Habiendo jodido y hecho trizas la Tierra con sus putos afanes
económicos egocéntricos, dejando atrás en un infierno a los demás a la sálvese quien puede, una colonia de
millonarios pudientes locos junto con sus científicos locos lograron llegar a
Marte y colonizaron el planeta que se suponía que era rojo pero que no era
rojo, sólo que lo pintaban de rojo para engañar a los tontos y chupar su jugo
vital rojo mientras hacían de la suya con su patrulla de locos. Más de la mitad de los viajeros espaciales fue devorada por
la radiación electromagnética y la desesperación en el largo trayecto del viaje. Pero como a los malos el diablo los cuida, lograron unos
cuantos marcianizar. Al llegar al nuevo planeta, las cosas no salieron
exactamente cómo sus científicos locos lo habían calculado en sus afanes
desculadamente calculados. A duras penas, con su putos robots y uno que otro cyborg
lograron montar la primera colonia en Marte al nomas pisar lo que nunca el
hombre (Homo insapiens) había pisado
y que no le faltaban las ganas de pisar. Y comenzó la nueva jodedera (mother-fucking) en su nueva pastelera. Aunque
esta pastelera les había resultado nada llevadera. Como los humanos son bichos sucios, a los pocos días de
haber llegado ya tenían unos cuantos pozos de apestosa caca cargada de residuos
de tejidos intestinales podridos, pues estaban siendo carcomidos por la
radiación en su puta colonización. La pestilencia de su propia mierda les ponía nerviosos y
violentos. Era el principio de lo que años más tarde, junto con los
residuos de su pequeña planta nuclear, sería la primera fuente de gran
contaminación humana en Marte. Estos putos monos desnudos que acababan de salir de su
planeta lleno de mierda aún no habían aprendido ninguna lección sobre la
contaminación (Fig. 1).
Figura 1. Un típico basurero humano: el impacto del hombre (Homo insapiens) en la Antártida. Fuente: SciencePhotoLibrary.
Los días pasaron y unos cuantos cayeron muertos de
contaminación. A los que murieron, los jefes les cayeron encima para cenar
cuando se cayeron para evitar que el resto se alarmara de que las cosas no iban
bien donde había caído para vivir donde cayeron. Afirmando así la antigua leyenda de que los primeros humanos
en la Tierra
habían llegado de Marte muchos miles de años atrás y que había sido una
pandilla espacial de caníbales. Y habiendo logrado lo que querían lograr para lograr lo que
querían lograr, a los jefes les entraron otras preocupaciones además de comer carne
humana. Sabiendo que a los humanos les gusta masturbarse la mente con carroña, los colonizadores no perdieron el
tiempo en organizar la primera universidad en suelo marciano. La llamaron pomposamente la Universidad Poliputánica de Marte. Dicen que le dieron ese nombre a la universidad porque las
cosas eran de las mil putas de difícil en Marte, nada que ver con la dulzura de
la Tierra que
nunca supieron apreciar ni amar ni mucho menos se preocuparon de cuidar. Y como se habían empeñado en montar la misma mierda que en la Tierra y agarrarse a la
vida de alguna manera y, además, los mandamases (honchos) de la colonia eran
terriblemente adictos a la carne humana, pues era el animal que más beneficio
les había rendido y les rendiría, decidieron que el primer departamento de su
puta universidad debería de llamarse - para hacerlo más atractivo al supuesto
público - el Departamento deArgamasa de
Malabarismo Intelectual,el
únicoconsolidado dentro de la única
facultad de dicha universidad, la
Facultad del Enjambre Supremo de la Colonia Humana en Marte. Pronto hubo estudiantes que se apuntaron. Salieron unos
pocos de esos técnicos pendejos que habían llegado a Marte como siervos y que no habían
acabado su maestría de holgazanería en la Tierra y que desesperadamente aspiraban a tener
un doctorado para escribir abundante paja y poder así chupar sentados y bien
acomodados un buen sueldo para comer mucha carne asada bien condimentada. ¿De cuál carne? De ratas (Rattus norvegicus),
