Por G. von Hammer
Las fiestas y tradiciones de los pueblos, algunas de ellas extremadamente crueles (e.g., corridas de toros, peleas de gallos, etc.), las llamadas astutamente "tradiciones culturales ancestrales" suelen ser idiosincracias infladas (recientes o antiguas), transformadas y luego bien planificadas. Generalmente, a lo grande, son convenientemente inventadas y fomentadas por las élites económicas, y suelen aparecer con mucho auge durante o un tiempo después que han pasado cruentas guerras, las llamadas revoluciones o guerras civiles, o sea las famosas "luchas del pueblo".
Trajes escoceses (kilts), inventados en 1734. Fuente: your-kilt.com |
Las fiestas y tradiciones de los pueblos, algunas de ellas extremadamente crueles (e.g., corridas de toros, peleas de gallos, etc.), las llamadas astutamente "tradiciones culturales ancestrales" suelen ser idiosincracias infladas (recientes o antiguas), transformadas y luego bien planificadas. Generalmente, a lo grande, son convenientemente inventadas y fomentadas por las élites económicas, y suelen aparecer con mucho auge durante o un tiempo después que han pasado cruentas guerras, las llamadas revoluciones o guerras civiles, o sea las famosas "luchas del pueblo".
En la profundidad de lo profundo, las "luchas del pueblo" son en realidad montadas por las clases dominantes, en connivencia con caciques locales. Son guerras donde pelean o han peleado hermanos contra hermanos, es decir los tontos de abajo,
que son azuzados por intereses económicos nacionales e internacionales. Las masas populares son simplemente utilizadas como peldaños de escalera por los grandes poderes económicos que controlan las granjas de humanos (i.e., países).
En otras palabras, estos conflictos son controlados por los poderosos primates de
arriba, por una surtida minoría de papiones que idolatra a Satanás y que se esconde detrás de cortinas de humo y desea apoderarse
de la economía o bien de los recursos naturales de los pueblos. Y generalmente esta mafia se sale con la suya. De hecho, aprovechando el caos económico causado por el Covid-19, todo apunta a un "Nuevo Orden Mundial". Un gobierno mundial liderado por una minoría superadinerada.
En este ámbito siempre se destaca la mano de los señores oscuros disfrazados de diosito santo, los que mueven los hilos de las oligarquías nacionales o internacionales de manera directa o indirecta, acompañados o no, directa o indirectamente, por una fuerte ingerencia de intereses extranjeros, los suyos, los cuales si se ponen bajo la lupa generalmente tienen las patas clavadas en la gran olla de la sopa económica global, ampliamente nutridos por el lodo de las mafias transnacionales.
Luego cuando las cosas se calman, después de haber cocido la sopa de la guerra, cuando los jerarcas ya han logrado el cambio de lo que querían cambiar, después de firmar los "acuerdos de paz" (contratos para repartise el botín) y haber enterrado unos cuantos miles o millones de muertos, los
que estaban abajo, la gente común y corriente seguirá jodida y abajo. Aunque esta escalera social después del conflicto armado pueder ser astuta y aparentemente remediada, sustituida o disimulada con la economía de las deudas (tener sin tener), donde mucha gente parece rica o aparenta ser rica, conformando así el gran rebaño de clase media de los amos, un mundo de camaleones sociales glotones, ganado humano insostenible siempre dispuesto a consumir a tope su propio nido. Hoy día apaciguados o engañados con la astuta farsa de la "sostenibilidad".
Además, se da el caso de que las "fiestas culturales" y las "tradiciones ancestrales" vienen juntas o enredadas con el famoso turismo en todas sus dimensiones (ecoturismo, turismo cultural, necroturismo, etc.), el cual también es planeado muy cuidadosamente por los mismos caciques que estaban, y están, detrás de las guerras.
De esta manera, los amos mantienen estratégicamente entretenidos a sus esclavos para evitar que se revelen, de mil formas, yendo desde literatura hueca, TV y cine cargados de violencia y sexo, sexo, arte mugre, música subliminífera, comida chatarra, abundante whatsappeo vía teléfono móvil, cultos y religiones, sustancias adictivas (narcóticos, alcohol, etc.), publicidad y consumismo, modas, deportes y fiestas en honor a la patria y la bandera nacional, incluyendo himnos nacionales, hasta documentales sesgados, viajes espaciales y futuras colonizaciones de exoplanetas y abundantes preocupaciones (e.g., deudas, cambio climático, etc.) Y por supuesto, sin que falte el meterles miedo. Mucho miedo con "hombres del saco" ilusorios o no (e.g., guerra fría, ataques atómicos, guerra nuclear, terrorismo).
Ahora bien, si alguien de abajo, un esclavo escogido del rebaño de ganado humano en el mercado de los mercados de los satanócratas, entra arriba es porque a los de arriba les interesa que entre arriba. Les sirve/servirá para sujetar a los de abajo.
Ahora bien, si alguien de abajo, un esclavo escogido del rebaño de ganado humano en el mercado de los mercados de los satanócratas, entra arriba es porque a los de arriba les interesa que entre arriba. Les sirve/servirá para sujetar a los de abajo.
De
esta manera no es nada extraño que aquel o aquella que ayer "luchó por el pueblo" durante la "guerra civil o revolución", el día de mañana pasará a ocupar buenos cargos políticos ("públicos"), incluyendo puestos como de primer ministro o presidente de determinado estado.
Si presidente o primer ministro, una vez está bien colocado en la silla de mando del mando que no es su mando, él o ella se convierten en meros vasallos de la mano que les alimenta, bien pagados por la secta de origen babilónico que en la actualidad maneja los hilos del poder en la oscuridad globalmente.
