| Foto cortesía de M. S. Trullén. | 
Por Salvatore Scimino & Gundhramns
Hammer
29 de Noviembre de 2013
Tal como las
manzanas de la bruja en el cuento de Blanca Nieves y los Siete Enanitos,
el panecillo en la foto de arriba es atractivo, apetitoso, ¿no es verdad? Su
apariencia excita al paladar. Te dice ¡cómeme!
Las
estanterías de los supermercados alrededor del mundo están abarrotados de
alimentos sofisticados, entre ellos están estos panecillos
artificiales.
Pero, ¿por qué
sofisticados?
En el siglo XI
de Nuestro Señor, William Dufty (1975) cuenta que cuando los cruzados volvieron
a casa trajeron consigo unos cuantos trucos. Uno de estos trucos era utilizar azúcar
como agente fermentador en la fabricación de cerveza y vino.
A esta
picardía se le llamaba sophistication (sofisticación). Es decir,
según Dufty (1975), sofisticar la cerveza era corromperla y arruinarla
añadiéndole una sustancia extraña e inferior. Y el azúcar era
extranjera, extraña y de inferior calidad a los ingredientes de la cerveza,
malta y lúpulo (Humulus lupulus).
Por lo tanto,
en la Edad Media
en Europa, el proceso de sophistication estaba prohibido. Si las
autoridades te pillaban añadiéndole azúcar a los barriles de cerveza o vino, te
enviaban a la picota, al calabozo o a la horca.
Debemos
recordar que la cerveza en esos días era en cierta manera algo sagrado. Era
considerada como pan líquido. Su fabricación llevaba nada más que malta y
lúpulo, mencionados anteriormente.
Pero la
cerveza en aquellos tiempos no era la cosa sofisticada de hoy día que
contiene diversas sustancias extrañas (extranjeras), como por ejemplo el isinglass.
El isinglass es un polímero extraído de la vejiga natatoria de ciertos peces [esturiones (Acipenser
spp.), peces gato (Pangasius spp.), etc.] y utilizado como agente
decantador de la levadura para acelerar el proceso de la fabricación de la
cerveza y darle el color dorado característico de esta bebida. 
Entonces,
desde esta perspectiva, los alimentos empaquetados que compramos en los
supermercado son alimentos sofisticados, adulterados, sapientizados o
humanizados en el sentido de que son producto de artimañas artificiales en el
laboratorio de tecnología de alimentos.
Son producto
del genio del Homo insapiens que está empeñado en convertirse en alien
a toda costa en el patio de su propia casa, como dice Gundhramns Hammer (2013).
Pero no seamos
tan ingenuos como Blanca Nieves. No dejemos que la bruja del cuento de
la tecnología de alimentos haga un sanchocho con nosotros tan fácilmente.
Básicamente
somos lo que comemos. Somos sacos de mierda. Pero más que todo somos sacos de
bacterias. Según las investigaciones microbiológicas, se estima que hay 10
bacterias por cada célula de nuestros cuerpos. Por lo tanto, las bacterias son
los titiriteros y nosotros los títeres.
Entonces, será
mejor que lo que comamos y le demos a las bacterias simbióticas que habitan
dentro de nuestros intestinos (1X1013-1X1016) sea sano y
de buena calidad, cuando se pueda.
Después de
todo, si nuestras bacterias están sanas y contentas también nosotros estaremos
sanos y alegres. Del estado de salud de ellas depende nuestra salud.
Asi es que
será mejor tener cuidado con lo que comemos.
Desde este
punto de vista, en cuanto a los panecillos sobre los que estamos hablando, han
sido comprados con el propósito de averiguar de qué están fabricados. Queremos
averiguar qué les echaron para sofisticarlos. 
Los
panecillos sofisticados para sufrir y acabar loco 
En el paquete
que los contenía hemos leído lo siguiente:
- Sin trigo
- Sin glúten
- Almidón de maíz
- Huevo líquido pasteurizado
- Azúcar
- Margarina (grasas)
- Aceites vegetales
- Agua
- Aromas
- Colorante (beta-caroteno)
- Semillas de lino
- Fibra vegetal
- Levadura
- Sal
- Espesante (E-415, E-464)
- Emulgente (E-471)
- Emulgente (E-471, E-481)
- Acidulante (ácido cítrico)
- Conservador (sorbato potásico)
- Conservador (Propionato de sodio)
- Envasado en atmósfera protectora
Los panecillos
han sido expertamente empaquetados de tal manera que sobresalgan entre los
demás productos de su competencia. Nada ha sido dejado al azar.
Psicólogos,
sociólogos y tecnólogos de alimentos han metido el pico para que tú caigas en
la trampa. En la trampa de la compra. Todo se reduce a lo económico.
Si estos
panecillos no tienen trigo ni glúten, entonces nos preguntamos, ¿de qué
demonios están fabricados? ¿Qué en realidad contienen?
Nuestra
aventura de investigación nos ha llevado hasta el fondo de cada uno de los
ingredientes de estos panecillos, una auténtica manzana de bruja. Al menos,
hasta donde hemos podido llegar. La
 Tabla 1 resume el resultado de lo que hemos investigado.
Tabla 1. La sofisticación de unos inocentes y atractivos
panecillos procedentes de la Era
del Plasticoceno del hombre (Homo insapiens).
| 
Ingrediente | 
Observaciones | 
Efecto
  en la salud | 
| 
Almidón de
  maíz | 
Generalmente
  obtenido de maíz transgénico, en cuyo cultivo se emplean herbicidas
  (glifosato, atrazine, S-metolachlor, nicosulfuron, mesotrione, etc.) e
  insecticidas (terbufos, thiodicarb, methomyl, indoxacarb, permethrin,  cyfluthrin, etc.).  
Por lo
  tanto, contiene residuos de insecticidas y herbicidas. | 
Su consumo
  puede causar alergias, dolores de cabeza, picazón en el ano y el área
  perianal, hemorroides, dolor de estómago, estreñimiento, dolor abdominal en
  el área de la apéndice (confundible con apendicitis), artritis, problemas
  renales, síndrome de las piernas inquietas, entre otros. El exceso puede
  provocar apendicitis. Produce efectos mutagénicos y citotóxicos.  
Altera la
  microbiota intestinal. | 
| 
Huevo
  líquido pasteurizado  | 
Producto obtenido
  a partir de huevos de gallinas arsenicadas, hormonadas, torturadas y
  alimentadas con piensos fabricados a base de soja y maíz transgénicos, los
  cuales contienen residuos de herbicidas, fungicidas e insecticidas.  
El huevo
  líquido pasteurizado usualmente contiene otros productos alimenticios (e.g..,
  grasa de cerdo) y conservantes añadidos durante el proceso de pasteurización
  [ácidos (sórbico, benzoico y láctico), sulfato de aluminio, peróxido de
  hidrógeno, citrato de sodio, epóxidos (óxido de etileno y óxido de
  propileno)], los cuales pueden reaccionar con las proteínas de los huevos y
  producir clorhidrinas), triacetin (TA), sulfato de lauril de sodio (SLS),
  citrato de trietil (TEC), fosfato de trietil (TEP) (U.S. Department of
  Agriculture, 1969).  
Además, las
  latas que contienen el huevo líquido pasteurizado (sofisticado) son sometidas
  a radiación ionizante (UV; rayos beta, gama y X) para destruir bacterias (Salmonella
  spp.) (U.S. Department of Agriculture, 1969; Mossel, 1960). | 
Puede causar
  diarrea, alergias, asma, bronquitis, alergías cutáneas, problemas del riñon,
  hiperactividad, nauseas, alteraciones emocionales, artritis, Mal de
  Parkinson, autismo, enfermedad de Alzheimer, varios tipos de cáncer (hígado,
  huesos, riñón, mama, testículos, ovarios), entre otros problemas médicos. 