esas pobres criaturas que habían aguantado el viaje espacial a Marte con sus
amos. Y de humanos, como sus torturadores. Como cualquier científico pre, doctoral o postdoctoral,
ellos bien sabían que abundante paja producían y que, así como había sucedido
en la Tierra
repleta de mega-cantidades de información medioambiental, por ejemplo, que
nunca se pusieron en práctica para no caer en el infierno ecológico donde
habían caído y habían atrás dejado, en Marte ya se perfilaba la misma puta
historia de paja para paja que no tiene nada que ver con la paja pero que sirve
de paja para que no les digan que no saben nada más que paja en comparación con
una realidad suprema que les derrumba a cada rato su puta paja. Después de todo, estos expertos habían ido de hipótesis en
hipótesis en la Tierra
hasta que les salieron los tiros por la culata en sus putas hipótesis acabando
con la Tierra
y fueron aplastados por su propia montaña de sus putas hipótesis. Pasaron unos cuatro años y de los estudiantes que se
apuntaron no todos su carrera acabaron. Pero el Universo no perdona a nadie, ni al más bueno ni al
más perverso. Todos tienen que rendir cuentas ante su peso. Así, hoy en Marte, ya moribundo y de los pocos que quedan de
la colonia humana, uno de los primeros graduados con su doctorado marciano antes de morir ya achacoso por las duras
condiciones del planeta “rojo” quiso
dejar su destalegado legado a la posteridad. Lo que este mono cagón marcianizado dejó para la incierta
posteridad era un trozo de papel que lo acreditaba sin crédito más que su
crédito de los que dicen tener crédito pero que sólo tienen su crédito para los
que te dejan sin saco y sin crédito y que decía lo que contenía su crédito
dentro de los acreditados que viven de tu crédito. Era un documento sin ningún fundamento más que el fundamento
de los que se han hecho con todo el fundamento. A continuación está lo que se ha podido transcribir de este
viejo documento “marciano”, ya que
estaba bien jodido por el tiempo:
UNIVERSIDAD POLIPUTÁNICA
DE MARTE
FACULTAD DEL EMJAMBRE SUPREMO
DE LA COLONIA HUMANA
EN MARTE
D. DISTURBIADO JAMÁSYSI
SIETECUEROS DEL OLVIDO
Secretario del
Departamento de Argamasa de Malabarismo Intelectual Marciano,
HACE CONSTAR:
Que
D. Turulento de los Milpatines Sinruedas, con pasaporte número 100SIEMPRED21000PEDOS145, tiene acreditados y cursados en este Departamento de
Argamasa de Malabarismo Intelectual Marciano los estudios de Doctodopado, y ha
efectuado la defensa de la Tesis
Doctodopadal“El
huevoneo como fuente de ingresos en el arte de lamerculos a los holgazanes de
las nubes” el día 30 de milbiembre de 2150, habiendo obtenido la
calificación de Sobresaliente cacum lamum.
Y para que conste, a
petición del interesado y a los efectos oportunos, expido el presente, en
Martium VIII a 12 de putasiempre de dos mil ciento cincuenta.
EL
SECRETARIO
(escudo ininteligible) (firma ininteligible)
Sirva la anterior ficción para la reflexión. Aunque dudamos que lo hagas. La mayoría de gente está putamente zombizada. Pero puede que haya alguna excepción, ¿no? ¿Eres tú? Y si te ha hecho reír, es que has crecido un poco dentro de
lo poco que logra la gente en su loca agenda sin sentido. Si ha sido así, entonces has visto un poco de lo que nos
hace falta ver para ver cómo lo debemos ver: que los humanos somos bichos
patéticos, soberbios, ridículos y risibles llenos de miedos, y con
inspiraciones, aspiraciones, depresiones, desilusiones y ambiciones que nos
sumergen o nos hacen saltar para agarrarnos de una rama del Arbol de la Vida que luego secamos y
dañamos con nuestra propia mano, jodemos al planeta que habitamos. Lo estamos
dañando con harta locura. Lo que el hombre dice
ya saber no sirve de nada si no sabe dónde ponerlo para no caer donde no
debería caer Todo lo que vemos y no vemos del daño que hemos causado en la Tierra no lo podemos negar
(Video 1). Hemos sido y seguimos siendo necios e idiotas, biosférica y
ecológicamente hablando. Y social, económica y militarmente ya ni que hablar
(Video 2).
