Por Gundhramns Hammer
El poder sólo puede ser poder porque el hombre admira el poder que le gustaría tener para poder usar el poder sobre aquellos que no tienen poder y así poder asegurar el poder de su supervivencia ante los demás que también tienen el poder pero que se lo entregan al que se hace con el poder.
El más matón o más bruto o el más ocurrente para encontrar la buena caza literal o simbólicamente se convierte en el poder de los poderes de los demás (Video 1).
Video 1. Un retrato del Homo insapiens.
El Homo insapiens es un animal social que ha evolucionado bajo el poder del "big man", jefe o cacique que se hizo con el poder de todos los poderes que pudieron haberse dado en cada miembro de la banda de humanos primitivos en las sabana africana, si es que de verdad este primate ha salido originalmente de allí, es decir de Africa.
Tal como en los lobos, el hombre tiende a seguir a un líder. Su paquete genético también incluye codificaciones para patrones conductuales que conducen a este proceso.
Es cuestión de supervivencia. Si se someten a los designios de un buen líder, todo el grupo se beneficia a la larga y si alguno o algunos de sus miembros sobreviven y se reproducen han cumplido a raja tabla con las leyes de la Naturaleza y tienen asegurado su plato (poza genética) en la próxima generación. Estamos hablando del ADN haciendo más ADN utilizando una forma humana. Y de eso se trata.
Ahora bien, la especie humana (Homo insapiens) ha logrado sobrevivir las inclemencias del tiempo y se ha convertido en una auténtica plaga en la Tierra en el siglo XXI de su calendario.
Obviamente en una época hubo buenos guías para sacar al hombre de los atolladeros naturales y sociales. Sin embargo, actualmente pocos o ninguno de los líderes de las sociedades humanas tienen las suficientes luces o cojones como para tener sentido donde deben tener sentido en el sentido ecológico a corto o largo largo plazo, puesto que sin lo ecológico no hay ni económico ni sociológico.
Por mucho que barajeen los números de la economía, a los líderes modernos no les salen las cuentas como lo demanda la Naturaleza.
Obviamente en una época hubo buenos guías para sacar al hombre de los atolladeros naturales y sociales. Sin embargo, actualmente pocos o ninguno de los líderes de las sociedades humanas tienen las suficientes luces o cojones como para tener sentido donde deben tener sentido en el sentido ecológico a corto o largo largo plazo, puesto que sin lo ecológico no hay ni económico ni sociológico.
Por mucho que barajeen los números de la economía, a los líderes modernos no les salen las cuentas como lo demanda la Naturaleza.
Y consecuentemente el hombre se ha metido en un cul-de-sac medio ambiental. Hay crisis pero no quiere soltar la rama de donde está agarrado.
Necesitará de muchos desastres, huracanes, hambrunas y calamidades para entonces soltar la rama y espabilar un poco, lo cual durará mientras tenga miedo ya que después volverá a dormirse en otra rama y de nuevo caer al mismo puesto de donde fue depuesto, aunque en otro tiempo y espacio, si es que logra hacerse con un puesto en los puestos del mundo natural.
Asumiendo que sobreviva, si se descuida, el puesto donde debe sentarse quien debe estar puesto para conducir el carro para el bien de todos los que luchan por no ser depuestos en la carrera de la supervivencia bajo las reglas de la Naturaleza, corre el peligro de que este puesto caiga de nuevo en quienes no deberían estar en estos puestos.
Asumiendo que sobreviva, si se descuida, el puesto donde debe sentarse quien debe estar puesto para conducir el carro para el bien de todos los que luchan por no ser depuestos en la carrera de la supervivencia bajo las reglas de la Naturaleza, corre el peligro de que este puesto caiga de nuevo en quienes no deberían estar en estos puestos.
Nunca olvidando que nadie puede escapar de la Leyes Naturales. Nunca perdonan a nadie.
El principio de nuestro fin
El principio de nuestro fin
Por la noche cayó un rayo y el horrible estruendo asustó a toda la banda de trucutús dentro de la caverna. Pero no todos tomaron el fenómeno por donde debían. Ya había mechas dentro de los más rápidos y ágiles de mente que podían ser encendidas por la llama de la idea para iniciar la gran carrera.
El más observador y listo pudo haber establecido una relación entre el poder de arriba y su poder abajo y posiblemente se le ocurrió que tal como tranquilizaba a los niños para que se durmiesen, tal vez él podría de alguna manera ritualizada calmar la "furia" del poder de arriba.
