18
de octubre de 2012
La
libertad es la ilusión de la que todo el mundo habla. Pero para
hablar de ella hay que desprogramarse de las cadenas del sistema y
entonces ya no necesitamos hablar de ella porque ya no está ella ni
tampoco está ella.
Ni
amo ni esclavo son libres. Ambos están jodidos. Cada uno se lame el
culo uno a otro. Está claro que no hay diferencia entre humanos y perros: ambos son
lameculos.
La
libertad sólo existe en la tumba, cuando nuevamente los átomos son
libres hasta que la casualidad los vuelva a juntar nuevamente dentro
de otro vehículo que puede ser una piedra, una pera o una cabeza de
mono desnudo. Sólo existe un instante y ese instante no existe.
Entonces para qué hablar de ella.
Pero
para aquellos que les gusta hablar de ella, aquí va para reflexionar
sobre ella:
Fuente: Lucas Blanco Acosta
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