Fuente: Wikepdia. |
Por S. Hammer & G. Hammer
14 de marzo de 2019
En el mundo de los veterinarios hay de todo. Está lo bueno, lo malo y lo feo.
Hay unos cuantos veterinarios que son auténticos ángeles protectores de los animales. Su trabajo es excelente, fuera de serie.
También podemos encontrar veterinarios mediocres, malos y malditos estafadores.
Y en un mundo extremadamente antropoputeado, de vez en cuando saltan a la luz en la prensa aquellos pícaros veterinarios que, con tal de hacer mucho dinero fácilmente, implantan paquetes de drogas (e.g., cocaína, heroína) en el abdomen de los perros y gatos. Luego los animales son exportados y de esta manera introducen las sustancias alucinógenas en los países donde abundan consumidores de ellas. En este caso estamos ante los denominados narcoveterinarios.
A continuación está el caso de un narcoveterinario colombiano. Leer toda la noticia: pinchar aquí.
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