Video 1. La contaminación de plásticos en las Islas Midway por Chris Jordan.
Video 2. La guerra - uno de los pasatiempos favoritos del hombre (Homo insapiens) - es el mismo infierno.
Penosamente, como fue ayer, es hoy. Y lo que hoy es podría
haber sido lo que no debía haber sucedido ayer porque del ayer no hemos sabido
sacar lo que se debe saber para saber que hoy no debería ser como ayer si
hubiésemos aprendido del ayer.
Pero el hombre sabe pero no sabe lo que debería saber para
saber lo que debe saber donde y cuando lo debe saber para no joder lo que le da
de comer – la Tierra - y para no
caer donde no debería caer no por no saber sino por no querer poner en práctica
lo que ya dice saber.
Hogan T. (2007). Mars Wars: The Rise and Fall of the Space Exploration Initiative. The NASA History Series, NASA, Washington, DC, USA. 188 pp.
Lambright W.H. (2014). Why Mars: NASA and the Politics of Space Exploration. John Hopkins University Press, Baltimore, MD, USA. 320 pp.
Miroshnichenko L.I. (2003). Radiation Hazard in Space. Springer-Science+Business Media, B.V., Dordrecht, The Netherlands. 238 pp.
National Research Council. (2006). Preventing the Forward Contamination of Mars. The National Academies Press, Washington, DC, USA. 153 pp.
Portree D.S. (2001). Humans to Mars: Fifty Years of Mission Planning, 1950-2000. Monographs in Aerospace History 21, NASA, Washington DC, USA. 153 pp.
Seedhouse E. (2009). Martian Outpost: The Challenges of Establishing a Human Settlement on Mars. Springer, Berlin-heidelberg, Germany. 292 pp.
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Esa tarde tenían planes. Cuando se juntaron no tardaron en hablar de comprar. Después del sexo, hablar de lo que compraban y querían comprar era su tópico favorito (Fig. 1).
Mi marido no está de acuerdo pero yo compro lo que me da la gana, dijo Pánfila a su amiga Martirio.
Pues, yo también hago lo mismo, replicó Martirio.
Figura 1. Pánfila y Martirio charlando de compras y de futuras compras. Fuente: dreamstime.
Martirio era un auténtico martirio para el Dr.PorfirioSacacorchos del Campo Santo, su marido.
Su matasanos calientacamas ya no aguantaba con las vastas deudas, y eso a pesar de que este médico chunguero y pesetero hacía unas cuantas triquiñuelas a escondidas en el hospital, tal como vender partes de cadáveres humanos (Figs. 2-3) en el mercado negro a elevados precios a practicantes médicos, de esos que suelen reunirse en caros hoteles para practicar nuevas técnicas de cirugía para no matar a sus pacientes en la sala de operaciones, cosa que hacían un buen rato después de haber probado unos seductores trozos de pastel femenino.
Figura 2. El mercado negro de oráganos humanos. Fuente: Yur Topic.
Figura 3. Un corazón humano listo para transplante. Fuente: Yur Topic.
Ambas mujeres de acuerdo, inmediatamente se subieron cada cual a su respectivo lujoso coche y se largaron a comprar unos cuantos pares de zapatos nuevos cada una de ellas.
Se fueron derecho al recién inaugurado metrocentro estratégicamente situado a las afueras de la ciudad. Uno de tantos abiertos por mafiosos junto con la colaboración de sus cuñas oficiales, envueltos en una maraña de empresas fantasmas que resultan en un sofisticado tango para blanquear dinero de la mafia al fin y al cabo.
Al otro extremo de la ciudad, estaba el pícaro Primario GambaRobolandia que también había decidido modernizar un poco su ajuar, adquiriendo unos nuevos trajes para proyectar una buena imagen en su trabajo de vendedor de seguros de cualquier clase pero especialmente de vida (Video 1). ¿A quién? A los tontos que aún no se han dado cuenta que en la vida lo único seguro es la segura visita de Morta, la parca que pondrá fin al final del camino.
Video 1. Un persuasivo vendedor de seguros.