Su consumo
  lleva el riesgo de contraer Salmonella (S. enteritidis, S.
  typhimurium, S. senftenberg). 
Altera la
  microbiota intestinal. | 
| 
Azúcar | 
Obtenida de
  caña de azúcar (Saccharum officinarum) o remolacha azucarera (Beta
  vulgaris).  
Azúcar de
  caña: Procedente de cultivos donde se utilizan decenas de
  productos químicos: herbicidas [glifosato, pendimethalin, dicamba (ácido
  3,6-dicloro-2-metoxibenzoico), diuron, trifuralin, carfentrazone-ethyl,
  atrazine, krismat, dual gold 960EC, sunstar 15WG, etc.], insecticidas
  (orchex, actara 25WG, kurifost 40EC, ethion, furadon, curacron, asophate,
  confidor, jozer 202SL, etc.), y el famoso madurador ethephon o etefón (ácido
  2-cloroetilfosfónico), el cual es un regulador de crecimiento vegetal, y cuya
  función al aplicarlo es acelerar el proceso de maduración de la caña de
  azúcar.  
Azúcar de
  remolacha: En el cultivo de la remolacha azucarera se emplean una
  gran variedad de herbicidas (gramoxone, pyramin DF, poast, select, outlook,
  stinger, nortron SC, ro-neet, eptam, teflan, betamix, pogress, etc.),
  insecticidas (malathion, terbufos, benomyl, lambda-cylalothrain, carbofuran,
  carbosulfan, thiram, phoxim, imidacloprid, fenthion, methidathion,
  cypermethrin, etc.) y fungicidas (stratego, laredo, eminent, topsim M, gem,
  headline, disperss, microthiol).  
Y el
  refinamiento o proceso de sofisticación del azúcar en la fábrica
  (ingenio) implica una serie de procesos donde se utilizan ciertos compuestos
  químicos (dióxido de azufre, hidróxido de sodio, fosfato de sodio, ácido
  fosfórico, dióxido de carbono, hipoclorito de sodio) para obtener el producto
  que todos conocemos, azúcar blanco. 
No debemos
  olvidar que durante el proceso de la preparación del azúcar refinado se suele
  utilizar carbón de huesos de animales para filtrar el licor base
  extraído de la caña de azúcar en el ingenio. 
Las fábricas
  de carbón animal no utilizan el cráneo ni la espina dorsal para
  prevenir cualquier contaminación por animales con el “mal de las vacas
  locas” (encefalopatía espongiforme bovina, BSE) cuyos priones
  (partículas proteínicas infecciosas) se cree está implicados en causar la
  enfermedad llamada enfermedad variante de Creutzfeldt-Jacob,
  (vCJD) en los humanos al comer carne infectada.  
Considerando
  que el periodo de incubación de los priones es largo, por ejemplo, los
  priones que infectan a los humanos tienen una incubación que puede exceder
  los 50 años (Collinge et al., 2006), nadie sabe si los huesos, la  médula ósea o los residuos de carne
  adheridos a los huesos para fabricar el carbón animal proceden de vacas con
  priones de BSE en etapa de incubación y por lo tanto están contaminados con
  priones que causan la BSE
  y luego puedan provocar la vCJD en humanos. Simplemente se asume que no hay
  peligro.  
Para
  preparar el carbón animal, los huesos son sometidos a altas
  temperaturas (400-500 ºC)
  en hornos de la fábrica. 
Pero hay un
  problema. Los priones de la BSE
  son resistentes a altas temperaturas, sustancias químicas corrosivas,
  radiación ionizante y ultravioleta.  
Se necesitan
  temperaturas igual o mayores a 1000 ºC para desactivar los priones (e.g., el
  prion de la scrapie o tembladera de ovejas; Brown, et al., 2000) y aún
  así existe el riesgo de contaminación.  
Los priones
  del mal de las vacas locas (BSE) pueden ser sólo desactivados
  siguiendo rigurosos protocolos de laboratorio pero no destruidos. Los priones
  de la BSE
  son  practicamente indestructibles. 
Por otra
  parte, los biotecnólogos ya han creado caña de azúcar transgénica,
  resistente a gusanos barrenadores (Insecta: Lepidoptera: Diatraea spp.)
  que dañan las plantas (Arencibia et al., 1997).  
Los  expertos han incorporado ciertos genes
  mata-insectos (genes de la δ-endotoxina)   de la bacteria Bacillus thuringiensis
  (Bt) en la caña de azúcar, de tal manera que la planta produce su
  propio insecticida contra el gusano. Una caña 
de azúcar
  transgénica es más bien un paquete de insecticida. 
La caña de
  azúcar Bt transgénica requiere menos fumigaciones de insecticidas. 
También hay remolachas
  azucareras transgénicas, resistentes o tolerantes a herbicidas como
  glifosato (Märlander, 2005; Kniss, 2010), imidazolinone (Kishchenko et al.,
  2011), phosphinothricin (glufosinato) (Kishchenko et al., 2005) o
  tolerantes a la sal (Liu et. al., 2008). 
Por lo
  tanto, el azúcar procedente de ambas plantas (caña de azúcar y remolacha
  azucarera) está contaminado con residuos 
  dañinos para la salud. Este azúcar está faqueado (fucked up).  | 
El azúcar
  refinado es una droga y un veneno. Es una de las sustancias más dañinas para
  la salud. Es sabroso al paladar pero extremadamente faqueante (to
  fuck up, joder) para la salud.  
El exceso de
  su consumo convierte a los humanos en bichos temperamentales, peresozos  y hambrientos.   
La Dra. Nancy
  Appleton (2011) ha señalado 146 razones de porque el azúcar arruina la salud
  de cualquier persona.  
Según
  Appleton (2011), el azúcar causa una gran variedad de enfermedades, entre las
  que están: inhibición del sistema inmunológico, provoca deficiencias de cobre
  y cromo, interfiere en la absorción del magnesio y el calcio, provoca un
  aumento rápido de la adrenalina, daña el páncreas causado diabetes tipo 1 y
  2, está ligado al desarrollo de cáncer de varios tipos (páncreas,  pecho, ovarios, próstata, recto, tracto
  biliario, vesícula biliar, pulmones y estómago), contribuye a la obesidad,
  causas dolores de cabeza y migraña, debilita la vista y causa cataratas y
  miopía, produce várices, provoca hemorroides, causa artritis, conduce a
  osteoporosis, produce síndrome de piernas inquietas, puede provocar caries y
  gengivitis, provoca trastornos hormonales, causa depresión, provoca ansiedad
  e irritabilidad, induce crisis epilépticas, produce fatiga crónica, resta
  elasticidad y funcionalidad a los tejidos, produce alergias alimentaria y
  conduce a enfermedades cardiovasculares. 
En los
  niños, el consumo de azúcar causa hiperactividad, ansiedad y dificultad de
  concentración.  
En la
  mujeres, el azúcar aumenta el crecimiento del hongo Candida albicans,
  el agente causante de la enfermedad candidosis vaginal. 
Adicionalmente,
  existe el riesgo de contraer priones de BSE al consumir azúcar blanco,
  en cuya preparación se haya utilizado carbón animal de vacunos infectados
  con BSE. En otras palabras, comer azúcar podría volverte loco, acabar con
  la enfermedad de las vacas locas. 
El consumo
  de azúcar es un vicio que crea adicción como las drogas. Avena et al.
  (2008) han aportado evidencia de la base conductual y neuroquímica de la
  adicción al azúcar. 
