moderna tiende a convertir a muchos “humanos” en auténticos demonios egoístas.
En el mundo de estos diablos sólo impera la ley de joder al más débil.
Figura 2. Un pobre duerme en la calle y pide limosna. Fuente: RFT.
Video 2. La vida de los pobres en la calle.
Y si todavía vives en la selva, de las pocas que quedan, podrás
sobrevivir de lo que da la Tierra (Fig. 3 & Video 3). Todo marchará más o menos bien. Pero un día te despiertas alarmado
por el ruido de las motosierras y los tractores y entonces las cosas ya se te
jodieron, a partir de ahora se torcerá tu mundo. El jinete del apocalipsis de
tu universo galopa a tope y hará colapsar tu bello bosque sobre tus hijos y tu
cabeza. Han llegado las multinacionales y al final te echarán de tu floresta.
Video 3. Los pigmeos de Africa.
Estos demonios, matones y trituradores y destructores de vida, se
llevarán todo para alimentar a sus piaras de cerdos en sus tierras (Video 4). El comercio basado en la
destrucción de la Biosfera (Video 5) es muy rentable para unos pocos miles, dicen que son
alrededor de 6.000 los ladrones, pero casi todo el mundo peca de esto de todas
maneras.
Video 4. Barco inglés pierde su carga de madera en el mar.
Video 5. La destrucción de la selva amazónica.
En estos tiempos, tal como ocurría con aquellos imperios olvidados
y desenterrados de vez en cuando por arqueólogos e historiadores, la
destrucción de la Naturaleza empieza por los deseos impuestos por la moda, la codicia,
el lujo, por la boca de aquellos que comen y acumulan más de lo que necesitan.
Tú feliz en tu chiquero que llamas “casa”, revolcándote en el lodo
de la abundancia, al final del día, después de haberte atiborrado tu cerebro de
información, las noticias, los chismes del día, tu dosis de deportes o
pornografía, te vas a descansar sobre tu cama de cuatro patas.
Cuatro patas... cuatro puntos sujetados por millones de puntos.
Tus cuatro puntos por si aún no te has enterado arrebataron los puntos a otros
puntos que se quedaron sin puntos para continuar sin puntos por la vida, su
mísera secuencia de puntos que les ha tocado vivir.
Ya en cama si estás con pareja, la tensión de tu trabajo mal
parido, tu fantasía erótica, tu aburrimiento o tu miedo al futuro y la muerte te empujarán a
friccionar tus órganos sexuales hasta que alcanzas las estrellas en un O fulminante.
La fricción acabará bien, ayudándote a soltar tensión agresiva, como en los bonobos (Pan paniscus) (Video 6), si tus gónadas están sanas, sin cáncer o chancro.
ADVERTENCIA: PUEDE OFENDER LA SENSIBILIDAD DE ALGUNAS PERSONAS.
Video 6. Los bonobos
(Pan paniscus) hacen el amor y no la guerra.
En el otro extremo, después de gastar tantas calorías intentándolo
y molestando a tus vecinos con tus gemidos y los ruidos de tu cama, golpeando
la pared en persecución del big bang sexual, no llegas a nada, ni tú ni tu
pareja, pues uno o ambos padecéis de
disfunción sexual (Video 7). ¡Qué desastre!
ADVERTENCIA: PUEDE OFENDER LA SENSIBILIDAD DE ALGUNAS PERSONAS.
Video 7. Pareja frotando sus callos reproductores.
Da igual el resultado, las cosas se calman y luego después sufres
de insomnio, das vueltas y vueltas intentando dormir, sin lograrlo. Te levantas
y te tragas una píldora para dormir y otra vez a la cama. Bueno, esto es lo que
les pasa a la mayoría de ecovampiros.
Llega la mañana, ¡qué horror!, y otra vez a la rutina. Despertar,
salir de la cama, ir al baño a vaciar tus tripas (difícilmente si andas duro) y/o vejiga, reñir cuando protestan si tardas mucho, ducharte, acicalarte con talcos, perfumes, colonias y desodorantes poco o mucho para esconder los olores a podrido que salen de tu punto negro o el sobaco, cepillarte los dientes o enjuagarte la boca con algún líquido matasanos y así evitar molestias cuando abres el hocico, aplicar un poco de maquillaje a tus arrugas... en fin,
toda una serie de pasos para enfrentarte al plató que te espera afuera (Video 8).