Además, el individuo al mando de cara al público, por ejemplo, tendrá opciones de poder meter las manos en las arcas del pueblo. Es decir puede robar "legalmente" a diestra y siniestra, silenciosamente a la luz del día utilizando astutamente laberínticas leyes, o subterráneamente por medio de redes de contactos mafiosos, para así poder amasar lo suyo y asimismo pasarle unos cuantos trozos del sendo pastel del pueblo a sus familiares o amiguetes.
Generalmente, las empresas de sus amiguetes, dentro de las cuales se puede dar el caso de que este títere es parte de ellas como apoderado, administrador único, etc., o se camufla utilizando testaferros en ellas como tapadera, reciben jugosos contratos del estado a montones. Cosa que de la noche a la mañana los convertirá en nuevos millonarios, dueños de mansiones y vehículos y yates lujosos, entre otras cosas, en sus respectivos países.
La misión del gobernante gobernado, auxiliado por su respectivo gabinete, será dar la cara por los que no quieren dar la cara y de esa manera seguir sujetando a los tontos de abajo, abajo.
Si presidente o primer ministro, una vez está bien colocado en la silla de mando del mando que no es su mando, él o ella se convierten en meros vasallos de la mano que les alimenta, bien pagados por la secta de origen babilónico que en la actualidad maneja los hilos del poder en la oscuridad globalmente.
Además, el individuo al mando de cara al público, por ejemplo, tendrá opciones de poder meter las manos en las arcas del pueblo. Es decir puede robar "legalmente" a diestra y siniestra, silenciosamente a la luz del día utilizando astutamente laberínticas leyes, o subterráneamente por medio de redes de contactos mafiosos, para así poder amasar lo suyo y asimismo pasarle unos cuantos trozos del sendo pastel del pueblo a sus familiares o amiguetes.
Generalmente, las empresas de sus amiguetes, dentro de las cuales se puede dar el caso de que este títere es parte de ellas como apoderado, administrador único, etc., o se camufla utilizando testaferros en ellas como tapadera, reciben jugosos contratos del estado a montones. Cosa que de la noche a la mañana los convertirá en nuevos millonarios, dueños de mansiones y vehículos y yates lujosos, entre otras cosas, en sus respectivos países.
La misión del gobernante gobernado, auxiliado por su respectivo gabinete, será dar la cara por los que no quieren dar la cara y de esa manera seguir sujetando a los tontos de abajo, abajo.
Por supuesto, repitiendo, falta mencionar que, una vez los caciques hayan tomado la decisión de poner punto final a su conflicto bélico, sin importar los caídos, aunque se suele echar a andar esa cosa de los "derechos humanos" para calmar o callar a los tontos, después de los "acuerdos de paz" habrá muchos aparentes o disimulados repartos. Y a medida que pasa el tiempo, cada cierto número de años, cuando ya los señores oscuros hayan montado su demonológico zoológico, con su farsa demonocrática (eng., freedom of choice, libertad de selección), según convenga, después de las "luchas del pueblo", se irán entregando prebendas "democráticas" para unos cuantos escogidos, y se continuará ampliando el flujo de dinero y se mejorán los sueldos para mayor número de personas, con el objetivo de justificar y lograr su llamado "progreso". Cuando esta bestia llega y muerde, poco a poco el resultado es que mucha gente acaba no sólo con una nevera repleta de alimentos industrializados o comida chatarra, un coche, una cuenta bancaria, entre otras cosas, también muy endeudada y depresiva con la "subida de su nivel de vida". Es una lucha por tener del tener de lo que producen los miembros de la élite que dependen del tener para tener y que tengas en tu tener todo lo que ellos quieren que tú tengas para que sientas el tener sin tener.
Siendo
así, ellos, los que te tienen, te pueden dejar sin tener cualquier rato que se les antoje y
dejarte sin tener y nadie los puede detener para que te quedes sin
tener.
Derrumba este edificio y de nuevo se levantará como el ave Fénix. Y como estaba arriba volverá a estar arriba y como estaba abajo, se quedará abajo.
Es la historia del humano, el soberbiamente denominado Homo sapiens, un bicho primateforme cuyo péndulo emocional y conductual oscila entre lo malo y lo bueno, como un semáforo viviente de dos patas ambulante, el cual, dependiendo cómo se le pinchan sus botones rojos, amarillos o verdes, puede resultar ser benigno, bonachón o extremadamente malvado.
Derrumba este edificio y de nuevo se levantará como el ave Fénix. Y como estaba arriba volverá a estar arriba y como estaba abajo, se quedará abajo.
Es la historia del humano, el soberbiamente denominado Homo sapiens, un bicho primateforme cuyo péndulo emocional y conductual oscila entre lo malo y lo bueno, como un semáforo viviente de dos patas ambulante, el cual, dependiendo cómo se le pinchan sus botones rojos, amarillos o verdes, puede resultar ser benigno, bonachón o extremadamente malvado.
Entonces, con el oro en la mano, y hay quien dice que ya lo tienen, quienes saben cómo pinchar estos botones, saben cómo manejar a los humanos. Así, a estas alturas, los verdaderos hombres de negro saben cuál botón pinchar para conducir el rebaño humano hacia las metas de su agenda.
Y todo lo que tenga que ver con tu antroposfera es parte de su agenda. Te conocen muy bien.
¡Te están mirando! They are watching you!
Resumiendo, el objetivo de las "fiestas culturales" es tener a las masas de gente muy dormidas, atontadas, idiotizadas y bien aferradas a su "patria", a su "terruño", a su "identidad nacional", a su "etnia" o a su "nacionalidad", con cadenas invisibles. Son las cadenas culturales.
Referencias
Fuente: Google imágenes. |
Referencias
Hobsbawm E. & Ranger T. (1983). The Invention of Tradition. Cambridge University Press, Cambridge, UK. 320 p.
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