Habiendo sido programados desde niños para consumir mierda, Primario, el vendedor de seguros, hizo lo mismo que las dos mujeres, Pánfila y Martirio, subirse a su coche último modelo, según él demostrando así que tenía poder sin tener poder donde quería tener todo el poder para poder sostener sus hábitos caros de poder.
Primario salió disparado instintivamente hacia el mismo centro comercial de los mafiosos, uno de tantos garrapiñados por los lameculos delegados oficiales destalegados. La campaña publicitaria en la TV, la radio y la prensa sobre los falsos ridículos precios en las nuevas tiendas del nuevo centro comercial curiosamente denominado El Tumbado, obviamente había dado un buen resultado como era esperado.
Y de esa manera, tres personas en diferentes partes de la ciudad habían decidido sin tener ninguna necesidad de que comprando alguna cosa les alegraría su puta vida, y les haría olvidar aunque sea por unos instantes su personal emocional infierno, tal como se los habían prometido repetidas veces sus respectivos expertos en psicología emocional, quienes también eran esclavos de los caprichos y las modas sofisticadamente esparcidas por todos los medios de comunicación a cada rato, esa cosa de que consumir es existir.
Poco les importaba a estos chupópteros que cayera quien cayera donde fuera (Video 2) con tal de salirse con la suya: tener más de lo que debían tener.
Video 2. Green de Patrick Rouxel.
Y de esa manera, el queso biosférico cada día es devorado por estas ratas humanas consumidoras de la Tierra.
Ninguno se había puesto a pensar ni superficialmente ni en profundidad de que los tres, como la gran mayoría alrededor del mundo, habían caído en la trampa del consumismo expertamente puesta por los ingenieros sociales y psicólogos del marketing para capturar ratas humanas.
Y posiblemente así, prisioneros del consumismo, acabarían sus días.
Consumiendo y tirando a diestra y siniesta en un anti-biosférico círculo vicioso sin fin donde cada día apararecía nuevamente el vacío que intentarían de nuevo llenar con cosas todos los días.
Y las trampas para atrapar gente sí que eran (y son) eficientes.
Tres ratas humanas, más miles de otras víctimas montadas en el mismo tren del consumismo, cayeron en la trampa ese día (Videos 3-4). El Tumbado estaba tumbando mucha gente tumbada antes de ser tumbada.
Video 3. El capitalismo y su funcionamiento psicológico.
Video 4. La cárcel del consumismo.
Si fue así como dicen los científicos, casi 5.000 millones de años de evolución en la Tierra desde el principio hasta los humanos, ¿para ésto?
Laboratorios muy sofisticados, utilizando los más avanzados métodos de biología molecular y técnicas filogenéticas en el Departamento de Biofísica Cuántica de la Universidad de Estudios Biosféricos crean una máquina biológica capaz de producir plásticos a partir de moléculas de plantas.
La técnica de producir plásticos a base de recursos vegetales no es nada nuevo. Lo verdaderamente revolucionario es que los científicos hayan creado un rústico robot biológico capaz de pensar, aunque de manera limitada en su habilidad de raciocinio lógico, utilizando restos de plantas y estiércol de animales.
El único problema que los científicos aún no han podido resolver es que el robot productor de plásticos tiene un ADN aberrante. Su capacidad para almacenar datos es enorme pero carece de visión de supervivencia.
Por el momento, los científicos has decidido soltarlo para ver cómo actúa sin control automático. Aunque si no resulta funcionar de acuerdo a sus cálculos bioinformáticos lo van a descartar como un fallido experimento.
Los primeros robots biológicos que salieron del laboratorio se degeneraban muy rápido (Video 1), por lo que los investigadores decidieron incorporar genes de chimpancés en el ADN del animal sintético.
Video 1. Robot biológico sufre cortocircuito en un ambiente inhóspito.
Sin embargo, el nuevo modelo (Video 2) del robot biológico, denominado Homo sapiens, está causando estragos en el medio ambiente. Se espera que los científicos de la institución biosférica que lo inventaron pronto lo retiren de los campos experimentales de la Tierra.
Video 2. Robots biológicos contaminan el medio ambiente.