Entre el
  azúcar blanco y la carne, ¿no será debido a su consumo que la gente ya está
  practicamente loca? 
Finalmente,
  el azúcar altera la microbiota intestinal. 
El libro de
  Dufty (1975) es una de las mejores obras sobre el azúcar, desde cualquier
  punto de vista. Recomendamos su lectura. | 
| 
Margarina
  (grasas)  | 
Fabricada de
  la manteca de los animales (vacas, cerdos, ovejas) del matadero o de origen
  vegetal, pero en este caso suele indicarse y no está especificado en el
  envase como producto vegetal. 
En ambos
  casos, existe el problema de residuos de xenobióticos. | 
Produce
  dolores de cabeza, artritis, problemas cardíacos, inflamación intestinal,
  cáncer de colon, cáncer cerebral, almorranas, etc. 
Altera la
  microbiota intestinal. | 
| 
Aceites
  vegetales | 
Aceites
  procesados generalmente obtenidos de aceite de girasol, soja y maíz
  transgénicos (Ver Almidón de maíz en esta tabla) y palmera aceitera (Elaeis
  guineensis). Ver Colorante en esta tabla.  
Son
  productos contaminados con residuos de herbicidas, insecticidas y fungicidas.
   
Además, en
  el proceso de refinado se utilizan hidrocarburos (e.g., hexano). | 
Dolores de
  cabeza, problemas renales y cardíacos, cáncer de mama, cáncer de testículo,
  cáncer de colon, dolor en las articulaciones, artritis, etc. 
Altera la
  microbiota intestinal. | 
| 
Agua | 
El agua
  usualmente procede de fuentes contaminadas (shiteadas,mierdeadas) por
  el hombre (Homo insapiens), luego es sometida a un proceso de
  potabilización y al final es “purificada” con cloro. | 
El agua
  clorada ingerida o absorbida cutáneamente puede causar cáncer de riñones y
  vejiga, tumores cerebrales, efectos mutagénicos y citotóxicos. | 
| 
Aromas  | 
Este es uno
  de los tantos nombres que tiene el glutamato monosódico o monosodium
  glutamate (MSG).  
El MSG fue
  aislado de una alga marina (Laminaria japonica) por el Dr. Kikunae
  Ikeda, un japonés de la Universidad Imperial de Tokio por primera vez
  en 1908. Este científico y su amigo farmacéutico Saburosuke Suzuki montaron
  en 1909 la Compañía
   Ajinomoto para explotar su invento, de aquí viene a que
  el MSG sea conocido como Ajinomoto en Oriente; una palabra que en
  japonés significa esencia del paladar.  
El MSG fue
  introducido en los 1930s en los Estados Unidos, pero al princípio no tuvo
  buena aceptación.  
En 1948, se
  reunieron el jefe intendente de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y los
  gerentes de las más grandes empresas alimentarias estadounidenses en el 
Hotel Steven
  en Chicago y celebraron un simposio (Schwartz, 1999).  
El principal
  propósito de la reunión era cómo hacer más sabrosas las raciones de comida
  del ejército y para ello echaron manos del MSG de los Orientales.  
Este fue el
  punto de partida de la industria multimillonaria del MSG en el mundo entero. | 
El MSG es
  problamente uno de los aditivos más peligrosos para nuestra salud utilizado
  en la industria alimentaria, con la venia de sanidad.  
El MSG está
  prácticamente en todos los alimentos procesados.  
En
  individuos sensibles, el MSG causa múltiples síntomas: alergias, hinchazón de
  la lengua, acidez gástrica, (agruras, acidez o pirosis), reflujo
  gastroesofágico, ardor en el estómago, dolores de estómago, calambres
  estomacales, nausea, vómito, dolores de cabeza, migraña, dolores musculares,
  dolores en las articulaciones, pérdida de memoria, altibajos emocionales,
  mareos, fatiga, problemas oculares, dificultad de respiración, brazos y
  piernas dormidos, debilidad, hiperactividad (niños), asma, ataques
  epilépticos, esquizofrenia, obesidad, dolor en el pecho, problemas cardíacos
  (en algunos casos pueden confundirse con infarto cardíaco), trastorno de los
  órganos reproductores, depresión, insomnio, inflamación del colon, dolores abdominales,
  picazón en el ano y área perianal, almorranas, síndrome de piernas inquietas,
  picazón en la planta de los pies y un largo etcétera (Schwartz, 1999). 
El MSG
  produce cáncer, venas varicosas y altera la microbiota intestinal. 
A pesar de
  que el consenso general sobre sales de glutamato como aditivos alimentarios
  considera  que el MSG es inócuo (e.g.,
  Beyreuther  et. al., 2006),
  nosotros consideramos que Schwartz (1999) ha dejado claro que el MSG no es
  nada bueno para la salud. | 
| 
Colorante (beta-caroteno) | 
Agente
  colorante conocido como E-160e [beta-apo-8´-carotenal (C30)]. Es un
  producto sintético.  
El beta-caroteno
  natural es un miembro del grupo de los carotenoides, compuestos
  liposolubles y pigmentados (anaranjados, rojos, amarillos). Este, junto con
  los carotenos alfa y gama, son pro-vitaminas, es decir
  se pueden convertir en vitamina A, la cual es muy importante para la salud.  
El beta-caroteno
  está presente de manera natural en hortalizas (e.g., zanahorias) y frutas
  (e.g., calabazas, batatas) de color anaranjado y rojo, cereales, granos y
  aceites.  
El beta-caroteno
  utilizado en la industria alimentaria es extraído de la fruta de la palma
  aceitera (Elaeis guineensis) cuyo cultivo extensivo está implicado en
  la destrucción de las selvas tropicales y la biodiversidad; de maíz
  transgénico o a base de fermentación utilizando hongos (Blakeslea
  trispora, Serratia marcescens, Saccharomyces cerevisiae, Rhodotorula
  spp.) y de cultivos de algas (Haematococcus pluvialis, Dunaliella
  bardawil, D. salina).  
Generalmente,
  la industria alimentaria utiliza un beta-caroteno completamente
  artificial y químicamente diferente del extraído de fuentes naturales.  | 
Personas que
  consumen una buena cantidad de frutas y verduras ricas en carotenoides  tienen menor riesgo de cáncer.  
Pero el beta-caroteno
  sintético, la forma encontrada en los suplementos vitamínicos en los
  supermercados, no es recomendable, pues tiene el efecto contrario.  
El beta-caroteno
  (sintético) puede causar alergias y dolores de cabeza.  
El beta-caroteno
  era considerado hasta hace poco inócuo pero recientemente se ha encontrado
  que interactúa con etanol. La combinación de beta-catoteno y etanol
  produce hepatotoxicidad (Leo & Lieber, 1999). 
Además,
  fumadores de tabaco que también consumen etanol y suplemento de beta-caroteno
  tienen más riesgo de contraer cáncer de pulmón (Leo & Lieber, 1999;
  Russell, 2002; Netzer, 2000).  
Según la
  evaluación de la
   European Food Safety Authority (2012), β-apo-8´-carotenal
  (E-160e)
  puede producir trastornos del sistema reproductor, riesgo de cáncer y
  efectos mutagénicos y citotócicos en animales experimentales. 
El
  beta-caroteno sintético altera la microbiota intestinal. | 
| 
Semillas de
  lino | 
Las semillas
  de lino (Linum usitatissimum) son utilizadas ampliamente en la industria
  alimentaria.  