El más observador y listo pudo haber establecido una relación entre el poder de arriba y su poder abajo y posiblemente se le ocurrió que tal como tranquilizaba a los niños para que se durmiesen, tal vez él podría de alguna manera ritualizada calmar la "furia" del poder de arriba.
De aqui hasta llegar a algún tipo de apaciguamiento del poder de arriba, con un manojo de hierbas o una pata de ciervo en honor a lo que asustaba y no comprendía, era sólo cuestión de tiempo y al final habría nacido un conjunto de ritos y ceremonias que eventualmente desembocaron en las religiones con el paso del tiempo.
Descubrieron el fuego y luego llegaron la domesticación de las plantas y los animales y con ello las razones para que los que blandían el poder y manejaban ese conjunto de tradiciones se volvieron más imprescindibles.
Cientos de años pasaron y las cosas se tornaron más complicadas y más sofisticadas hasta que la sociedad humana atravesó la Edad de Piedra pasando por la de Bronce y Hierro hasta llegar a la que parece ser la edad de la Razón.
Había nacido la ciencia, otro conjunto de prácticas y ritos salidos del poder de la observación.
Continuó su marcha y llegó a la gran revolución industrial que todo lo puso patas arriba con una que otra ventaja para sobrevivir y multiplicarse e invadir en grandes números toda la faz de la Tierra.
Y también surgió con su ciencia el ecocidio y llegó la era de las armas nucleares y con ello el peligro de total aniquilación, aunado con la genómica mal orientada junto con el trance de la magia de lo transgénico. Parece ser que hemos llegado al principio de nuestro fin.
Había nacido la ciencia, otro conjunto de prácticas y ritos salidos del poder de la observación.
Continuó su marcha y llegó a la gran revolución industrial que todo lo puso patas arriba con una que otra ventaja para sobrevivir y multiplicarse e invadir en grandes números toda la faz de la Tierra.
Y también surgió con su ciencia el ecocidio y llegó la era de las armas nucleares y con ello el peligro de total aniquilación, aunado con la genómica mal orientada junto con el trance de la magia de lo transgénico. Parece ser que hemos llegado al principio de nuestro fin.
¿Y dónde se encuentra el hombre hoy? Mareado, atontado y envenenado, con unos pocos momentos de risa para celebrar su bienaventuranza o llorar de tristeza cuando se le escapa lo que no es suyo.
Pero la rienda sigue en el mismo poder. En manos de los individuos que tienen el poder del ritual y los que sirven con su intelecto y trabajo a lo ritual.
Nada ha cambiado. El poder del ritual para calmar al poder de arriba sigue agarrado abajo por el viejo poder de antaño (Video 2-3). El susto de un rayo cuando el hombre dormía en la cueva se ha convertido en su propia cadena.
Pero la rienda sigue en el mismo poder. En manos de los individuos que tienen el poder del ritual y los que sirven con su intelecto y trabajo a lo ritual.
Nada ha cambiado. El poder del ritual para calmar al poder de arriba sigue agarrado abajo por el viejo poder de antaño (Video 2-3). El susto de un rayo cuando el hombre dormía en la cueva se ha convertido en su propia cadena.
Video 2. Elección del Papa Juan Pablo II.
Y la gente continúa admirando el poder de los poderes. Piden soluciones a sus problemas a quienes entregaron su poder, sin darse cuenta de su propio poder.
Hubo una vez un paraíso terrenal pero sólo duró unos pocos meses. Los humanos buscan de alguna manera reconectarse con aquellos momentos sublimes y eternos de felicidad cuando eran bebés y se colgaban de la teta del poder de su madre.
Y lo hacen por medio del ritual, el deporte, el arte, el hechizo de la usura, el sexo y la ciencia sin encontrar una solución a la solución de su perdición ante el poder de su solución. No hay marcha atrás sólo hacia adelante.
Una buena perspectiva en el camino calma el dolor de su perdición por haber entregado el poder a los que no tienen solución para lo que necesita solución en un mundo que no perdona a los que no siguen las reglas de la solución.
Parece que hay tres poderes: arriba, en medio y abajo. Pero en realidad sólo hay uno. Averigua cuál es.
Referencias
Boyer P. (2001). Religion Explained. The Evolutionary Origins of Religious Thought. Basic Books, New York, NY, USA. 375 p.
Schloss J. & Murray M. J. (Eds.) (2009). The Believing Primate: Scientific, Philosophical, and Theological Reflection on the Origin of Religion. Oxford University Press Inc., New York, NY, USA. 365 p.
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