Video 8. La vida ajetreada
de la ciudad de Tokio, Japón.
El nuevo día puede ser un infierno o una gloria, todo depende de
tí, como tú aproximes la vida.
No obstante, tu vida generalmente te resulta aburrida, más bien es
una larga y pesada interacción con cientos de puntos aburridos, exceptuando por
aquellos pocos vibrantes de alegría que te hacen reír y olvidar un rato tu
pesadilla.
Trabajas enfadado (Video 9) o
alegre, rápidamente o escaqueas mucho aquí y allá para ir al baño, eres un
esclavo moderno con un único propósito: llevar puntos a tu casa. Y de exprimir
a tu punto en el trabajo, otro punto codicioso saca energía para acumular
puntos. Es una de nunca acabar. Y sigue la vida....
Video 9. Hombre se enfada y rompe su ordenador.
Pero hay algo que no encaja. No logras ponerle el punto al punto, poner el dedo en la llaga.
Es un proceso histórico. Punto suspensivo....
Humanos se hacen llamar estos puntos, puntos virulentos sobre la
Tierra. Se miden unos con otros y con el Universo. Se creen muy inteligentes y
superiores a toda la Creación. Puntos dando vueltas alrededor de sus puntos
surgidos en sus cabezas.
Humanos, muy ocurrentes pero poco inteligentes, por no decir
imbéciles, si el concepto de la inteligencia es pasada a través del sabio
colador de la Naturaleza: la regla de cómo una especie interactúa con su medio
ambiente.
Alemán, subtítulos en inglés
Video 10. Desechos nucleares arrojados al océano.
Español
Video 11. Desechos nucleares arrojados al océano.
PUNTOS SEGUIDOS AL SERVICIO DEL PLANETA
La inteligencia no consiste en agujerear el planeta
Azul, llenarlo de chatarra y mierda desde arriba hasta abajo y empaparlo de la
sangre de nuestros hermanos, los que nadan, vuelan, caminan o reptan.
Sin inteligencia
ecológica no quedará pan para el mañana. La hierba se marchita paulatinamente.
¡Necesita Luz!
Por eso he dicho antes: “Si la actividad
cerebral de los ecovampiros no va enfocada hacia el mantenimiento de la
Biosfera, entonces todos sus esfuerzos son autodestructivos.” Son vanos.
Y no estamos hablando
de sostenibilidad en el sentido que hoy se utiliza. Eso es “hogwash” (baratija)
salido de los bolsillo de los economistas y banqueros estúpidos, de nula visión
biosférica.
Estamos hablando de
un aproximamiento chamánico. Una perspectiva cosmológica.
Es una cuestión de
poner el caballo adelante del carro y no al revés como lo estamos haciendo hoy
en día. Es un asunto de tirar el mundo antropocéntrico a cambio de uno donde la Naturaleza con todo
su color y belleza sea el centro. Pero no del diente al labio sino hasta la
médula.
Es un asunto de
transferir ese amor que uno siente por la madre, ese sentimiento de locura del
enamoramiento quinceañero, hacia la Naturaleza. Dicen que así lo hacía San
Francisco de Asís, le embriagaba de amor su corazón el ver la Obra Divina del
Señor.
Pero ¿sabes amar?
¿Amarte a tí mismo, amar a tu familia, amar a tus vecinos, humano o no humano,
haciendo estas vacías diferencias para que lo entiendas, desde el más pequeño
hasta el más grande?
Amar y respetar a la
Naturaleza. Velar por la Naturaleza,
hacerla el centro de nuestras vidas, pero sin el lastre de la maldita economía
vampirizadora, debería ser tarea de todos los humanos.
Siendo así, el punto
se mantiene. La Tierra, Océana, o Gaia se conserva para todos. El nido brilla
con los colores de la biodiversidad.
Esta idea ya merodea
sobre el planeta pero aún no ha echado raíces, sobre todo en la clase dominante
y sus lacayos, los políticos lamebotas. Son necios, duros de corazón y mollera
y muy ciegos.
¿Y qué hay de los
científicos, otros empleados de los grupos económicos? Muchos comen del mismo plato enfermo
y se engordan. Estos callan, en connivencia con los sinvergüenzas políticos.
