Caricatura de Gundhramns Hammer. |
Por Gundhramn Hammer
5 de abril de 2015
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Siempre se ha dicho que los vivos viven de los tontos. Y los
vivos siempre se inventan modas para chupar la sangre a los tontos.
Y como la gran mayoría de gente no sabe distinguir su culo
de un agujero en el suelo, los chupópteros que chupan la sangre a la gente se
forran.
En la actualidad estamos viviendo en la era de dos modas muy
de moda. Una es la moda de la “sostenibilidad”,
una cosa que de sostenibilidad no tiene nada. Es más bien una insostenibilidad astutamente disfrazada de aparente sostenibilidad.
La otra es la moda del crecimiento.
La idea del crecimiento está bien si se trata de crecer
psicológicamente (i.e., emocionalmente), máxime en un mundo donde abundan los
adultos Homo insapiens cristalizados
al nivel de desarrollo emocional de un niño de dos o tres años.
Y por esta puerta entra cualquier cantidad de chupópteros
que dicen ser “maestros de crecimiento”.
En este mundo de los “maestros de crecimiento” abundan unos cuantos hijos de puta que viven de los tontos. Son auténticos chupópteros de crecimiento a base de tu búsqueda de crecimiento.
En otras palabras, son individuos que viven a costillas de tu sufrimiento. Te engañan diciéndote que vas a crecer con sus “fórmulas mágicas”.
Mientras tanto tú te agarras a ellos como una garrapata y el ansiado paso del crecimiento – a la “felicidad eterna” - nunca llega. Y tú como un imbécil cueste lo que cueste siempre estás dispuesto a pagar al “maestro del crecimiento” buena plata por tu suspenso.
Y así ellos – los “maestros del crecimiento” – se forran. Viven insosteniblemente como rajás del cuento de tu insostenible cuento.
Todo esto, tal como lo venden, es parte de un plan maestro inventado por los megachupópteros satánicos que controlan la economía global para controlar a los hatos de ganado humano en
La historia de la mujer que quería crecer
Había una vez una mujer que quería crecer y se fue a visitar a uno de estos chupópteros “maestros del crecimiento”.
A continuación está su conversación.
- Yo quiero crecer, dijo la mujer.
- Pues ven a mi curso de crecimiento y ambos vamos a crecer. Tú donde deseas crecer y yo donde deseo crecer para crecer donde crece lo que quiero que crezca para vivir creciendo de los que quieren crecer, dijo el supuesto maestro de crecimiento.
- No entiendo, continuó ella.
- No te preocupes. No necesitas entender. Basta que vengas a mi curso y los dos vamos a crecer. Te lo aseguro, le dijo el supuesto maestro a ella.
- Pues me apunto. Me alegro que voy a crecer, dijo ella.
- Yo también. Yo voy a crecer a base de tu crecer pues para crecer necesitamos la interacción con los que desean crecer pues sin esto yo no voy a crecer donde más me gusta crecer a base de tu crecer, le dijo él a ella.
Ella se fue a casa contenta que iba a crecer. Más no sabía que sin su titánico esfuerzo personal de introspección nunca iba a crecer pero su cuenta de ahorros en el banco pronto dejaría de crecer.
Mon Capitaine, si bien es cierto que la vida no es vida sin la vida de los demás, algo no cuadra en este asunto del crecimiento. Sabemos que la vida de los animales incluyéndonos nosotros los geoclásticos humanos es una secuencia de enciende y apaga vidas para vivir.
Pero sofocar y mantener en suspenso emocional una vida humana con el engaño del crecimiento para vivir de los demás prometiéndoles la “felicidad” o la “vida eterna” es sólo un asunto de los parásitos sofisticados, ¿no, mon Capitaine?
Oui, mon mi. Y parásitos sofisticados ya tenemos demasiados entre nosotros en el mundo. Nos están ahogando. Y nos dejamos por idiotas.
Crecer o no crecer para crecer donde debemos crecer para que la vida en
El verdadero crecimiento no se mide con una varita económica. Se mide con tu manera de dejar crecer todo lo que debe de crecer y que es parte de un todo que permite la vida crecer (Video 1) en este planeta.
Video 1. Los cardos en nuestro jardín: Avispa trabajando para el mantenimiento de la Biosfera.
En estos momentos de crisis ecológica, la Biosfera de este planeta
depende de tu crecer.
Crece, deja de abarcar. No cojas más de lo que necesitas. Si coges más de lo que necesitas, no te dejará crecer donde deberías crecer.
Ciertamente en tu vacío emocional, lo grande acumulado sin necesidad te hará sentir grande ante los ojos de los demás. Pero ante la grandeza de la vida nada es grande sin lo grande de lo pequeño.
Por lo tanto, no mires arriba cuando debes mirar abajo. Y no mires abajo cuando debes mirar arriba.
Haz que tu grandeza sea una mirada donde debes poner tu mirada.
No mires lo que no quieres mirar, siempre y cuando sepas distinguir dónde debes mirar para mirar lo que debes mirar y lo que no debes mirar.
Mira lo que debes mirar para que tu mirada se dirija a tu interior para integrar plenamente el exterior con tu interior sin conflicto entre uno y otro, sin afanes egocéntricos.
Crecer es fácil. Es sólo que ponemos toda la atención en todo lo que no nos deja crecer.
¿Sabes tú cuál es cuál?
Crece, deja de abarcar. No cojas más de lo que necesitas. Si coges más de lo que necesitas, no te dejará crecer donde deberías crecer.
Ciertamente en tu vacío emocional, lo grande acumulado sin necesidad te hará sentir grande ante los ojos de los demás. Pero ante la grandeza de la vida nada es grande sin lo grande de lo pequeño.
Por lo tanto, no mires arriba cuando debes mirar abajo. Y no mires abajo cuando debes mirar arriba.
Haz que tu grandeza sea una mirada donde debes poner tu mirada.
No mires lo que no quieres mirar, siempre y cuando sepas distinguir dónde debes mirar para mirar lo que debes mirar y lo que no debes mirar.
Mira lo que debes mirar para que tu mirada se dirija a tu interior para integrar plenamente el exterior con tu interior sin conflicto entre uno y otro, sin afanes egocéntricos.
Crecer es fácil. Es sólo que ponemos toda la atención en todo lo que no nos deja crecer.
¿Sabes tú cuál es cuál?
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