Existen
  varias variedades de lino, entre ellas está la FP967, conocida tambien como CDC
  Triffid, la cual es transgénica (GM). Este GM lino ha sido encontrado en
  los controles de los productos de cereales y panadería en 10 países europeos,
  incluyendo Alemania, donde ya llevan varios años cultivándola. 
Uno de los
  principales problemas del cultivo del lino es el control de las “malas
  hierbas” y las plagas de insectos y hongos.  
Bromoxynil,
  MCPA (ácido 2-metil-4-clorofenoxiacético), bromoxynil+MCPA, glifosato, aim
  (carfentranzone), spartan (sulfentrazone), curtail M (clopyralid+MCPA),
  clethodium, sethoxydim, dexel defol (clorato sódico), dicamba (ácido
  3,6-dicloro-2-metoxibenzoico) son algunos de los herbicidas empleados en las
  plantaciones de lino.  
Entre los
  insecticidas están malathion, telone y varios productos a base de piretrina.
  Y picoxystrobin es un efectivo fungicida muy a menudo empleado en el cultivo
  de lino.  
Por lo
  tanto, cualquier producto derivado de lino está contaminado con residuos de
  insecticidas, herbicidas y fungicidas. | 
Las semillas
  de lino contienen glucósidos cianogénicos (linustatin, neolinustatin y
  linamarin), antagonista de la vitamina B 6, ácido fítico, el cual
  inhibe la absorción de calcio y cinc. Los primeros pueden hidrolizarse a
  cianuro de hidrógeno, siendo éste un potente inhibidor de la respiración
  celular (Prasad, 2003).  
Sin embargo,
  la cantidad de estos compuestos es pequeña cuando las semillas de lino son
  usadas y se supone que es eliminada en los productos de panadería, de acuerdo
  a Prasad (2003).  
Por otra
  parte, las semillas de lino poseen actividades farmacológicas que reducen el
  estrés oxidativo en las células y por lo tanto reducir el desarrollo de
  enfermedades cardíacas (arteriosclerosis hipercolestorémica). El ácido
  alfa linolénico, por ejemplo, produce efectos antiinflamatorios
  (Prasad, 2003).  
Según Prasad
  (2003), las semillas de lino también poseen lignanos de efecto anticancer.  
En general,
  las semillas de lino están libres de sustancias tóxicas. Sin embargo, existe
  la posibilidad de que cause alergias en casos de personas alérgicas a los
  fitatos. 
Pero si los
  productos o subproductos elaborados a base de semilla de lino contienen
  residuos xenobióticos pueden causar alergias, migraña, dolores en las
  articulaciones, pérdida de memoria, diarrea, cáncer (hígado, colon,
  testículo, mama), problemas renales, etc.  
Las semillas
  de lino con xenobióticos pueden alterar la microbiota intestinal. | 
| 
Fibra
  vegetal | 
Celulosa
  (polisacárido) procesada de árboles.  
Conocida  como Hidroxipropilmetilcelulosa (hipromelosa,
  HPMC), metilhidroxipropilcelulosa (MHPC), o metiletilcelulosa (E-465),
  sustancias orgánicas  químicamente
  modificadas y  preparadas
  comercialmente a base de la celulosa de la madera de los aserraderos.   | 
Causa
  problemas en el intestino grueso (diarrea, hinchazón o estreñimiento). 
Altera la
  microbiota intestinal. | 
| 
Levadura | 
Generalmente
  extraída de hongos transgénicos (Rhizopus spp.)  
Los términos
  extracto de levadura o levadura autolizada son disfraces para el MSG
  (Ver Aromas en esta tabla). | 
Puede causar
  alergias (picazón en la piel), dolores de cabeza y problemas respiratorios
  (bronquitis y asma). 
Altera la
  microbiota intestinal. | 
| 
Sal | 
La sal
  natural es una sustancia químicamente denominada cloruro de sodio.  
Su origen
  puede ser el mar o de minas de sal.  
Si es
  natural está compuesta de 84% de cloruro de sodio y de 16% de trazas de otros
  minerales naturales (fósforo, vanadio, etc.) mientras que la sal sofisticada
  o procesada contiene casi el 98% más un 2% de aditivos antropogénicos
  (antiaglomerantes, agentes reológicos, etc.) tales como carbonato de calcio,
  carbonato de magnesio, polisorbatos, 
  silicato de calcio, aluminosilicato de sodio y ferrocianuro. Los dos
  últimos son peligrosos para la salud.  
La sal sofisticada
  también contiene un poco de yodo y un 35% que puede ser fluoruro de sodio,
  fluoruro de potasio o cloruro de potasio; o sea es sal fluorizada o
  caliunizada, la que constituye la fuente de la sal de la gran mayoría de
  gente a través de los alimentos sofisticados.  
Y lo que
  faltaba, hoy ya tenemos sustitutos de la sal natural, como por ejemplo el Senomyx,
  Novoxal Light, etc., a los cuales se les pone el disfraz de sabores
  artificiales y sanidad les da luz verde.  
Para mayor
  detalle sobre los sustitutos de sal aprobados por sanidad recomendamos
  consultar el Codex General Standard for Food Additives (FAO, 1995, p.
  289). 
Los
  sustitutos de la sal son un negocio multimillonario donde vamos a encontrar a
  grandes compañías. Por ejemplo, el club fabricante de Senomyx
  incluye al Grupo Ajinomoto [el mayor fabricante de MSG (Ver Aromas en
  esta tabla)], PepsiCo, Cadbury/Kraft, Nestlé, Firmenich (suizos fabricantes
  de sabores artificiales y perfumes), Solae (fabricante de alimentos derivados
  de soja, incluyendo barritas y formula para bebés), y Campbell´s Soup
  (Burdett, 2011).  
Estas sales
  artificiales y una gran cantidad de potenciadores del sabor son producto de
  investigaciones biotecnológicas llevadas a cabo utilizando células madre
  estraídas de fetos humanos abortados o procedentes del mercado negro de
  partes de  humanos.   
Antes de la
  era atómica la sal era extraida de mares sanos pero en la actualidad ya no es
  el caso, hoy los océanos han sido contaminados con metales pesadors
  (mercurio, cromio, cadmio, etc.), herbicidas, insectididas, mierda humana,
  residuos industriales de todo tipo y, para acabarlos de joder, han sido
  utilizados como vertedero de barriles con desechos radioactivos y bañados por
  la radioactividad de los desastres de Chernobyl y Fukushima, más los miles de
  artefactos nucleares explotados por el primate mierdero que se hace llamar “Homo
  sapiens” (Video). | 
La sal
  natural es necesaria para el metabolismo, pues le brinda al cuerpo dos  elementos esenciales, el sodio y el cloro.  
A pesar de
  que la sal tiene mala fama de que está implicada en aumentar el riesgo de
  infarto cardíaco, los estudios más recientes han demostrado que si se reduce
  el consumo de la sal hace todo lo contrario, incrementa el peligro de un
  ataque cardíaco.  
La culpa no
  la tiene la sal sino el exagerado consumo de azúcar refinado. Según la Fundación
   Weston A. Price (WAPF),
  el excesivo consumo de sodio puede aumentar la presión arterial en algunos
  individuos, pero en la mayoría de personas un incremento de sal no aumenta la
  presión arterial de la mayoría de personas.  
El Dr. Mercola (2012) señala que si se restringe el
  consumo de sal puede dar origen a una amplia gama de enfermedades incluyendo
  diabetes 1 y 2, debilitamieno de los huesos, pérdida de abilidades cognitivas,
  alteraciones del desarrollo neurológico de los niños, bajo peso de los recién
  nacidos e hiponatremia, caracterizada por pérdida de energía, debilidad
  muscular, dolores de cabeza, confusión, alucinaciones, nerviosismo, nausea,
  vómito, incontinencia urinaria, calambres, ataques epilépticos, pérdida de
  conciencia y coma. 
