17 de noviembre de 2013
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"Hubo en un tiempo 300,000 ballenas azules en nuestros mares, ahora tan sólo quedan 3,000 ejemplares de estos gloriosos animales y a pesar de ello seguimos saqueando el planeta Azul."
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"Hubo en un tiempo 300,000 ballenas azules en nuestros mares, ahora tan sólo quedan 3,000 ejemplares de estos gloriosos animales y a pesar de ello seguimos saqueando el planeta Azul."
Deep Blue, BBC
El planeta Azul es profundo en toda su dimensión: su morfología, sus colores, su biodiversidad, sus bosques, sus lagos, ríos y océanos... desde cualquier ángulo que lo apreciemos es abrumadoramente bello.
Es un planeta mágico. Con un manto magnético (Fig. 1) y una capa atmosférica extraordinaria en el Sistema Solar protege a sus hijos del espacio hostil.
Figura 1. La magnetosfera del Planeta Azul. Fuente: Wikipedia. |
Aquí vivimos todos, tú, nosotros y Ellos. Al menos eso parece cuando lo computamos con nuestro cerebro, que estamos separados. Pero en realidad todos estamos conectados unos con otros. Todos somos uno. Todos somos rayos de una misma Rueda de la Vida.
Aunque hay una gran diferencia entre cómo actuan Ellos y cómo nosotros lo hacemos.
Ellos trabajan directa o indirectamente para el bien de todos en el planeta Azul. Todos sus enfuerzos suman para la vida de todos. El conjunto de sus acciones resulta en el buen mantenimiento de la Gran Rueda del planeta Azul, la Biosfera.
En cambio nosotros, los humanos, hacemos todo lo contrario. Nuestro ir y devenir resulta en daño a la Biosfera, lo cual ya está bien documentado.
Estamos entre las últimas especies en arribar a la escena de la vida y nosotros somos los seres que más daño le estamos causando al planeta Azul en la actualidad.
Nosotros nos hemos convertido en un cáncer en el planeta. Nosotros somos los hijos pródigos.
Ya sabemos suficiente para cambiar este curso. Pero nos falta actuar. Nuestro egoísmo infantil, soberbia, orgullo y miedo se interponen en el camino.
Pero, qué puedo hacer yo solo? Esta es una pregunta muy frecuente en las conversaciones hoy en día.
La verdad es que mucho. Tu elección, para comenzar, lo que tú compras en el supermercado, tiene repercusiones directas e indirectas que alcanzan hasta el último rincón del planeta Azul.
Puedes comenzar examinando lo que tú tienes sobre la mesa para la cena.
Por ejemplo, si hay una cápsula fabricada y rellena de krill de la Antártida, ¿cómo ha llegado hasta tu mesa? ¿Qué impacto ha tenido, tiene y tendrá sobre las demás especies en el planeta Azul?
Este es un buen principio.
Si descubres que tu accionar y consumo impacta negativamente a Ellos, tarde o temprano te impactará a tí y si no a tí, será a tus hijos. Es una cadena y una red a la vez.
Entonces es un buen momento para cambiar tus hábitos. Recuerda, si tienes hijos, ellos serán los que pagarán tus actuales elecciones y consumo en el futuro.
¿Qué hay en cuanto a nosotros?
Nosotros estamos en ello. Vivimos en una caseta de huerto. No tenemos coche ni bicicletas. Nos alimentamos solamente a base de vegetales y frutas y nueces del lugar, algunas hortalizas (tomates, acelgas, etc.) las cultivamos utilizando el Método de Fukuoka. La próxima Primavera plantaremos más, para nosotros y para Ellos: orugas, caracoles, babosas, gorriones, etc.
Hemos convertido nuestro jardín en un Oasis de Biodiversidad (Video 1).
No tenemos agua potable, lo cual quiere decir que no sufrimos el efecto del cloro residual. Nuestra agua viene de una fuente natural. El agua está viva.
En cuanto a la electricidad, ésta sale de una vieja planta hidraulica. Si nos quedásemos sin electricidad, no pasa nada. Ya hemos vivido muchos años sin ella en el campo en un rincón del planeta Azul y la verdad es que era una maravilla. Queremos volver allí permanentemente en cuanto se pueda. Estos son algunos cambios entre otros.
Hemos escogido ser en lugar de tener. De este planeta Azul nadie se lleva nada cuando expira. Y lo poco que tenemos nos basta y aún nos sobra para ayudar a los demás (Video 1) en épocas difíciles.
Además, sabemos muy bien que no somos perfectos, de lo contrario ya no estaríamos sobre el planeta Azul.
No vamos a entrar en argumentos que sólo llevan a un cul-de-sac inútil. Esto es lo que hacemos y somos felices. Nos moriremos felices y no rabiosos agarrándonos a lo que no se puede llevar.
Nada va a cambiar si no queremos cambiar. El cambio no es cambio si no trae cambio donde debe haber cambio para que cambie lo que debe cambiar.
Ahora, es vuestro turno para actuar.
Esperamos que el siguiente documental llamado Deep Blue (Profundidades Azules) (Video 2) os sirva para reflexionar:
Debemos recordar una cosa muy importante:
Sin Ellos no hay nosotros.
Referencias
Hern W. (1993). Has the human species become a cancer on the planet?: A theoretical view of population growth as a sign of pathology. Current World Leaders, 36 (6): 1089-1124.
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