Fuente: deviantart.com. |
Por Gundhramns Hammer
3 de abril de 2014
Si tú no puedes controlar el gusano que te corroe por dentro hasta que ya no puedes estar quieto dentro de tu casa, y hace que te lances a la calle para escaparte de tí mismo en tus ratos de descanso, entonces, de la misma manera, esa tentación y aberración interior que tú sufres es la misma que padecen aquellos que no se conforman con un poco de dinero, lo suficiente para vivir. Quieren más y más.
El gusano es el mismo. El fondo del principio es el mismo. Es la misma enfermedad. Es una enfermedad metamórfica en su manifestación exterior aunque ambos casos tienen la misma raíz: un vacío emocional infernal.
Por lo tanto, ni el uno ni el otro están preparados para resolver ni pequeños ni grandes problemas porque acabarán envueltos en más problemas, a no ser que resolvieran su problema interior.
Si tú te quejas acerca aquellos que están arriba al mando, no deberías de hacerlo si tienes el mismo gusano mental puesto que esa persona hace lo mismo que tú harías en su lugar.
El de arriba eres tú magnificado.
Partiendo ambos con la misma enfermedad, el mundo estaría igual de patas arriba.
Un mundo danzando al son de un quita y pon estúpido. Y lo está.
Desde el vacío no se puede llegar al otro lado del mar sin antes haber aprendido a navegar el barco que deberías saber manejar para llegar donde deberías llegar cuando deberías llegar para llegar donde desde un principio deberías haber llegado cuando ya estabas allí para no buscar cómo saber llegar donde siempre habías estado.
Siendo así, no es nada extraño el estado actual precario de la Biosfera (Video 1). Es la huella destructora y tóxica del Homo insapiens (Video 2).
Video 1. Residuos tóxicos: una herencia mortal.
Video 2. La especie más ecológicamente estúpida de la Tierra.
Es importante recordar lo que todos deberíamos saber hacer.
El problema actual no es saber lo que deberíamos saber sino no saber hacer lo que sabemos deberíamos hacer.
Lo que tienes, lo tienes porque el otro no tiene, habiendo sido quitado del que no tiene por un lado para que tú lo tengas y cuando te canses de tener lo que tienes,
el que no tiene cargará con lo malo de lo que que ya no quieres tener
porque quieres tener otro tener en un ciclo de joder siempre por tener, vaciando todo el planeta por tener lo que nunca se puede tener, pues estamos sólo de paso por este mundo donde todos deberían tener, lo suficiente para tener que comer y dar de comer al que no tiene nada de comer.
Así, entre comer y no comer hay muchos que dejan a otros sin comer. Y lo saben pero no hacen nada de lo que ya saben que deberían hacer. Dicen que lo hacen para que tú tengas tu tener.
Entonces, ¿quién tiene a quién?
Y así en este ridículo vaivén de tener lo que en realidad nadie puede tener, muchos acaparan todo el tener para poder tener lo que no pueden tener.
Veamos algunos de estos miembros del zoológico humano de los que luchar por quedarse con todo el tener para que tú tengas tu tener sin poder tener al final del camino nada de tener, puesto que todo es entregado al final de la vida haya o no haya habido tener.
La casa vacía del poder: el vacío de los vaciados
En algunos círculos, especialmente en los conspiranoicos, se les llama los amos del mundo. Realmente es todo lo contrario. Son individuos que sufren del vacío de estar vaciados.
Son sólo mayordomos de otros individuos vaciados y éstos de otros hasta llegar el más vaciado que habita en un vacío infernal (Videos 3-5).
Si tú los envidias, no has entendido el mensaje.
Y si tú crees que harías algo mejor que ellos en el lugar de ellos, será mejor que examines bien tus verdaderas intenciones, no vaya ser que sufras del mismo problema.
Cuando ya lo hayas resuelto, entonces estarás donde siempre has estado: en la eternidad.
Pero no eterno como eterno en la eternidad, sino eterno con eternidad de eternidad donde ambas se conjugan para una soledad que no es soledad sino la eternidad de la unidad sin ir y venir donde no hay ni aquí ni allá, sólo la inmensidad de la verdad.
Es el Camino a seguir para crecer de verdad.
Crecer o no crecer es nuestro dilema.
¿Estás tú en ello?
¡Vamos, no te quedes atrás!
Tú tambien somos nosotros.
Somos uno.
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