Si la sal
  procede de aguas marinas contaminadas con radioactividad o desagües
  industriales cercanos a las salineras, su consumo causa una gran variedad de
  problemas médicos (cáncer, mutagenicidad, citotoxicidad, etc.) 
Se sospecha
  que los sustitutos de sal y la sal sofisticada causan cáncer.  | 
| 
Espesante
  (E-415, E-464) | 
E-415: Goma
  xantana. Se obtiene de la fermentación del azúcar y las melazas
  (glucosa), usualmente de maíz transgénico, por medio de bacterias
  transgénicas (Xanthomas campestris). 
E-464: Hidroxipropilmetilcelulosa.
  Preparado comercialmente de la celulosa de la madera de los aserraderos, es
  decir de troncos de árboles, químicamente modificada en la fábrica.  | 
E-415:
  Puede causar alergias. 
E-464:
  Causa problemas en el intestino grueso (diarrea, hinchazón o estreñimiento). 
Ambos
  alteran la microbiota intestinal. | 
| 
Emulgente
  (E-471, E-481) | 
E-471:
  Este aditivo es una sustancia que está entre los llamados monoglicéridos y
  diglicéridos de los ácidos grasos.    
Estos son
  compuestos de esteres del glicerol, un subproducto de la fabricación del
  jabón, extraído agregándole soda cáustica a grasas de animal o aceites
  mezclados.   
E-471 es
  usualmente obtenido artificialmente de lecitina de soja. La lecitina
  se encuentra naturalmente en todos los seres vivos.  
La lecitina
  comercial, también llamada vitelina, lecitol, calecina y
  granulestina, incluyendo la llamada “lecitina de soja”,
  generalmente es obtenida de la soja (Glycine max), de la yema
  de huevos o de los sesos y el hígado de animales del matadero.  
Estos
  subproductos de animales son modificados químicamente y aprovechados para la
  venta en el mercado.  
La lecitina
  de soja es también producida artificialmente de una mezcla de glicerol
  (E-422) y aceite de semillas de colza o canola (Brassica napus), una
  planta que puede ser transgénica. 
Entre las colzas
  transgénicas está una que tiene incorporada en su genoma unos genes con
  cualidades insecticidas contra las orugas de la palomilla lomo de diamante
  (Insecta: Lepidoptera: Plutella xylostella) y el gusano del maíz
  (Insecta: Lepidoptera: Helicoverpa zea) extraídos de la bacteria Bacillus
  thuringiensis, en cuyo caso se conoce como Brassica napus Bt
  (Stewart et al., 1997); la colza expresando genes de guisante (Brassica
  napus transgénica guisante DRR206) resistente a algunos hongos
  (Wang & Fristensky, 2001) y la colza o canola resistente a herbicidas
  (glifosato, glufosinato, imidazolinone), conocidas como canola
  GLY-resistente, canola GLU-resistente y canola IMI-resistente,
  respectivamente (Beckie et al., 2011). 
En fin, el E-471
  es un gato por liebre. 
E-481:
  Estearoil-2-lactilato de sodio, también llamado sal de
  sodio, bimol, ácido esteárico, ácido láctico, etc.  
Es un
  producto usualmente derivado de grasas animales, principalmente de manteca
  de cerdo.  
También lo
  fabrican a base de gelatina que es otro producto de origen animal,
  usualmente de las patas de pollo, las pezuñas de cerdos y ganado vacuno y de
  las colas de pescado (lo que sobra después del fileteado); o de aceite
  vegetal, el cual casi siempre posee residuos de herbicidas, fungicidas e
  insecticidas.  
Es otro gato
  por liebre. | 
E-471: La
  lecitina de soja comercial suele ser manufacturada de soja no
  fermentada. Los productos de soja no fermentada son ricos en
  inhibidores de enzimas tales como proteasa y amilasa e interfieren en la
  digestion de las proteínas y carbohidratos contenidos en la soja.  
En este
  caso, su consumo puede conducir a problemas del sistema inmunológico, digestivo
  y reproductivo; alergias, mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares;
  altibajos emocionales y pérdida de apetito sexual.  
Sólo
  productos de soja fermentada (e.g., tofu) son recomendables para el
  consumo humano. 
Si el E-471
  es fabricado de lecitina de soja transgénica, cuya producción
  implica el uso de herbicidas (e.g., glifosato) e insecticidas, puede causar
  dolores de cabeza, dolores en las articulaciones, artritis, alergias,
  nausea,  visión borrosa, baja presión
  arterial, altibajos emocionales, depresión, síndrome bipolar, pérdida de
  apetito, mal aliento, dolores de estómago, dolor abdominal, diarrea, cáncer
  de colon, aumento de peso, etc. Su consumo excesivo causa cáncer de hígado.  
Si el E-471
  es de origen animal, el resultado es parecido al anterior, pues los
  animales de granja como las gallinas son sometidos a dietas artificiales a
  base de soja y maíz transgénicos e injectados con hormonas y antibióticos.  
Se sospecha
  que E-471 produce efectos mutagénicos, teratogénicos y trastornos reproductivos. 
E-471 es un
  gato por liebre. 
E-481: Se
  supone que su consumo no causa ningún problema en la salud porque el ácido
  esteárico y el ácido láctico son productos normales del metabolismo.  
Pero
  considerando que normalmente procede de productos o subproductos de origen
  animal o vegetal contaminados con residuos de xenobióticos (herbicidas,
  insecticidas, fungicidas) peligrosos, su consumo puede causar problemas
  médicos (dolores de cabeza, dolor de estómago, problemas digestivos,
  almorranas, alergias, fatiga, dolor muscular, bronquitis, etc.)  
E-481 es
  otro gato por liebre. 
Ambos
  alteran la microbiota intestinal. | 
| 
Acidulante (ácido
  cítrico) | 
También es
  conocido como E-330.  
Este ácido
  originalmente era extraído del zumo de limón pero en la actualidad es
  obtenido comercialmente por medio de procesos de fermentación.  
En este
  proceso se utilizan melaza de caña y dextrosa como materia prima y hongos
  transgénicos (Aspergillus niger).  | 
Al proceder
  de hongos, el ácido cítrico puede causar alergias si es ingerido.  
Su uso
  externo (cosmetología) puede producir alergias cutáneas (dermatitis,
  exfoliación) e irritación de los ojos. 
Personas
  sensibles al MSG, deben de evitarlo. Statham (2007) señala que E-330 puede
  agravar el virus herpes simplex. 
Altera la
  microbiota intestinal. | 
| 
Conservador
  (sorbato potásico o sorbato de potasio) | 
También
  conocido como sal del ácido sórbico (E-202). En química se conoce como
  (E,E)-hexa-2,4-dienoato de potasio.  
Se
  manufactura combinando hidróxido de potasio con ácido sórbico.  
Puede
  contener quitosán, unido covalentemente al sorbato potásico, para
  mayor efecto antimicótico en la industria alimentaria.  
El quitosán
  (quitosano, chitosan) es un producto obtenido a base de la
  caparazón de camarones y gambas.  
Islandia es
  uno de los mayores productores de quitosán en el mundo.  | 
Puede causa
  alergias pulmonares y cutáneas, problemas renales, diarrea, nausea.  
El sorbato
  de potasio es tóxico via IP para ratones de laboratorio. Causa efectos
  mutagénicos (Ash, 2008). 
Altera la
  microbiota intestinal. | 
| 
Conservador
  (Propionato de sodio) | 
También
  conocido como E-281, ácido propiónico o sales de sodio.  