Otros se dedican a advertirnos en susurros, suavemente lo mal que van las
cosas. Y sólo unos pocos se atreven a denunciar las atrocidades del sistema pero
acaban en la calle, despedidos del empleo o calladitamente los eliminan con sus
“recetitas venenosas” para producirles un “fallo cardíaco” o se las ingenian
para "neutralizarlo" aparentando un fatal accidente.
Los primeros no son
de fiar. Los segundos son marionetas, son niños buscando notoriedad y se pelean mucho entre ellos y causan confusión al público; hacen lo que se supone deben hacer. Y los terceros casi nadie los escucha, su
mensaje se pierde en la inmensidad del mar de la información.
Además, los pícaros dueños del pastel se aseguran de que su mensaje no llegue a las masas y, por si acaso
llega, lo hará acompañado de vilipendios, mentiras, ataques, desprecios, canalladas mediáticas y muchos datos “científicos” falsos.
La masa dormida atontada por la guerra de la ciencia contra la ciencia no sabrá distinguir la diferencia. Y de eso se trata. Los canallas que cortan el bacalao ya lo saben hacer muy bien, conocen a los borregos humanos por medio de los estudios de los científicos a su servicio y de esa manera mantienen el status quo.
La masa dormida atontada por la guerra de la ciencia contra la ciencia no sabrá distinguir la diferencia. Y de eso se trata. Los canallas que cortan el bacalao ya lo saben hacer muy bien, conocen a los borregos humanos por medio de los estudios de los científicos a su servicio y de esa manera mantienen el status quo.
Pero en la Viña
Terrenal hay de todo. Así, la Luz ya brilla al final del túnel. Hay humanos, y
se necesitan muchos más, puntos seguidos virulentos que ya cuestionan su propia
virulencia y la de los demás.
Son puntos que han
logrado atisbar el Aroma Divino que fluye de la Vida del Atomo.
Son los valientes,
son los que luchan a capa y espada por los hijos de la Madre Tierra, sus
hermanos. Los tenemos de todas las categorías, desde los más radicales, con
cojones, como los militantes del grupo Frente de Liberación Animal (Animal Liberation Front, ALF) (Video 12) del Reino Unido hasta profesores de instituciones
prestigiosas, como el Dr. Steven Best (Video 13), de la Universidad de Texas en El Paso, de EE.UU.
Inglés, subtítulos en español
Video 12. Frente de Liberación Animal (ALF).
Video 13. Dr. Steven
Best.
Sin olvidar los excelentes discursos de personas como del Gary Yourofsky sobre los Derechos de los Animales y el veganismo (Video 14).
Video 14. El discurso de Gary Yourofsky.
Son personas, y de
verdad que se merecen este nombre, que han estirado el cuello y se alzan
sobre la masa de borregos humanos sonámbulos. Sus mensajes son alarmantes. Nos lo
dicen claramente: lo que hagamos hoy repercutirá en la vida de las futuras
generaciones de todos los terrícolas (Video 15).
¡El futuro está en
nuestras manos!
Video 15. El futuro de la Tierra.
¿Podrá el punto virulento (Homo sapiens) pasar
a la dimensión del punto seguido floreciente, el punto radiante de salud
planetaria? Hay gente que dice que sí. Otros creen lo contrario. No importa lo
que creemos o pensemos si lo que hacemos no va encaminado hacia esa
dirección.
¡Manos a la obra!!! Empieza por averiguar el origen
del montón de puntos que tienes apilado sobre el plato de tu cena. Toma
consciencia, pero de verdad. ¡Y por Dios, no alimentes la hucha de los
ladrones!!! ¡No lo dejes para mañana!!!
Una lombriz de tierra remueve el suelo, una espora de
un helecho germina en primavera, una nuez de un nogal cae al suelo, una
diminuta semilla de un gigante eucalipto comienza su viaje, unos gorriones con
su jolgorio adornan un ciprés, una paloma canta al amanecer, un perro ladra
en la distancia, un gato disfruta de su siesta, el becerro llama a su madre, un
abejorro y una mariposa revolotean alrededor de las flores, la abeja labora
afanosamente para el bien de la colmena.... la bella sinfonía de la vida.
