Fuente: YouTube.
Por G. von Hammer & H.G. von Österreich
Advertencia: No recomendable para personas delicadas.
A lo largo y ancho del planeta, parece que la gran mayoría de gente (Homo "sapiens"), los neoesclavos que alimentan a las élites con su sudor y sangre, aún no se ha enterado de que los políticos no están para servir al pueblo.
En realidad, la clase política está para servir a las oligarquías. Generalmente, son unos lameculos. Padecen del síndrome de anofilia (Etimología: latín anus, anillo, ano, culo; griego philia, afección, atracción anormal hacia, tendencia hacia; i.e., lameculismo). En este caso, de anofilia intraespecífica.
Eso de que los políticos dicen que "crean puestos de trabajo" con "sus proyectos" es una puta farsa. Si bien parece lo que parece de lo que parece, no parece de lo que debería parecer, pues lo que parece no se parece a lo que ellos dicen que se parece.
Es decir, aparte de los sobornos entre políticos y empresarios, con la excepción de algunos mejor remunerados puestos de trabajo repartidos entre sus amiguetes (e.g., secretarios, apoderados, administradores únicos, etc., de empresas públicas o privadas), entre los cuales están aquellos(as) que cuidarán las espaldas o las nalgas de los empresarios, y por ende la de los mismos políticos, la mayoría de gente se queda con empleos mal pagados, con sueldos de mierda que se van en el pago del alquiler o la cuota mensual del piso a los bancos vampíricos.
En este sentido, aunque bien podría no tener sentido, pues a veces no tiene sentido cuando dicen que hay sentido en lo sentido de los sentidos, podemos decir que el mundo del negocio de cerdos (i.e., industria porcina), una larga cadena que va desde los petroquímicos, semillas, tractores, fábricas de piensos, la farmacéutica, los veterinarios, pasando por la industria de la construcción, los bancos, las compañías de seguros, empresas de electricidad, el transporte, entre otros eslabones, luego vienen los porcinocultores que se embadurnan las manos con mierda de cerdo, contaminan el agua con tanta mierda y orines y vierten miles de toneladas de gases de efecto invernadero en la atmósfera, hasta llegar a los mataderos y las carnicerías, por alguna parte de esta larga cadena puede entrar la mafia con su dinero sucio, ya sea por medio de "shell firms" (empresas de papel) en los paraísos fiscales, o directamente abriéndole las puertas y poniéndoles la carpeta roja a los mafiosos vestidos de ovejas para que inviertan su dinero de procedencia ilegal en alguno de tantos de estos eslabones que componen la industria porcina, lo que tenemos aquí al final de cuentas es que quien cerdo crió y vendió, quien cerdo financió, quien cerdo mató y quien cerdo comió, culo de cerdos lamió.
De esta manera, de manera directa o indirecta, estamos ante un mundo de lameculos de cerdos.
Es decir, así como hay humanos lameculos de humanos, anofilia humana, asimismo hay gente atraída directa o indirectamente hacia la anofilia porcina. Se trata de anofilia interespecífica.
El negocio de los cerdos es sucio. Sucio no porque estos animales suelen revolcarse en su propia mierda o lodo buscando alivio contra el calor, sino porque es un negocio que puede ser infiltrado por la mafia. Visible o invisiblemente. Directa o indirectamente.
También, es un negocio donde la crueldad humana se hace presente.
En el mundo actual, seamos honestos, lo ilegal alimenta lo legal y viceversa. Directa o indirectamente, la mafia es uno de los pilares que sujetan la economía de los humanos. Los banqueros lo saben muy bien y son los que mejor se benefician de los trapicheos de los mafiosos.
Por lo tanto, un negocio de cerdos conectado con la mafia lo denominamos narco-porcinocultura.
Su meta es simple: quien sabe cómo lavar cerdo, lava dinero. Y por supuesto, también gana dinero. Así de simple.
Si has llegado hasta aquí y te has reído, bien. Si te has enfadado, bien también. Vamos por buen camino.
Gracias por vuestra atención!
Hasta la próxima!
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