El propionato
  de sodio es la sal del ácido propiónico, un ácido orgánico en el cuerpo
  al metabolizar azúcar, amino ácidos y algunos ácidos grasos.  
El ácido
  propiónico puede ser obtenido artificialmente de varias formas: por medio
  del gas natural al ser sometido al proceso de Fischer-Tropsch, como un
  subproducto de la pirólisis de la madera, y por la acción de microorganismos
  sobre múltipls materiales como substrato. EL ácido propiónico puro es
  producido a base de propionitrilo en el laboratorio (U.S. Environmental
  Protection Agency, 1991). 
El ácido
  propiónico es mutagénico (Federation of American Societies for
  Experimental Biology, 1979). 
En la
  producción de ácido propiónico por medio de bacterias generalmente se
  utilizan cepas transgénicas. 
La forma
  sintética del propionato de sodio (sodium propionate MSDS, Impedex,
  Mycopan o Napropion) se utiliza en la industria alimentaria (e.g., quesos,
  carnes molida, pan, repostería, etc.) para evitar el crecimiento de hongos y
  bacterias.  
El propionato
  de sodio es una de las sustancias 
  químicas  que hace que las
  hamburguesas de McDonald no se descompongan por mucho tiempo, por lo que en
  los medios de comunicación sean conocidas como hamburguesas eternas o
  biónicas. | 
En su estado
  químico puro, el propionato de sodio es considerado como combustible,
  no produce llamas y emite gases tóxicos. Si es inhalado irrita la garganta y
  produce catarro y sensación de quemazón y dolor en los ojos. El contacto con
  la piel causa irritación hasta producir ampollas. Ingerido es tóxico (Inchem,
  2011). 
En general,
  el consumo excesivo de propionato de sodio sintético puede
  causar alergias, asma, dolores de cabeza y musculares, ataques epilépticos,
  pérdida de cabello, problemas cardíacos, diarrea, diabetes, hipomanía
  (alteración emocional persistente euforia o irritabilidad), hipersexualidad,
  síndrome bipolar (trastorno afectivo bipolar), Gran Mal (convulsiones
  tónicoclónicas, caracterizadas por pérdida de conciencia, rigidez, detención
  de la respiración, cefalea, confusión, somnolencia, dolor muscular, nauseas o
  cualquier combinación de estos síntomas). 
En los
  niños, los propionatos en el pan causan irritabilidad, falta de atención,  inquietud y trastornos de sueño (Dengate
  & Ruben, 2002). 
Hay
  evidencia que los propionatos producen efectos mutagénicos,
  citotoxicidad  y aberraciones de los
  cromosomas y el ADN (Suginara et al., 1997; Türkoǧlu, 2008). 
Todos los propionatos
  están ligados a la migraña (Türkoǧlu, 2008).  
El propionato
  de sodio sintético añadido a los alimentos puede alterar
  la microbiota intestinal. | 
Finalmente, veamos que quieren decir
con: 
Lo que significa es que estos panecillos fueron empaquetados en una bolsa que contiene gases CO2 (dióxido de carbono), CO (monóxido de carbono) y/o N (nitrógeno).
Sería algo así como zampar el escape del coche con el motor encendido en el envase con los panes dentro y luego sellarla para atrapar los gases. Bueno, no tanto pero sí.
Calificación de este producto:
A estos panecillos les damos las Cinco Fs (FFFFF). Donde una F equivale a un Fuck! o sea !puta, joder!
Definitivamente, estos panecillos son para sufrir y acabar loco.
Si tú estás aún subiendo la cuesta (pre-50 años), pueda que no notes nada al consumir estos productos. Aunque hoy en día hay cualquier cantidad de niños tosigosos y enfermos con asma y otras complicaciones médicas debido al consumo de alimentos procesados, es decir altamente sofisticados, humanizados o sapientizados.
La mayoría de médicos no le pueden dar al clavo en la cabeza para el tratamiento de estas enfermedades pediátricas porque nunca en su puta vida han tomado un curso de nutrición. No relacionan nutrición con salud, ni tampoco toman en cuenta el papel que la microbiota o flora intestinal tiene sobre la salud.
En la actualidad, ya se sabe que gran parte de los problemas médicos que los humanos padecen están relacionados con su dieta sofisticada e insana.
La ignorancia sobre nutrición de los médicos causa mucho daño y a veces mata lentamente, pues hay muchos que desde que abandonaron la facultad de medicina nunca más han vuelto a poner sus putas manos en un libro.
Van por allí diciendo que le des a tu niño mucha carne (carne de pollo; chuletones de cerdo transgénico; ambos procedentes de factoría de animales donde son hormonados y antibioticados), galletas sofisticadas y traumatizadas (a base de soja transgénica) y un vaso de leche procesada (líquido blanco adulterado, irradiado con rayos gama, de vacas hormonadas y antibioticadas) para que el vástago crezca fuerte.
Es una dieta típica que los médicos frecuentemente recomiendan para que al niño se le pasen los ataques de enfermedades tales como prolapso anal, asma, falta de atención, etc.
Adicionalmente, se ha puesto de moda tratar los problemas respiratorios (asma, bronquitis alérgica) de los niños o adultos con inhaladores (broncodilatadores), los cuales llevan sustancias químicas peligrosas que pueden dañar el hígado o los riñones. Más otros tantos productos farmacéuticos que son recetados para calmar los achaques por un rato y que a la larga pueden joder el cerebro en desarrollo de los niños.
Todos acaban jodidos en el salón de baile
Ante esta situación, no debemos caer en la trampa de señalar a un sólo culpable. Todos somos culpables del cul-de-sac actual en el que estamos zampados.
Nuestras ocurrencias científicas y tecnológicas acumuladas y pasadas a las futuras generaciones por medio de la escritura han contribuido a que nos multipliquemos de manera excesiva, lo que ha traído un gran deterioro medio ambiental dondequiera que estemos sobre la Tierra, pues aún los “indios” de la selva causan daños. Estos practican el método de la tala y quema. No joden más porque son pocos en una gran extensión de bosque pero sácalos de su cuchitril y los verás danzar desorbitados y emborrachados.
Hablando ecológicamente, los humanos somos unos auténticos idiotas. Estamos entre la espada y la pared.
Por un lado, vivimos apiñados en grandes ciudades, que en realidad son cánceres sobre la Tierra, y demandamos productos frescos y sanos pero nosotros no los producimos.
Por otro lado, los agricultores de monocultivos tienen que lidiar con las plagas de insectos, hongos y las “malas hierbas”. Los monocultivos y el uso intensivo de biocidas y abonos químicos causan un desequilibrio ecosistemático.
Para que a los agricultores les salga rentable su negocio, en primer lugar, las semillas deben ser tratadas con fungicidas e insecticidas. Luego, en segundo lugar, los monocultivos son fumigados con una amplia gama de productos químicos (herbicidas, fungicidas, acaricidas, insecticidas, herbicidas), agentes causantes de muchos problemas ecológicos, entre ellos el declive de las poblaciones de las abejas (Apis mellifera).
En este proceso, todos salimos perdiendo. Todos salimos jodidos. La base de la producción de los alimentos - el suelo, el agua y el aire - acaban contaminados. El medio ambiente acaba jodido. Y al final de la cadena estamos nosotros, quienes también acabamos jodidos.
Por lo tanto, lo que tenemos es una secuencia enferma:
Suelos insanos → Alimentos insanos → Gente insana
Y por último, la industria alimentaria está enfrentada al problema del ataque de los microorganismos en los alimentos procesados y envasados, envueltos para colmo de males en el maldito plástico con ptalatos.
