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| Fuente: desmotivaciones.es. |
Por Gundhramns Hammer
13 de mayo de 2014
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La aventura en la aventura de las aventuras de la cabalgadura y locura de dos caballeros que se proponen conquistar el mundo esconde una tremenda sorpresa.
En el horizonte aparece lo que parece ser el gigante más amenazador que ningún caballero andante jamás haya visto.
- ¡Vamos, don Sancho, no os caguéis en vuestros calzones! ¡No temáis! ¡Os voy a demostrar cómo se derriba este arrogante gigante que azota el castillo de mi querida Dulcinea!
Don Quijote espoleó su brioso corcel y se lanzó a todo galope contra el soberbio oponente, gritando a todo pulmón:
- ¡Apartaos, demonios, que aquí va don Quijote y os mandará al infierno!
En el choque, don Quijote le zampó su lanza en el culo al gigante y lo tumbó, cayendo éste estruendosamente contra el suelo (Video 1) donde el Caballero de la Mancha le clavó su estocazo de gracia.
Y de repente aparece otro gigante en la meseta. Este era más grande que el anterior pero no asustó a Don Quijote. Es más, le volvió más furioso pues se imaginó que su Dulcinea estaba en terrible peligro.
En sus adentros, el caballero sintió celos e inmensa ira con sólo pensar que otro hombre posara su mano sobre la dama de sus dorados sueños.
La locura entró en sus sesos y no vaciló en arremeter contra el otro gigante que se interponía entre él y sus sueños.
El resultado fue el mismo, saliendo don Qujote triunfante e ileso en la gran batalla y el rival siendo destruido en cientos de pedazos (Video 2).
En sus adentros, el caballero sintió celos e inmensa ira con sólo pensar que otro hombre posara su mano sobre la dama de sus dorados sueños.
La locura entró en sus sesos y no vaciló en arremeter contra el otro gigante que se interponía entre él y sus sueños.
El resultado fue el mismo, saliendo don Qujote triunfante e ileso en la gran batalla y el rival siendo destruido en cientos de pedazos (Video 2).
Dos gigantes abatidos en sólo un día no estaba mal, pensó el caballero andante.
Al otro lado de la colina le esperaba un mar de gigantes a don Quijote de la Mancha. Pero nada asustaba a este inolvidable caballero pues se había propuesto eliminar y sanear de bandidos la comarca de su fabulosa Dulcinea.
Si sólo lograse penetrar a mi amada con mi cuerno de amor aunque fuese sólo una vez yo sería el hombre más feliz bajo el firmamento, era un pensamiento que pululaba en sus sesos y le corroía y animaba a seguir con su locura de caballería.
En una locura que su fiel escudero don Sancho no participaba pues cada vez que veía uno de estos enormes gigantes se santiguaba y corría no para hacerle frente a la batalla sino para esconderse detrás de los arbustos y las piedras para limpiarse el enlodado trasero que se le derrumbaba del profundo miedo.
Dios se apiade de los humanos locos pues en su locura supuestamente tan lógica para tener energía para pajearse su mente y, por supuesto, para blanquear dinero negro, han llenado la Tierra de gigantes que producen el "síndrome de la turbina de viento", del cual más de un par de personas ya han muerto debido a esta enfermedad en algunos lugares del mundo (e.g., Canadá).
Los campos eólicos están causando varios tipos de problemas y enfermedades en algunos países (e.g., Canadá).
¿Dónde estáis don Quijote de la Mancha para combatir la invasión que amenaza el patrimonio y el espacio paisajístico en la faz de la Tierra?
Referencias
Pierpont N. (2009). Wind Turbine Syndrome: A Report on a Natural Experiment. K-Selected Books, Santa Fe, NM, USA. 294 p.
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