5 de abril de 2013
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| Fuente: Franco Vielma |
Todas las revoluciones sociales del hombre son ridículas guerras económicas y una lucha por el poder. Y todo para que acabe en la cama con un pedazo de carne sumergido en una vagina, un chorro de semen y un huevo fertilizado para fabricar a otro mico desnudo.
Es un juego donde la masa de tontos es azuzada por cualquier sinvergüenza que esté con ganas de llegar arriba para comerse el pastel el sólo o acompañado de su banda de hijos de puta y los demás que se jodan.
Las masas de gente sólo sirven para un propósito: de escalón para que suba el hijo de puta más diablo aunque disfrazado de bueno.
El más tramador y que tenga los cojones más hinchados de testosterona arrebata el mando del grupo y se convierte en líder. Dabbs & Dabbs (2000) indican que esta hormona está detrás no sólo de la fuerza y la energía en los hombres sino que también con la concentración y confianza, ambos factores importantes necesarios cuando de ganar peleas se trata.
Según los estudios de los investigadores Mazur & Booth (1998) y Staton & Schultheiss (2009), la testosterona está relacionada directa y positivamente con la búsqueda de poder y la persecusión y posesión de dominio sobre los demás y la lucha por status (Fig. 1). Además, esta hormona tiene una relación negativa con una variedad de procesos empáticos, de acuerdo a los científicos Ronay & Carney (2012), es decir que un nivel superior de testosterona natural en el cuerpo resulta en déficits en empatía.
En los líderes, la testosterona manejada por su código genético es suficiente para que los empuje a hacerse con el poder para joder a los demás dentro y fuera de su grupo (Video 1). Escalar para dominar, aporrear, robar y vivir a costillas de los seguidores, el pueblo.
Video 1. El líder matón y los tontos seguidores.
El más tramador y que tenga los cojones más hinchados de testosterona arrebata el mando del grupo y se convierte en líder. Dabbs & Dabbs (2000) indican que esta hormona está detrás no sólo de la fuerza y la energía en los hombres sino que también con la concentración y confianza, ambos factores importantes necesarios cuando de ganar peleas se trata.
Según los estudios de los investigadores Mazur & Booth (1998) y Staton & Schultheiss (2009), la testosterona está relacionada directa y positivamente con la búsqueda de poder y la persecusión y posesión de dominio sobre los demás y la lucha por status (Fig. 1). Además, esta hormona tiene una relación negativa con una variedad de procesos empáticos, de acuerdo a los científicos Ronay & Carney (2012), es decir que un nivel superior de testosterona natural en el cuerpo resulta en déficits en empatía.
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Figura 1. Modelo biológico de poder en los hombres (Homo insapiens). Fuente: Staton & Schultheiss (2009).
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En los líderes, la testosterona manejada por su código genético es suficiente para que los empuje a hacerse con el poder para joder a los demás dentro y fuera de su grupo (Video 1). Escalar para dominar, aporrear, robar y vivir a costillas de los seguidores, el pueblo.
En fin, la cuestión de la lucha por el poder entre los humanos la podemos resumir así:
El que está abajo se queja del que está arriba pero no se acuerda de que el que está arriba viene de abajo y si el de abajo monta una revolución azuzado por un pícaro que quiere llegar arriba y quitan al que está arriba para poner al revoltoso tramador de abajo quien al llegar arriba se transformará en uno de arriba y luego no se acordará que viene de abajo y no ayudará a los que están abajo y ya arriba jode al de abajo y el de abajo entonces de nuevo emprende la lucha para quitar al de arriba y al final el que está arriba va para abajo y el que estaba arriba es sustituido por otro de abajo y el que estaba abajo acaba arriba y el de arriba vuelve a joder al de abajo y el de abajo vuelve a protestar contra el de arriba y de nuevo el de abajo arremete contra el de arriba para cambiar al de arriba y permitir que otro de abajo que promete ayudar al de abajo para llegar arriba sea sentado arriba para supuestamente beneficiar a todos los de abajo pero luego una vez arriba se transforma en uno de arriba y mira a los de abajo como sólo ellos los de arriba miran a los de abajo como chusma de abajo y los de abajo acaban tan jodidos o más jodidos que antes de la lucha para cambiar a los de arriba por los de abajo y así sucesivamente.
Lo que está abajo va para arriba y lo de arriba va para abajo o viceversa. Esta es la estúpida rueda de la lucha por el poder, la ruleta socioeconómica de los micos desnudos.
El mico no cambia, sólo se pone un diferente traje de seda allá arriba y el de abajo que coma mierda.
El mico no cambia, sólo se pone un diferente traje de seda allá arriba y el de abajo que coma mierda.
Estos son los juegos de poder del organismo viviente más estúpido sobre la Tierra: el hombre (Homo insapiens).
¿Por qué estúpido? Porque se caga y intoxica su propio nido (Video 2).
Video 2. Los juegos atómicos del mico desnudo (Homo insapiens).
¿Por qué estúpido? Porque se caga y intoxica su propio nido (Video 2).
¿Aún lo dudas? (Video 3).
El Homo insapiens tiene sesos tejidos con hilos económicos revueltos con trozos de genitales.
Un cerebro suficientemente ocurrente (capacidad para discurrir y grabar en su disco duro) para fabricar desde agujas para coser su vestimenta de espantapájaros hasta alimentos envenenados con componentes artificiales o procedentes de animales torturados o de plantas transgénicas que lo convertirán en un alien Gris y armas para su propia destrucción y miles de toneladas de desechos nucleares y residuos tóxicos pero tarado a la hora de tratar de resolver los asuntos de verdad importantes para el mantenimiento sano y equilibrado de la Biosfera donde debería tener sesos para poner sesos en los sesos que requieren sesos para los sesos donde se necesitan sesos de sesos para no destruir con sus sesos su propio nido y quedarse sin sesos.
Referencias
Dabbs J. M. & Dabbs M. G. (2000). Heroes, Rogues and Lovers. Testosterone and Behavior. 1st Edition. McGraw-Hills, New York, NY, USA. 256 p.
Dyer J. R. G., Johansson A., Helbing D., Couzin I. D. & Krause J. (2009). Leadership, consensus decision making and collective behaviour in humans. Phil. Trans. R. Soc. B, 364: 781-789.
King A. J., Johnson D. D. P. & Van Vugt M. (2009). The Origins and Evolution of Leadership. Curr. Biol., 19 (19): 11-16.
Mazur A. & Booth A. (1998). Testosterone and dominance in men. Beh. Brain Sci., 21: 353-397.
Nieschlag E. & Behre H. M. (Eds.) (2004). Testosterone. Action, Deficiency, Substitution. 3rd Edition. Cambridge University Press, Cambridge, UK. 747 p.
Ronay R. & Carney D. R. (2012). Testosterone´s Negative Realationship with Empathic Accuracy and Perceived Leadership Ability. Soc. Psychol. Pers. Sci., 00 (0): 1-8. doi: 10.1177/1948550612442395
Staton S. J. & Schultheiss O. C. (2009). The hormonal correlates of implicit power motivation. J. Res. Pers., 43(5): 1-15. 942. doi:10.1016/j.jrp.2009.04.001.
Dabbs J. M. & Dabbs M. G. (2000). Heroes, Rogues and Lovers. Testosterone and Behavior. 1st Edition. McGraw-Hills, New York, NY, USA. 256 p.
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