Para prevenir este problema, mantener a los alimentos fuera del alcance de las bacterias y hongos, al menos unos cuantos días o meses y así no tener pérdidas económicas que los lleven a la quiebra, y que además los consumidores tengan lo que quieren comer a la hora que lo quieran comer, los empresarios de la cadena alimentaria echan manos de los tecnólogos de alimentos y otros especialistas para que inventen sustancias químicas contra los microorganismos para que no destruyan la comida empaquetada.
El resultado es una montaña de sustancias químicas artificiales que son añadidas a los alimentos (Tabla 1) para mantener a raya por un tiempo a los microorganismos.
Y para asegurar la supervivencia de los esclavos modernos para su contínuo ordeño de impuestos para mantener a una enorme cuadrilla de chupópteros burócratas y prevenir que no acaben muertos por las toxinas producidas por los microorganismos que quedan atrapados en los paquetes de los alimentos procesados, entonces, en este drama, sanidad entra en el baile y no baila para quien debería de bailar sino que baila para los que hacen bailar a la gente que le gusta bailar al ritmo de los bailes de los que escriben los bailes, aunque los que escriben los bailes dependen del baile de los que bailan en la escena del baile del consumo.
Al final, todos bailan. Y todos acaban jodidos en el salón de baile.
Todos acaban faqueados (fucked up) y echos mierda porque lo que comen es mierda de su mierda producida a base de mierdas que echan mierda a lo que no debería de tener mierda para que no les devuelva la mierda, pues la Naturaleza siempre devuelve la mierda que el atrevido e idiotizado hombre (Homo insapiens) le echa a ella, el contaminado ajuar de sus afanes industriales.
Conclusión
Hemos averiguado que estos panecillos son definitivamente un gato por liebre. Son un producto sofisticado. Son alimentos faqueados (del inglés, fucked up = jodido, pisado). Son panecillos para sufrir y acabar loco.
Son alimentos que servirár para shapeshiftear (transformar) al Homo insapiens en alienígena en el futuro, si es que este primate ecológicamente estúpido tiene futuro.
Resumiendo de manera general, los síntomas más comunes que causa el consumo de pan artificial (pan sofisticado) son:
  - Envasado en atmósfera protectora
Lo que significa es que estos panecillos fueron empaquetados en una bolsa que contiene gases CO2 (dióxido de carbono), CO (monóxido de carbono) y/o N (nitrógeno).
Sería algo así como zampar el escape del coche con el motor encendido en el envase con los panes dentro y luego sellarla para atrapar los gases. Bueno, no tanto pero sí.
Calificación de este producto:
A estos panecillos les damos las Cinco Fs (FFFFF). Donde una F equivale a un Fuck! o sea !puta, joder!
Definitivamente, estos panecillos son para sufrir y acabar loco.
Si tú estás aún subiendo la cuesta (pre-50 años), pueda que no notes nada al consumir estos productos. Aunque hoy en día hay cualquier cantidad de niños tosigosos y enfermos con asma y otras complicaciones médicas debido al consumo de alimentos procesados, es decir altamente sofisticados, humanizados o sapientizados.
La mayoría de médicos no le pueden dar al clavo en la cabeza para el tratamiento de estas enfermedades pediátricas porque nunca en su puta vida han tomado un curso de nutrición. No relacionan nutrición con salud, ni tampoco toman en cuenta el papel que la microbiota o flora intestinal tiene sobre la salud.
En la actualidad, ya se sabe que gran parte de los problemas médicos que los humanos padecen están relacionados con su dieta sofisticada e insana.
La ignorancia sobre nutrición de los médicos causa mucho daño y a veces mata lentamente, pues hay muchos que desde que abandonaron la facultad de medicina nunca más han vuelto a poner sus putas manos en un libro.
Van por allí diciendo que le des a tu niño mucha carne (carne de pollo; chuletones de cerdo transgénico; ambos procedentes de factoría de animales donde son hormonados y antibioticados), galletas sofisticadas y traumatizadas (a base de soja transgénica) y un vaso de leche procesada (líquido blanco adulterado, irradiado con rayos gama, de vacas hormonadas y antibioticadas) para que el vástago crezca fuerte.
Es una dieta típica que los médicos frecuentemente recomiendan para que al niño se le pasen los ataques de enfermedades tales como prolapso anal, asma, falta de atención, etc.
Adicionalmente, se ha puesto de moda tratar los problemas respiratorios (asma, bronquitis alérgica) de los niños o adultos con inhaladores (broncodilatadores), los cuales llevan sustancias químicas peligrosas que pueden dañar el hígado o los riñones. Más otros tantos productos farmacéuticos que son recetados para calmar los achaques por un rato y que a la larga pueden joder el cerebro en desarrollo de los niños.
Todos acaban jodidos en el salón de baile
Ante esta situación, no debemos caer en la trampa de señalar a un sólo culpable. Todos somos culpables del cul-de-sac actual en el que estamos zampados.
Nuestras ocurrencias científicas y tecnológicas acumuladas y pasadas a las futuras generaciones por medio de la escritura han contribuido a que nos multipliquemos de manera excesiva, lo que ha traído un gran deterioro medio ambiental dondequiera que estemos sobre la Tierra, pues aún los “indios” de la selva causan daños. Estos practican el método de la tala y quema. No joden más porque son pocos en una gran extensión de bosque pero sácalos de su cuchitril y los verás danzar desorbitados y emborrachados.
Hablando ecológicamente, los humanos somos unos auténticos idiotas. Estamos entre la espada y la pared.
Por un lado, vivimos apiñados en grandes ciudades, que en realidad son cánceres sobre la Tierra, y demandamos productos frescos y sanos pero nosotros no los producimos.
Por otro lado, los agricultores de monocultivos tienen que lidiar con las plagas de insectos, hongos y las “malas hierbas”. Los monocultivos y el uso intensivo de biocidas y abonos químicos causan un desequilibrio ecosistemático.
Para que a los agricultores les salga rentable su negocio, en primer lugar, las semillas deben ser tratadas con fungicidas e insecticidas. Luego, en segundo lugar, los monocultivos son fumigados con una amplia gama de productos químicos (herbicidas, fungicidas, acaricidas, insecticidas, herbicidas), agentes causantes de muchos problemas ecológicos, entre ellos el declive de las poblaciones de las abejas (Apis mellifera).
En este proceso, todos salimos perdiendo. Todos salimos jodidos. La base de la producción de los alimentos - el suelo, el agua y el aire - acaban contaminados. El medio ambiente acaba jodido. Y al final de la cadena estamos nosotros, quienes también acabamos jodidos.
Por lo tanto, lo que tenemos es una secuencia enferma:
Suelos insanos → Alimentos insanos → Gente insana
Y por último, la industria alimentaria está enfrentada al problema del ataque de los microorganismos en los alimentos procesados y envasados, envueltos para colmo de males en el maldito plástico con ptalatos.
Para prevenir este problema, mantener a los alimentos fuera del alcance de las bacterias y hongos, al menos unos cuantos días o meses y así no tener pérdidas económicas que los lleven a la quiebra, y que además los consumidores tengan lo que quieren comer a la hora que lo quieran comer, los empresarios de la cadena alimentaria echan manos de los tecnólogos de alimentos y otros especialistas para que inventen sustancias químicas contra los microorganismos para que no destruyan la comida empaquetada.
El resultado es una montaña de sustancias químicas artificiales que son añadidas a los alimentos (Tabla 1) para mantener a raya por un tiempo a los microorganismos.
