Campo magnético de la Tierra. Fuente: Wired. |
Por Gundhramns Hammer
29 de septiembre de 2014
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Muchas de las cosas realmente importantes para nuestras vidas no las podemos ver. Puede ser porque nuestros ojos no tienen la abilidad para percibirlos, o porque a veces no nos enteramos o simplemente porque no queremos enterarnos, somos demasiado egoístas y mezquinos.
Sin embargo, sí podemos sentir sus efectos.
El aire que respiramos es un buen ejemplo.
Sin el oxígeno que nos brindan los seres fotosintéticos (árboles, algas, fitoplancton, etc.) que tanto maltramos, cortamos, trituramos (Video 1) y envenenamos (Video 2; English here), nosotros los humanos o los demás seres que necesitan este esencial elemento para su metabolismo no podríamos existir.
Video 1. Máquina cortadora de árboles.
Video 2. Basura antropogénica en el océano.
Y ni aquellos ni nosotros, nada vivo de lo que existe en la Tierra, podría existir si la Tierra no tuviese un campo magnético que nos protege contra la mortal radiación solar o de la hostilidad del espacio exterior.
En pocas palabras y repitiendo, sin el campo magnético terrestre el agua se evaporaría, la atmósfera se esfumaría y la vida no existiría. La Tierra sería una masa redonda sin vida flotando en el infinito espacio.
Dejando la ciencia de lado, el campo magnético terrestre es un milagro. Es el manto protector de la Madre Tierra para proteger a sus hijos (Video 3). ¡Y no lo vemos!
Video 3. Campo magnético de la Tierra.
Sin artilugios sofisticados, podemos
tener un vislumbre del manto protector cerca de los polos cuando partículas solares quedan
atrapadas y aceleradas a lo largo del campo magnético terrestre y se producen las auroras boreales o polares (Video 4). ¡Es
un espectáculo realmente maravilloso!
Video 4. Espectacular aurora boreal en Noruega.
Entonces, dejando la borrachera de lógica de lado en la que estamos todos atrapados, por qué no decirlo: ¡La Tierra está viva!
Merece la pena cuidar la Tierra, ¿no?
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