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miércoles, 12 de junio de 2013

EL REINO DEL PAQUETE DE ABAJO: UNA CUESTION DE HUEVOS Y OVARIOS

Por Gundhramns Hammer
12 de junio de 2013


   Los huevos y ovarios del Homo insapiens están en juego.

Huevos y ovarios: Fuente: Google imágenes.


Los humanos (Homo insapiens) no le dan importancia a lo que deberían. Si no les tocan los huevos (cojones) y los chinastes (ovarios) o algo que tenga que ver con éstos, no le prestarán atención inmediatamente porque sus vidas adultas están regidas por sus gónadas. Habitan en el reino del paquete de abajo.

Estos simios desnudos pueden pasar horas y horas en el gimnasio porque es cuestión de cojones/huevos y chinastes/ovarios, pues si se mantienen "en forma", con cuerpo parecido a un cangrejo (Figs. 1-2), creen que van a maximizar sus probabilidades de meterla o que se las metan.

                                        
                                                CANGREJO (MODELO)
Figura 1. Crustacea, Leocarcinus vernalis. Fuente: Wikipedia.
                                                                     

                                            CANGREJO (IMITACION)
Figura 2. Mammalia, Homo insapiens. Fuente: IB.



Se pueden pegar horas trotando y corriendo, haciendo el "jogging", mejor dicho imitando a otros mamíferos como las gacelas (Figs. 3-4), para no aburrirse en casa con su mujer o novia, sentir la adrenalina correr en su torrente sanguíneo y volver a la teta por un instante, como en el campo de batalla matando a los vecinos.
 

                                      GACELA (MODELO)
Figura 3. Artiodactyla, Eudorcas thompsonii. Fuente: ARKIVE
 

                                      GACELA (IMITACION)
Figura 4. Primates, Homo insapiens. Fuente: Google imágenes.


Están obsesionados en "detener" la vejez y mantener el "sex appeal" más tiempo, sentirse fuertes y "saludables", competir en los maratones o las olimpíadas para ganar "spots" comerciales y hacerse ricos para tener mejores opciones en el mercado de la carne, es decir meterla o que se las metan. 

No es raro que a estas pseudogacelas les reviente el corazón, el cual no fue diseñado para estos extremos, excepto sprinting de vez en cuando para escapar del peligro de ser jodido o devorado por sus vecinos o por los leones. 

Por allí rueda la hipótesis de Daniel Lieberman, un investigador de la universidad más rica (unos 28.000 millones de USD) y oscura del mundo, la Harvard University, que propone que "la necesidad de atrapar la comida corriendo en las sabanas de Africa hace 2.3 millones de años empujó la evolución de los antepasados de los chimpancés (Pan troglodytes), los autralopitequinos (Australopithecus spp.), los Homo erectus hasta llegar a los humanos modernos (Homo insapiens) con cerebros grandes" (Figs. 5-6).


Figura 5. Evolución del hombre (Homo insapiens). Fuente: Harvard Gazette.
                                   
                                                                       

Figura 6. Homo insapiens en persecución de su vecino para asarlo. Fuente: Google imágenes.


Pero este investigador asume que el antepasado común de los bonobos, chimpancés, los australopitequinos, Homo erectus y H. "sapiens" era un animal simioforme que caminaba en cuatro patas, como en la Fig. 5, a la izquierda. 

El Aaron G. Filler (M.D., Ph.D.) propone todo lo contrario y desde una mejor y más sólida perspectiva paleontológica, embriológica, anatómica y filogenética. 

Según este experto en anatomía, el antepasado común de todos estos primates, los mencionados anteriormente, era un bípedo humaniforme, posiblemente Morotopithecus, el cual luego evolucionó, exceptuando los Homo que mantuvieron este estado plesiomorfico (estado ancestral o primitivo), dando origen a las formas simioformes cuadrúpedas que conocemos hoy en día. 

Es decir, un chimpancé, por ejemplo, vendría a ser más o menos un humano convertido en chimpancé! Valga la redundancia. Un chimpancé es una forma derivada de un primate humano. Estamos totalmente de acuerdo.


Dispuesto para lo poco, indispuesto para lo mucho

Si a estas deportistas narcisistas (imitaciones de cangrejos, gacelas, etc.) los invitásemos a proyectos donde se necesitarían horas de trabajo duro y mucho esfuerzo físico y que nada tenga que ver con huevos y ovarios, no serían muchos los que se apuntarían. 

Sólo hay que ver cómo está la Tierra, no es por falta de conocimiento sino por falta de iniciativa, tanto de los políticos como de la masa de borregos humanos. Ambos son muy egoístas. 

Descontando las excepciones, no se apuntarían muchos al proyecto a no ser que les pagasen un buen sueldo o que viesen que hay ventajas de robar bajo mano. Aunque el montón de gente podría ser atractivo para unos cuantos, pues entre más gente hay, más grandes son las prosibilidades de meterla o que se las metan.

Y si hay pago, lo que ganasen sería para la juerga, para mantener a su familia, que es una cuestión económica de huevos y ovarios, o lo invertirían en lujos o cosas superfluas que siempre redundan en meterla o que se las metan. Algo que también es cuestión de huevos y ovarios.

Hasta que no le sacudan la rama donde está sentado, le agarren de los huevos y ovarios y le hagan comer mierda a este mico desnudo, hasta entonces no reaccionará. 

Este simio desnudo (Homo insapiens) es lento para lo que debería ser rápido y rápido para lo que debería ser lento, porque es lento en su lentitud de la rapidez de su cerebro que es rápido pero lento en la rapidez de pensar lo rápido que tiene que ser dispuesto rápidamente y rápido en la lentitud de pensar lo lento que tiene que ser dispuesto lentamente.

En fin, así como va matando y destruyendo todo a su paso, la Naturaleza ya le tiene reservado su puesto junto a los laberintodontos. Es sólo cuestion de tiempo. 

El tiempo de sus huevos y ovarios está en juego. 

¿Reaccionará a tiempo en la cuestión de huevos y ovarios donde debería tener huevos y ovarios para cambiar su curso ecocida?

Referencias

Filler A. G. (2007). The Upright Ape: A New Origin of the Species. With the colaboration of D. Pilbeam. Career Press, Pompton Place, NJ, USA. 288 p.

Morris D. (1999). The Naked Ape: A Zoologist´s Study of the Human Animal. Delta Trade Paperbacks, New York, NY, USA. 252 p.

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