Y para asegurar la supervivencia de los esclavos modernos para su contínuo ordeño de impuestos para mantener a una enorme cuadrilla de chupópteros burócratas y prevenir que no acaben muertos por las toxinas producidas por los microorganismos que quedan atrapados en los paquetes de los alimentos procesados, entonces, en este drama, sanidad entra en el baile y no baila para quien debería de bailar sino que baila para los que hacen bailar a la gente que le gusta bailar al ritmo de los bailes de los que escriben los bailes, aunque los que escriben los bailes dependen del baile de los que bailan en la escena del baile del consumo.
Al final, todos bailan. Y todos acaban jodidos en el salón de baile.
Todos acaban faqueados (fucked up) y echos mierda porque lo que comen es mierda de su mierda producida a base de mierdas que echan mierda a lo que no debería de tener mierda para que no les devuelva la mierda, pues la Naturaleza siempre devuelve la mierda que el atrevido e idiotizado hombre (Homo insapiens) le echa a ella, el contaminado ajuar de sus afanes industriales.
Conclusión
Hemos averiguado que estos panecillos son definitivamente un gato por liebre. Son un producto sofisticado. Son alimentos faqueados (del inglés, fucked up = jodido, pisado). Son panecillos para sufrir y acabar loco.
Son alimentos que servirár para shapeshiftear (transformar) al Homo insapiens en alienígena en el futuro, si es que este primate ecológicamente estúpido tiene futuro.
Resumiendo de manera general, los síntomas más comunes que causa el consumo de pan artificial (pan sofisticado) son:
- picazón en varias partes del cuerpo (culo y área perianal, ingle, cojones, vulva, cuero cabelludo, axilas, planta de los pies),
- sensación de gusaneo en los vasos sanguíneos de las piernas y los pies,
- hemorroides,
- estreñimiento,
- dolores de las articulaciones,
- incremento de la sensibilidad a las radiaciones no ionizantes (RNI) de la telefonía móvil (800-2100 MHz), lo que puede conducir al RLS/SPI (restless leg syndrome, síndrome de piernas inquietas), desesperación, depresión, jaquecas, migraña, dolor muscular, diarreas, trastornos hepáticos y renales, pérdida de apetito, insomnio, etc.,
- irritación de la mucosa del sistema respiratorio, lo que puede dar lugar a ataques de estornudos, bronquitis y asma,
- alteración de la microbiota intestinal (MI), también llamada el órgano microbiano.
De todos los
síntomas acabados de mencionar, el último (la alteración de la MI) está entre los más
preocupantes, pues se sabe que las bacterias comensales intestinales afectan al
cerebro por medio de sustancias neuroactivas como la serotonina, la melanina,
el GABA (ácido aminobutírico gama); catecolaminas, histaminas, acetilcolina y
gases (CO, H2S, NO), dando origen a una serie de enfermedades entre
las cuales están la depresión, el síndrome de colon irritado, el RLS/SPI
(restless leg syndrome/síndrome de la piernas inquietas), diabetes tipo 2 y la
obesidad.
En una futura ocasión trataremos más a fondo el tema sobre la microbiota o flora intestinal y su relación con la salud.
El pan artificial, incluyendo los panecillos, y cualquier alimento sofisticado deben quedar fuera de la lista de compras, de ser posible.
Siendo así, ¿qué podemos comer? Es una buena pregunta.
Si sanidad no nos cuida como debería hacerlo, sólo nos quedan tres alternativas:
Una, en cierta manera, como dice la Dra. Deanna M. Minich (2009), “Never eat what you can´t pronounce. Lo que quiere decir que Nunca comas lo que no puedes pronunciar.
A la anterior nosotros le añadiremos la segunda. Si la lista de ingredientes del producto alimentario contiene algún ingrediente o subproducto del mismo repetido varias veces pero con diferentes nombres, entonces estamos ante un producto muy sofisticado. Nosotros evitamos este tipo de alimento procesado.
Y la tercera, hay que hacer como las gallinas. Antes de comer, debemos rascar mucho. Al menos, imitando a aquellas aves que aún viven en plena naturaleza antes de que un “humano inhumano”, como se dice por allí, las degüellen. ¡Una Pena!
No hay duda que así como va de sofisticación en sofisticación, al final de su loca carrera, el hombre acabará tan sofisticado que se convertirá en uno de dos: en un degenerado y loco alienígena en su propio patio o en un fósil.
Aunque también existe la posibilidad de que, antes de convertirse en un fósil, el Homo insapiens sea sustituido completamente por una PHAIM (posthuman artificial intelligence machine, máquina posthumana de inteligencia artificial) de su propia creación.
Siendo a imagen y semejanza de su creador, los PHAIMs podrían ser bichos fríamente lógicos, inteligentes y cuerdos o maniáticos, desequilibrados, emocionales y crueles o una combinación de cualquiera o todas estas características.
Todo dependerá de cómo sean programados, quién los programe o cómo los PHAIM se programen a sí mismos en su mundo posthumano.
Si los PHAIM son torcidos, entonces cuando el espacio exterior sea invadido por estas bestias mecánicas, ¡que Dios se apiade de las criaturas orgánicas en el Universo!
En la Era Posthumana, ¿se hará realidad la historia del Cube de los Borg de la serie de ciencia de ficción Star Trek? Nadie lo sabe.
En una futura ocasión trataremos más a fondo el tema sobre la microbiota o flora intestinal y su relación con la salud.
El pan artificial, incluyendo los panecillos, y cualquier alimento sofisticado deben quedar fuera de la lista de compras, de ser posible.
Siendo así, ¿qué podemos comer? Es una buena pregunta.
Si sanidad no nos cuida como debería hacerlo, sólo nos quedan tres alternativas:
Una, en cierta manera, como dice la Dra. Deanna M. Minich (2009), “Never eat what you can´t pronounce. Lo que quiere decir que Nunca comas lo que no puedes pronunciar.
A la anterior nosotros le añadiremos la segunda. Si la lista de ingredientes del producto alimentario contiene algún ingrediente o subproducto del mismo repetido varias veces pero con diferentes nombres, entonces estamos ante un producto muy sofisticado. Nosotros evitamos este tipo de alimento procesado.
Y la tercera, hay que hacer como las gallinas. Antes de comer, debemos rascar mucho. Al menos, imitando a aquellas aves que aún viven en plena naturaleza antes de que un “humano inhumano”, como se dice por allí, las degüellen. ¡Una Pena!
No hay duda que así como va de sofisticación en sofisticación, al final de su loca carrera, el hombre acabará tan sofisticado que se convertirá en uno de dos: en un degenerado y loco alienígena en su propio patio o en un fósil.
Aunque también existe la posibilidad de que, antes de convertirse en un fósil, el Homo insapiens sea sustituido completamente por una PHAIM (posthuman artificial intelligence machine, máquina posthumana de inteligencia artificial) de su propia creación.
Siendo a imagen y semejanza de su creador, los PHAIMs podrían ser bichos fríamente lógicos, inteligentes y cuerdos o maniáticos, desequilibrados, emocionales y crueles o una combinación de cualquiera o todas estas características.
Todo dependerá de cómo sean programados, quién los programe o cómo los PHAIM se programen a sí mismos en su mundo posthumano.
Si los PHAIM son torcidos, entonces cuando el espacio exterior sea invadido por estas bestias mecánicas, ¡que Dios se apiade de las criaturas orgánicas en el Universo!
En la Era Posthumana, ¿se hará realidad la historia del Cube de los Borg de la serie de ciencia de ficción Star Trek? Nadie lo sabe.
Referencias
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& Heppner F. L. (2000). Pathogenesis of Prion Diseases: A Progress Report.
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Fantástico artículo, muchas gracias!!! Nuño y yo estamos enganchadísimos al blog.:-)
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