Trascurre otro día en la vida del planeta. La nave estelar continúa su viaje. Y el Sol asoma su cara en el horizonte anunciando un nuevo día...
Trascurre otro día en la vida del planeta. La nave estelar continúa su viaje. Y el Sol asoma su cara en el horizonte anunciando un nuevo día...
Si este mensaje ha caído en tus manos, espero que tu
corazón aún tenga un rinconcillo de buen suelo para ésta semilla. Pásala si te
alumbra un poco tu Camino, sino déjala quieta donde ya está enterrada entre las
miles, a la espera de algún buscador del Punto Infinito.
La nave estelar Tierra no se detiene, sigue su marcha. El
viento hace danzar los tallos de las flores en la llanura o ¿son ellas las que
hacen danzar al viento? O ¿danzan ambos en unísono?
Un abejorro se aproxima a ellas y conversan en un lenguaje cósmico extraño a nuestros oídos. No le damos importancia porque estamos ebrios de lógica… ¿Podremos comprender su profundo significado algún día?
Un abejorro se aproxima a ellas y conversan en un lenguaje cósmico extraño a nuestros oídos. No le damos importancia porque estamos ebrios de lógica… ¿Podremos comprender su profundo significado algún día?
¡Es un milagro, la Madre Tierra! ¡Démosle las gracias!
¡No te pierdas en el laberinto de tener, condúcete al son de Su Canción de Ser…
¡No te pierdas en el laberinto de tener, condúcete al son de Su Canción de Ser…
¡Cuántas lecciones por
aprender en un vasto océano de necios, sordos y dormidos!! ¡Y tan poco tiempo!!!
Fuente: Wikia
¡Saludos de un punto, vuestro servidor! Buon Giorno!
Referencias
Beatly, Timothy (2010). Biophilic Cities: Integrating Nature into Urban Design and Planning. Island Press, Washington. 191 p.
Cox, Brian & Forshaw, Jeff (2011). The Quantum Universe (and why anything that can happen, does). DaCapo Press, Boston. 256 p.
Craig, Edward (Ed.) (1998). Routledge Encyclopedia of Philosophy. 10 Vols. Routledge, New York. 9169 p.
Fix, John D. (2008). Astronomy: Journey to the Cosmic Frontier. 5th Edition. McGraw-Hill Higher Education, New York. (use JDownloader)
Jones, Lindsay (Ed.) (2005). Encyclopedia of Religion. 2nd Edition. Thomson & Gale, Michigan. 13.500 p.
Pardo Bazán, Emilia Doña (1890). San Francisco de Asís (Siglo XIII). 4ª Edición. Librería de Garnier Hermanos, Paris. 579 p.
Philander, S. George. (2008). Encyclopedia of Global Warming and Climate Change. Vol. 1-3. Sage Publications, Inc. 1284 p.
Picknett, Lynn & Prince, Clive (2011). The Forbidden Universe: The Occult Origins of Science and the Search for the Mind of God. Constable, London. 445 p.
Tompkins, Eter (1997). The Secret Life of Nature. Living in Harmony with the Hidden Nature Spirits from Fairies to Quarks. Harper, San Francisco. 228 p.
Wilson, Edward O. (1984). Biophilia. Harvard University Press, Massachusetts. 157 p. (use Facebook account)
Referencias
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Craig, Edward (Ed.) (1998). Routledge Encyclopedia of Philosophy. 10 Vols. Routledge, New York. 9169 p.
Fix, John D. (2008). Astronomy: Journey to the Cosmic Frontier. 5th Edition. McGraw-Hill Higher Education, New York. (use JDownloader)
Jones, Lindsay (Ed.) (2005). Encyclopedia of Religion. 2nd Edition. Thomson & Gale, Michigan. 13.500 p.
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Picknett, Lynn & Prince, Clive (2011). The Forbidden Universe: The Occult Origins of Science and the Search for the Mind of God. Constable, London. 445 p.
Tompkins, Eter (1997). The Secret Life of Nature. Living in Harmony with the Hidden Nature Spirits from Fairies to Quarks. Harper, San Francisco. 228 p.
Wilson, Edward O. (1984). Biophilia. Harvard University Press, Massachusetts. 157 p. (use Facebook account)
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